XX.
"¡Esto va a ser LEGEN.... espera... DARIO!"
“Niños, les he estado contando la historia de cómo conocía a
su madre, si bien hay muchas cosas que aprender de esta historia, esta puede
ser la más grande de todas. Los momentos más grandes de sus vidas no serán
necesariamente las cosas que hacen, también serán las cosas que les sucedan. Ahora,
no estoy diciendo que no pueden tomar medidas para afectar el resultado de su
vida, pueden salir de la puerta principal y su vida entera puede cambiar para
siempre. Verán, el universo tiene un plan, niños, y ese plan está siempre en
movimiento. Una mariposa bate sus alas y empieza a llover. Es un pensamiento aterrador
pero también es algo maravilloso. Todas esas pequeñas partes de la máquina
trabajando constantemente, asegurándose de que terminen exactamente donde se
supone que deben estar. El lugar correcto en el momento correcto.”
--Ted Mosby a sus hijos
Sí,
sí apestó. Apestó muchísimo el final de “How I met your mother” o “Cómo conocí
a su madre”. Y ya. ¿Qué quería, amado lector? Esta columna se llama “Spoilers
con reseñas”, ¿Esperaba la bellísima narración de un paseo en tranvía?
¿Fanfiction? ¿La reseña de la serie “Una familia de diez”? Para nada, usted
debe saber que las cosas cambian: mi gente, el ancho de mis pantalones, los
lugares donde mi mamá me golpea… Eh, en fin, bien o mal, las columnas del
martes de “Cómo conocí a tu serie”, calientitas y abre fácil, llegaron a su fin. Todas las series
retratadas aquí fueron vistas, sufridas, disfrutadas y sudadas por la
inteligencia autoral (uy, sí). Pero contra todo pronóstico, la serie que
inspiró el originalísimo nombre de esta publicación, fue ignorada. Fenómeno que
está a punto de cambiar.
Me
dirijo a usted, novato universitario, ese que llora por los ensayos al final de
cada semestre, pero que todo el semestre la pasa “suave” en la cafetería. Sí,
usted: ¿Sabe qué hay delante de esto? De este cúmulo de estrés, amigos y
víboras de UAQ Aeropuerto… pues la vida. “La realidad”, “Allá afuera”, “Donde
ya no van a recoger tu ropa sucia del piso”, entre otras menciones de los
adultos que padecen esta situación. Pero también hay bares, noches LEGENDARIAS,
damas preciosas, hombres muy apuestos, sombrillas amarillas e historias,
muchas, pero que muchas historias. Esto lo sabe Ted Mosby, incluso en el año
2030 todavía lo recuerda (se rumora que es dueño de una memoria eidética); por
lo que se dedica a relatarles a sus dos hijos la historia de cómo conoció a su
mamá. Y de eso van nueve temporadas y el misterio de la famosa madre.
Después
de dos años de su finalización, fanáticos disgustados, columnas enteras
dedicadas al odio proferido hacia HIMYM; no da para mucho, en absoluto. Si partimos
de “la cola”, como bien lo haría el señorón Edgar Allan Poe con sus cuentos,
resulta obvio el desarrollo de este texto… y la verdad, qué aburrido sería eso.
Por ello, después del mal trago, no quedan sino recuerdos amargos, risas
turbias y Neil Patrick Harris. Sí, porque las series tan largas como esta deben
la vida al excelente performance de sus actores. Josh Radnor, Cobie Smulders,
Alyson Hannigan, Jason Segel y el actor previamente nombrado, fueron amos y
señores de nueve años de la sitcom de Sony Y FX. A pesar de la comparación con Friends,
esta comedia otorga nuevas primicias, giros de tuerca y la dulce sensación de
ver al grupo una vez más en su bar más frecuentado.
Tras
el primer capítulo flashback (como lo serán todos), se conoce a la nueva
integrante del grupo de amigos: Robin Scherbatsky, una reportera canadiense. Las
relaciones entre estos cinco personajes se perciben todo el tiempo como un
conjunto sumamente ameno, que ni siquiera importa cuando se concibe el
triángulo amoroso entre Robin, Ted Mosby y Barney Stinson; ni la estancia
permanente de la pareja configurada por Marshall Eriksen y Lily Aldrin. Se conocen
todas sus aventuras a lo largo de las treinta chicas con las que salió Ted, un
romántico soñador, con la esperanza de que éste siente cabeza, como pasa con su
pareja de amigos, desde la universidad. Por otro lado, Barney es presentado
como el “ultimate mujeriego” y Robin, a quien no le interesa el compromiso
insistente de Mosby, se guía más por el camino profesional.
Señor
lector, debe metérselo en la cabeza: ultimadamente, el final es sólo un
detalle. La apreciación lejana de toda la pintura, la saciedad que provocó
tomar toda la botella, el giro inesperado en la novela, abrir los ojos y tener
todavía cuatro horas para dormir; eso es lo que cuenta, los buenos ratos. Risas
con esos amigos que duran hasta el 2030, abrazar al ser amado, recostarse en
pleno disfrute de una buena serie. Tenemos algo innegable, algo que nos va a
perseguir hasta que abucheen nuestro propio final, y es la capacidad de
disfrutar del ahora, de esas veinte columnas, esos cien párrafos que costaron
uno y la mitad del otro. El ocho, el cinco o el diez en Literatura Mexicana o
Teorías de Medio Siglo es lo de menos. Respirar, porque estos años
universitarios no nos representan. Lo que pasa en el bar, bajo la ventana de la
persona amada, el 2030: eso nos representa.
"Dios, soy yo, Barney, ¡¿qué pasa?! Sé que no
hablamos mucho, aunque gracias a mí muchas chicas claman tu nombre."
Barney
“Nunca ocurre nada bueno después de las dos de
la madrugada.” Ted
“-
Chicos, todo el mundo tiene una opinión acerca de cuánto tiempo toma tras una
ruptura.
- Lily: La mitad de lo que duró la relación.
- Marshall: Una semana por cada mes que estuvieron juntos.
- Robin: Exactamente 10.000 bebidas.
- Barney: Algo como esto no se puede medir temporalmente, hay una serie de
pasos, desde su cama hasta la puerta de enfrente. ¡Bang! ¡Fuera de Aquí!
¡Siguiente!”
“No
esperamos a la persona que tolere nuestros pequeños fallos… sino a la que le
gusten." Ted
“He
intentado tanto reprimir mi lado de idiota despreocupado que finalmente se
rebeló." Marshall
“El
futuro da miedo, pero no puedes volver al pasado solo porque te es familiar,
aunque sea muy tentador." Robin
"¡Eh!
Estoy en un punto de mi vida en el que mis trajes son mi familia." Barney
Gracias
por leer
10/10
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