Hamatora
"La gente envidia a los que son distintos. Nos desprecian por envidia."
Los súper héroes son atrayentes sin importar la edad que se tenga. Y es que
es imposible no detenerse a imaginar, por un instante, lo fabuloso sería tener alguna habilidad supra humana y pensar en lo que haríamos después. Pasando desde volar tan rápido
como un jet, a mover cosas telepáticamente, la imaginación del hombre es el
único límite; pero, tal como reza la famosa frase: “todo poder conlleva una
gran responsabilidad”, el discernir para qué usar esa habilidad, puede ser crucial
en los siguientes pasos. Sobre todo, cuando hay toda una organización tratando
de ubicar tu paradero.
Hamatora, nos envuelve en un Japón donde existen los
llamados “Minimum Holders”, un grupo muy selecto de personas que nacen con un “Minimum”,
es decir, un poder especial que los caracteriza y los coloca en una posición por
sobre el humano promedio. Estos Minimum Holders, son entrenados en una academia
especial llamada “Facultas” con el fin de mantener en secreto su existencia y
hacer que desarrollen al máximo sus habilidades, recibiendo lecciones avanzadas
y clases. Como resultado, aquellos que se gradúan de Facultas, reciben grandes
privilegios y tienen asegurada una vida llena de éxito, logrando obtener
cualquier puesto laboral que se propongan, de manera que se camufla ese gran
secreto; sin embargo, Nice, un joven Minimum Holder que ha sido catalogado como
el número uno en toda Facultas, se las arregló para escaparse de la academia e
instalarse en Yokohama para colocar una agencia de detectives llamada “Hamatora”.
Murasaki, el segundo mejor, fue designado para traerlo de regreso, fallando en
el intento y quedándose al lado de Nice, resolviendo casos y poniendo en
evidencia, a su vez, grandes secretos de la prestigiada Academia Facultas que
podría desatar todo un cataclismo en un futuro.
El anime se divide en dos temporadas que, juntas, crean una trama con
muchos subidones y bajones de adrenalina. Al principio, los hechos se van
desarrollando con calma, mostrando aspecto por aspecto el contexto que rodea a
la agencia de detectives de Yokohama y a los Minimum Holders, pero sin revelar
casi ningún detalle que sea crucial para desenvolver el misterio por completo,
lo cual puede ser frustrante y hacer que los ánimos de seguir viéndola, se
pierdan en el proceso; sin embargo, a medida que van avanzando los capítulos y
se acercan al fin, es que el espectador se encuentra con bastantes giros
argumentales tan intensos, que será imposible mantenerse quieto en el asiento.
La primera temporada (Hamatora The
Animation) se encarga de generar las preguntas alrededor de los Minimum
Holders y la emblemática academia; mientras que la segunda (Re:_Hamatora) suelta de corrido y sin
preparación alguna, retomando desde el final preciso con el que terminó su
antecesora, todas las respuestas a las ecuaciones planteadas y los otros
problemas que se generan al revelarlos.
Hamatora es un tren de emociones que no dudará en hacer piruetas e ir de
arriba abajo sin parar y que, al momento de tener que cerrar un escenario, lo
hace con broche de oro.
Las relaciones entre los personajes durante la primera temporada, no quedan
del todo bien establecidas, dejan espacios en blanco que son difíciles de
rellenar sin saber ciertos datos. Es hasta Re:_Hamatora, que aquellas lagunas que se quedaron en blanco, empiezan a cobrar
color y sentido, dejando en claro que son personajes con un pasado que los
marcaría siempre, acechándolos desde las sombras. Además, no sólo muestra el punto de vista de los Minimum Holders, sino que también abarca la perspectiva de aquellos que saben de la existencia de este reducido grupo de personas: retrata la envidia que sienten al ser dejados fuera por no poseer un Minimum, el coraje, la tristeza y el abandono; cada detalle obtiene una relevancia. Se enfoca bastante en
desarrollar plenamente a cada personalidad que allí asoman y las coloca en un
plano más protagónico, acompañando al grupo principal en aventuras alocadas que
mantendrán altas las expectativas de los
espectadores.
Los colores que inundan cada escenario, son increíblemente llamativos,
llenos de efectos que agregan un toque más fantástico a las escenas donde se
suscitan batallas o enfrentamientos. El realismo con el que se manejan los
golpes y los movimientos en general, es fascinante, fluido, sin nada que rogar. La banda sonora es movida,
rápida, pegajosa, con mucho estruendo para resaltar el estilo que inunda a toda la
animación. Y si bien hay escenas consideradas como gore, dentro de Hamatora, la sangre es lo que menos
importa, pues la acción y el drama que están constantes, llegan a un clímax que
simplemente eclipsa a lo demás, siendo acentuados por la música tan acorde al
momento y el estilo de dibujo que se torna sombrío en el tiempo que debe ser. En resumen, es un anime que te hará sentir miles de cosas a
la vez, amar a cada personaje independientemente que sea un antagonista. Es de esas pequeñas joyas escondidas que, de saber buscar, encuentras por montones. Hamatora presenta un argumento que se ha visto demasiadas veces en el aire y logra darle un giro nuevo, refrescante, que no recae en clichés y que te hará preguntarte al final: "¿Qué tipo de Minimum tendría yo de estar allí?".
Katia de Leija M.
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