Cuando salgo de mi casa para dirigirme a la escuela, siempre
me encuentro con alguna madre con su niño o niña jugando de algún modo o
tratando de entretenerse de cualquier forma que le pueda ser posible en el camión,
no importa que tan activamente, siempre lo hacen. Gracias a que las ciudades
son cada vez más pobladas lo veo de una forma muy variada y en edades muy
distintas. Pareciera que estos mini- humanos solo buscan distraerse, explorar o
entender todo de una manera entendible para su propio mundo.
Pero, al crecer, uno se da cuenta de que los gustos cambian,
que las pasiones nacen y, al igual que las responsabilidades, parecen destruir
por completo la necesidad de recreación. Pareciera que un niño deja de jugar,
pero yo, desde el camión a la escuela, siempre he observado que eso no es más
que una maldita mentira; los niños, ni siquiera al crecer, lo dejan. Siempre
buscan un medio de distracción, solo que de formas más sutiles, más elaboradas
o más sociales. Y en un mundo con conexiones digitales y aparatos electrónicos por
todos lados, era obvio que llegaría un punto en que éstos fueran los que se
ocuparan de crear un nuevo modo de entretenimiento.
En esta columna quiero explicar el papel de los medios electrónicos
en nuestra sociedad. Blogs de videojuegos hay por montones, son fáciles de
encontrar y están infectados por la cultura de intolerancia irracional de las
estrellas de YouTube, pero yo preferiría hablar más de la naturaleza de éstos y
del impacto en nuestra sociedad. Siento que mi deber es explicar qué es y su
representación, su naturaleza y sus progresos, sus lados negativos, positivos y
los controversiales. Soy de los que creen que para tener una opinión primero
hay que tener toda la información en las manos para consultarla.
Nuestro mundo está lleno de miedos ilógicos, de rumores, de
falsa información que gente crédula llega a dar por un hecho, y todo esto es lo
que quiero refutar. Pero de inicio digo que los videojuegos no son enteramente
buenos ni enteramente malos. Solo digo que, como creación del hombre, y más
como herramienta capitalista, se puede utilizar como herramienta para explotar
a las masas con contenido basura, cosa que pasa con cualquier otro producto.
Las películas, la música, las pinturas, los deportes, las esculturas, los
libros, todo eso está hecho para venderse, para que sea consumido, y digo esto
para que se acepte y quede claro a pesar de que la tendencia romántica moderna
diga que el arte debe de ser gratuito.
El humano, con eso inicié, busca siempre entretenerse,
también busca resolver problemas desde puntos de vista distintos, busca competir
y convivir. Los videojuegos son el circo romano, los torneos de justas, las
fiestas dionisiacas, escuchar la opera e ir al cine de nuestra época. La postura
que se tenga acerca de este medio de entretenimiento es algo que queda aparte a
la hora de darle su valor en nuestro tiempo. La gente quiere divertirse, la
gente quiere explorar, la gente quiere distraerse, y hay muchos medios, pero éste
se suma a los ya existentes, y crece en importancia día con día.
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