sábado, 23 de enero de 2016

Cajón de sentidos ochentanianos para viajeros

Artefacto para viajes mentales a través del tiempo


Llega un punto en la historia del hombre en la que se le adjudica la característica de mirar hacia atrás, no sólo me refiero a la acción de girar la cabeza o el cuerpo varios grados para ver en directo aquella distracción que lo hizo virar, sino a ese sentimiento de curiosidad y muchas veces nostálgico de desempolvar aquel transporte, sacarlo del garaje y subirse a su máquina del tiempo para regresar al pasado; sería más simple si sólo tuviera que girar sobre sí para admirarlo de nuevo.

El artefacto para viajar en el tiempo no es costoso, ni hay filas, ni burocracia que enfrentar; preparar las maletas nunca fue menos tedioso porque simplemente no se necesitan, tampoco se romperán las barreras espacio tiempo en el trayecto (a los astro-físicos no les gusta esto). Además es un destino exótico que sin duda llama la atención. Si a alguno le interesa el viaje, adquiera un boleto en su neurona más cercana; eso sí, todos son de la misma clase, pero aun en clase turista se tiene un servicio personalizado a la altura de los estándares del cliente. Viaje en un vuelo sencillo o redondo, cuadrado si lo prefiere, usted elije el tiempo de estancia. El viaje (drogas no recomendables) y la máquina que usará no es otra más que la propia mente, la fecha y el lugar ya se decidieron. Próxima parada: "Los ochenta" ¡Súbale, hay lugares!


Hoy sólo hay una pasajera, pero asegura traer muchos regalos para sus amigos que no pudieron acompañarla, sus recuerdos son algo confuso, el chofer casi choca con varios axiomas y tuvo que pedir direcciones a una dendrita. Ya casi llegamos, la chica asegura que nunca estuvo allí, pero se siente nostálgica...

Si voltean a su derecha podemos una nube de aerosol para el cabello y grandes peinados esponjados (si llueve, seria un desastre), y a su izquierda hay un estruendoso ruido de sintetizadores; tendremos ligeros problemas de turbulencia acercándonos al año 1985, sentirán un "ligero" temblor cerca del centro de México. Por las ventanas se pueden ver cosas raras, al parecer medio mundo ha de trabajar en una constructora, pues no se explica que carguen tabiques todo el tiempo. Aun no podemos aterrizar, no hemos llegado al principio de la década, pero ya casi; los cinturones siguen abrochados, las “selfies” en este punto quedan prohibidas, además ni las podrías subir a Facebook... Espera, ni siquiera tiene un celular con cámara ahora.


Nos espera un viaje interesante, nuestra parada está próxima, llegaremos el siguiente sábado, esperen instrucciones del capitán, nuestra sobrecargo hará entrega del itinerario, tendremos excursiones emocionantes…

Por: Jessica Fortanell Nieto

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