jueves, 21 de enero de 2016

Divagaciones en la geografía metafísica

Viaje gratis a la Friendzone


Desde que el mundo se globalizó de cierta manera se hizo más pequeño: el Internet, la televisión, los turistas y los estudiantes de intercambio, entre otros elementos, nos dan la ilusión de que podemos recorrer la Tierra caminando. Mientras muchos viajeros invierten sus ahorros en destinos bohemios como París, otros nos resignamos a vislumbrar los destellos de la Ciudad Luz a través de la televisión, tranquilamente, en la seguridad de nuestra demarcada vida cotidiana.
Sin embargo, existe un lugar que se ha vuelto muy popular últimamente, en especial entre los jóvenes: todos hablan de lo mismo, como si todos quisieran ir allí, y es que a pesar de ser un destino sumamente concurrido siempre hay suficiente espacio para alojar a todos, desde turistas fortuitos hasta exiliados insalvables. Además de ser un destino económico, los visitantes se llevan los recuerdos gratis. estamos hablando de la famosísima Friendzone. Pero no hay que dejarse impactar por el nombre, si se quiere pasar un tiempo o incluso obtener la residencia permanente en la Friendzone no es necesario hablar inglés.

A pesar de que los requisitos son mínimos, no cualquiera llega a la Friendzone. Si tienen la posibilidad de visitarla considérense afortunados o al menos especiales. Existen ciertos requisitos, el principal es haberse enamorado de un amigo o amiga cercano, no un simple compañero de clase, o la chica que se encuentran en la parada del bus todos los días, tampoco cuenta si es el mejor amigo del primo del vecino o la chica guapa que les presentaron ayer. El primer paso para llegar a la Friendzone es una amistad de confianza con la persona que, sabiéndolo o no, iba a terminar gustándonos.

Muchos llegan sanos y salvos hasta aquí, pero el paso crucial es el siguiente: tratar de pasar de una bonita amistad al amor que la mayoría de las personas idealizan. En este punto es importante mencionar que existe cierto grupo de emigrantes ilegales que se instalan en la Friendzone sin haberse atrevido a dar el segundo paso; es decir, existen personas tan tímidas que ni siquiera se atreven a intentar arribar a la Friendzone con honor. Los casos pueden ser tan variados que sería injusto tratar de juzgarlos, pero en el futuro retomaremos este punto más profundamente.

En realidad, el segundo requisito para llegar a la Friendzone es también el más difícil y, por lo tanto, el que requiere de más valor: declarar nuestros sentimientos. Si alguien ha superado esta última frontera entre la amistad y la zona de amigos, después de leer esta humilde columna puede considerarse a sí mismo un héroe, del estilo de esos personajes de ocasionales que en las películas suelen ser los primeros en morir, aunque eso no signifique la victoria. Cada caso es diferente, algunos lo ponen por escrito en la clásica cartita, los más ordinarios lo mandan por mensaje de texto vía celular o Internet (si están a punto de dar el siguiente paso eviten las opciones impersonales: la Friendzone no es para los cobardes) y sólo los más osados se atreven a decirlo de frente; todos los “me gustas”, “te amo”, “¿quieres ser mi novia?”, etc. Pueden abreviarse en la contraseña directa a la Friendzone: quiero ser más que tu amigo.

Hablando geográficamente, lo que muchos amantes sinceros pero ilusos ignoran es que entre la siempre verde y feliz tierra de la Amistad y la tierra utópica del Amor existe una surco más ancho y más profundo que el Gran Cañón de Colorado, una zona a desnivel que funge como frontera natural entre la amistad y el amor, la frontera prohibida: la bendita tierra de la Friendzone, donde todos son amigos y se toman de las manos para cantar sus historias de desamor al ritmo de la música dolida. No obstante, su clima frío e inhóspito, el silencio casi cortante que flota en el ambiente y las noches tan negras y sin sueños, de un tiempo para acá la Friendzone se ha vuelvo un tema viral en las redes sociales y el destino fortuito más solicitado de los mejores amigos, situación que nos lleva a cuestionarnos, ¿por qué todo el mundo está hablando de la Friendzone? ¿Qué seduce a cada vez más viajeros a adentrarse en sus profundidades? 


Ana Laura Bravo

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