jueves, 12 de mayo de 2016

Divagaciones en la Geografía Metafísica: para no dejar en la Friendzone

En una comedia de televisión un chico le dice a su amigo (con tono entre reclamo y pregunta): “¿Por qué se enamoró de mí? ¡No hice nada! Tan sólo la escuche, puse atención a sus sentimientos y fui amable con ella, ¿¡por qué de pronto me quiere de esta manera!?” Después de todo lo que se ha escrito sobre la Friendzone, para terminar el problema definitivamente, las personas tendrían que aprender cómo evitar que su mejor amigo o amiga se enamore de ellos, por ejemplo, se debe prescindir de detalles que puedan malinterpretarse. A pesar de los esfuerzos, hay sujetos tan ilusos que confunden la amabilidad con cariño, el cariño con coqueteo y así. ¿Cómo dejar las cosas en claro para ellos? Como suele decirse, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, así que por lo pronto nos enfocaremos en las cosas que uno puede hacer para no despertar sentimientos ni alimentar esperanzas indeseadas: ¡No todo se trata de enviar a alguien de vacaciones a la Friendzone!
Lo que ocurrió con el chico de aquella comedia causa gracia por el simple hecho de que es una realidad: hay personas que tienden a entender la más pequeña muestra de simpatía como una declaración de amor. ¿Cómo pueden sus mentecitas retorcer una frase o un gesto hasta tornarlo en algo tan radicalizado? ¡Es un misterio! Las razones podrían ser tan absurdas como una deficiencia pragmática hasta la falta de afecto en su pasado (tal vez nadie los había querido tanto). No obstante, la pregunta es cómo hacer que dejen de confundir amistad con amor. Este es el tipo de cosas que no está demás aclarar cuando se empieza una relación amistosa. Es conveniente y educado aclarar ya se tiene una relación amorosa (novio o novia o incluso casado); por otro lado, si se es soltero y se desea permanecer así, no hay nada de malo en decirlo y de preferencia hacer énfasis en la amistad que tienen, es decir, recalcar el tipo de relación que se quiere mantener con la persona en cuestión.

Si hablar no resulta suficiente, se debe reforzar el discurso con acciones evidentes. Aunque el cariño es algo natural y perfectamente apropiado entre amigos, puede ser malinterpretado por quien esté al acecho tratando de atrapar una supuesta señal de amor; en estos casos conviene más guardar la distancia, no deshacerse en abrazos, caricias y demás expresiones afectuosas porque, si no se quiera ser más que amigos, la otra persona podría hacerse ilusiones equivocadas. Tampoco vale la pena gastar en regalos innecesarios o contestar sus mensajes de texto de manera tan inmediata como si fuera una emergencia ya que, visto con los ojos de alguien desesperado por amor, esto parecerá claramente más que amistad. Todas estas medidas preventivas llevan a pregunta, ¿y entonces cómo se puede demostrar amor y gratitud? Sencillamente, siendo los mejores amigos que se pueda ser, prescindiendo de estas manifestaciones de amor, lo cual realmente es complicado, es como caminar por un terreno minado sin poder saber cuál pisada detonará la bomba, así que hay que ir despacio, lento, con precaución.

Finalmente, si no es factible que la amistad sobreviva sin recurrir a todas esas cosas de que se ha hablado que pueden confundirse con amor (del de novios o pareja), tal vez se deba reconsiderar los sentimientos propios hacia la persona en cuestión. ¿Les gusta ser cariñosos y coquetear con él (o ella)? ¿No pueden parar de enviarle mensajes ni por un día? ¿No pueden sacárselo de la cabeza y, por tanto, cuando ven algo que le gustaría sólo pueden pensar en regalárselo (a costa de su propia economía)? Si tal es el caso, estimados lectores, entonces el problema no es que no quieran mandar a su amigo o amiga a la Friendzone, sino que no se habían dado cuenta (o no quieren reconocer) que el enamorado en esta historia es otro y podrían decírselo cuando se miren al espejo.


En realidad, no hay una fórmula infalible para hacer que alguien con quien se pasa tiempo y a quien se demuestra afecto no termine en un enamoramiento. Se puede intentar ser más fríos que un hielo y aun así habrá algún loco que lo encuentre misterioso y seductor. No se puede decidir cómo las personas asimilarán la manera en que se actúa hacia ellos, pero sí se puede ser tener comprensión sobre esto. ¡Enamorarse es algo tan natural como resfriarse! Lo complicado es saber qué hacer cuando se es consciente de esto. Nuestras decisiones pueden mandar a alguien al cielo, al infierno o a la Friendzone… Pero no existe garantía de que esa persona no seremos nosotros mismos. ¡Sorpresa, sorpresa! Bienvenidos a la Friendzone


Ana Laura Bravo

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