domingo, 1 de mayo de 2016

De lo estético y lo bello



Conjeturas acerca de la literatura como pharmakon



También los que no aman desean lo bello.
Ferdo, Platón.


           Se puede desear lo bello sin amarlo. En esta ocasión haremos algunas conjeturas acerca del concepto de pharmakon tratado por Platón en el Fedro. Hablaremos del discurso, la voluntad y lo bello. Conceptos que no siempre son relacionados, así de puede desear lo bello sin amarlo, sin embargo, tal parece que no se puede amar lo bello sin desearlo. Esta relación ambivalente del deseo es llevada a término, al mito y a la escritura.




El mito dentro del Fedro, el discurso y la ambivalencia


            Es el discurso en primera instancia lo que produce el debate entre la escritura, por la cual Sócrates se pronuncia a favor y el habla, misma que vincula con los sofistas. Platón habla del mito de Boreo y Oritia. Oritia se cae del monte mientras jugaba con Farmacea a causa del viento boreal, es este hecho lo que da pie a la leyenda de su rapto por Boreo. Derrida nos explica que esta inclusión no es una falta de coherencia, es lo contrario, está pensado y tramado a lo largo del texto para proponer una ambivalencia del nombre propio:

“Entonces aparecerá mejor, esperamos, esa polisemia regulada que ha permitido, por alabeamiento, indeterminación o sobredeterminación, pero sin contrasentido, traducir la misma palabra por «remedio», «veneno», «droga», «filtro», etcétera. Se verá también hasta qué punto la unidad plástica de ese concepto, su regla más bien y la extraña lógica que le vincula a su significante, han sido dispersadas, enmascaradas, tachadas, ocultadas con una relativa ilegibilidad por la imprudencia o el empirismo de los traductores, sí, pero en primer lugar por la temible e irreductible dificultad de la traducción.” (p. 104 y 105)´Polisemia del término” (p.103)

El término Farmacea como un remedio que cura, pero también es un veneno que mata. Los escritos que lleva Fedro consigo son el pharmakon que doblegan la voluntad de Sócrates al punto en el que abandona su medio natural, que es la polis para salir, e incluso dar un discurso en un meso silvestre. En su discurso Sócrates propone dos efectos que produce el pharmakon.



La templanza y la intemperancia


             Sócrates propone que hay dos estado que se tienen en cuanto al deseo: lo innato, el deseo, el placer y lo no nato: es la tendencia al bien. Tenemos dado la ambivalencia del nombre propio, decíamos que actúa como un remedio que cura, pero también es un veneno que mata, Sócrates propone frente al pharmakos dos características del alma ante tal envenenamiento: la templanza y la intemperancia. La intemperancia es el doblego de la voluntad por la irracionalidad del veneno el pharmakon. La temperancia es el raciocinio del ser hacia o frente al envenenamiento, porque no es lo mismo desear que amar. “También los que no aman desean lo que es hermoso”(p. 139) El mismo Sócrates está siendo influido por la intemperancia mieras categoriza estos estados del alma ante el pharmakon.



El lenguaje como el medio de intrusión del pharmakon al espíritu



            Sócrates utiliza el mito  de Oritia para vincular  la escritura con el fármacon. Es decir, es opuesta al conocimiento: "El autor del discurso ha acampado ya en la postura del sofista: el hombre de la  no-presencia y la no-verdad. La escritura es, pues, ya escenificación."  (p. 123 )A saber, que quien no ha estado presente en la circunstancia no puede ofrecer testimonio verídico de un hecho que de suyo no conoce. La escritura, que en este caso el discurso de Lisias propone una intención para ganar otra, es decir, utiliza un lenguaje diferido. Su intención es recibir el favor de Fedro, entonces no apela a su amor sino a lo contrario porque También los que no aman desean lo bello. De allí que Sócrates no considere como ético el uso de la escritura. El convencimiento a partir de el discurso actúa como un veneno, doblega y pone en desventaja ante quien escribe. Desde luego este lenguaje diferido con una doble intención se asocia al uso de la retórica y al poder de convencimiento.



El pharmakon como la victoria de lo irracional

        Se trata de saber si debe uno entregarse al amante o al que no lo es, en este punto el veneno genera el deseo de envenenar al otro ¿qué es este deseo sino el amor? o el deseo de lo bello aunque éste no sea amado. La irracionalidad ante el deseo, Lisias  envenenado por el deseo de lo bello; escribe un discurso para la intrusión del pharmakon al joven Fedro. Su doble intención y la falta de reflexión; la mimesis de algo que no se presencia sólo se asume propuesto como una verdad hipotética. Todo con el fin del deseo. Es verdad aquello que Sócrates propone sin embargo, él mismo mientras lo construye en este discurso con el afán de encontrar la verdadera orientación del discurso, cae en la intemperancia. A todo esto concluimos dejando de lado un poco a Derrida… Si un pensador como Sócrates no puede sino, ser doblegado por este veneno; ¿que nos espera a nosotros, simples mortales, a expensas de quein sepa elaborar el discurso del deseo? 



Rocío Berenice Ortiz García. "Rose" 




Bibiografia y Referencias:

Fedro, Platón, editorial SARPE, 1985, España.

Jacques Derrida, La Farmacia de Platón

https://roxanarodriguezortiz.files.wordpress.com/2011/04/la-farmacia-de-platon-jacques-derrida.pdf



No hay comentarios:

Publicar un comentario