Sentada, pensando, pensando en cómo decirle: “no”. Hay veces en que
simplemente por más que te agrade una persona, no puedes ceder ante sus
requerimientos. Es muy difícil decirle que no a una persona y más cuando sabes
que puedes causar un daño a tal grado de perder la amistad o la poca relación
que se había creado hasta ese entonces.
Todo empezó un día en que Gloria quiso que saliéramos con uno de sus
amigos, su nombre era Alan; él era muy simpático, con cualquier cosa que dijera
era muy probable que causara una sonrisa en tu rostro. Todo comenzó muy bien,
hablábamos de muchas cosas; nos molestábamos el uno al otro por situaciones
absurdas, ¡nuestra amistad era genial!
Pero ahí es donde comenzó el problema, yo creía que “nuestra amistad era
genial”; yo no tenía otra intención más que la de ser su amiga; realmente
siempre consideré que era un excelente persona, y obviamente lo quería en mi
vida… Aunque no de la forma en que él me quería en la suya.
Llegó el día en que me invitó a salir, en ese momento yo aún no entendía
sus intenciones, creía que era una salida de amigos. Sin embargo, unos días
antes, mi amiga Gloria me confesó las intenciones que tenía Alan conmigo… Yo me
espanté, realmente en ese momento no buscaba relación alguna, así que hice
quizá lo más cruel del mundo sólo porque cuando yo traté de hablar con Alan,
éste no entendía la cuestión de que yo sólo lo veía como amigo.
El día de nuestra “salida”, invité a una de mis amigas a acompañarme,
ella no sabía lo que ocurría, me disculpo por eso. La cuestión es que cuando
llegué al lugar acordado, Alan no entendía qué hacía mi amiga ahí… Decidimos
formarnos para entrar al cine, como yo daba por hecho que no sería una cita,
cada quien pagó por su entrada y comida. Por una parte quizá fue gracioso,
cuando entramos a la sala, Julia se sentó en medio de nosotros y yo sólo
podía ver cómo los ojos de Alan se retorcían de enojo.
Días después hablando con Alan, él me reclamaba el porqué de la
chaperona si lo para lo que habíamos salido era para una supuesta primer
cita... Yo ya no puede ser más evasiva, así que le dejé las cosas en claro; yo
disfrutaba de su compañía y amistad, pero no lo vía como algo más.El dilema
terminó en él yéndose a Canadá reclamos de su parte y él
poniéndole fin a nuestra amistad. Hace uno meses me topé con él, sin embargo,
sólo me lanzó una mirada de odio y siguió su camino...
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