Hoy durante una clase, el
profesor comentaba ciertos conceptos, mismos que fue describiendo uno a uno. Lo
que iniciaba como una clase normal, se transformó por completo. No pretendo relatarles lo dicho por el profesor,
el punto es que antes de escribir esto, con la finalidad de mostrarle a usted,
apreciado lector, mis intenciones, vino a mi recuerdo algo sobre aquella clase:
la ruptura del silencio al hablar. Ruptura que exige ser escuchada. Para no
atormentarte con tanta palabrería, te diré que de ahí surge el nombre de este
espacio.
Pero antes, ¿Para qué tal nombre?
Y principalmente ¿Cuál es la finalidad de todo esto? Lo sabrás más adelante.
Ocurre que sin dificultad, nos
asombramos de lugares de relevancia atractiva y turística. Reacción frecuente y
normal. De igual manera, cuando se habla de personalidades; dueños de casos en
los que es casi un delito no conocer lo mínimo sobre ellos. Si bien, tanto los
lugares como los personajes que sufren alguna importancia, su relevancia es
dada por su popularidad. Y esa popularidad, ¿cómo se adquiere? En todo caso se
gana por la divulgación.
Antes de seguir avanzando, deseo
que mi nudo de ideas esté expresado de manera decente para usted. Si no es así,
ofrezco una disculpa. ¡Continuemos!.
En este espacio, me dedicaré a
platicarles sobre lugares de la ciudad de Querétaro. No cualquier lugar. Serán
lugares que por motivos, son poco conocidos, frecuentados o porque considero
son fuera de lo común y es necesario hablar de ellos. Si las circunstancias lo
permiten, me enfocaré en establecimientos comerciales, así mismo, procuraré
resaltar a los personajes inmersos en esos lugares.
Ahora, te preguntarás ¿Para qué conocer dichos
establecimientos? Mi intención es muy sencilla. La mejor manera de conocer una
ciudad, es saber cómo se trabaja en ella. Debo aceptar que me encantaría
adjudicarme lo anterior, pero sólo es algo que deseo llevar a la práctica siguiendo
el consejo de Albert Camus. Centrándome así, en una de las tantas fuentes de
trabajo que son los comercios.
Al tratarse de lugares que
parecen ser poco conocidos o no frecuentados, los veo como escondites que
estratégicamente se encuentran en los lugares más insospechados; que sin
decirnos claramente que existen, continuamente nos murmuran su historia cuando
pasamos frente a ellos. A pesar de estar escondidos, rompen el silencio poco a
poco, pero casi nunca dicen algo claro. Yo quiero que sean escuchados.
Sin más por el momento, agradezco
tu lectura; espero escribirte el próximo miércoles, y conozcas el murmullo.
Arlette Lira Rangel
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