Una mujer con vocación y caridad.
Algunos nacen con grandeza,
otros encuentran la grandeza y unos pocos están destinados a ser grandes desde
acciones humildes. La Madre Teresa de Calcuta es un ejemplo de caridad humana y servicio. Desde temprana edad,
la Madre Teresa poseyó una vocación que le hizo entregar su vida a una misión;
Dedicarse al prójimo. Durante su vida, sus obras sobrepasaron la Fe Católica y
tuvieron como finalidad ayudar a todos los necesitados, sin importar la
religión o circunstancias. Conocida por ayudar a los más pobres de los pobres,
se convirtió en un modelo que definió lo que era ser un buen humano, provocando
que ganará reconocimientos en vida y en muerte. La Madre Teresa de Calcuta es
una figura emblemática que aún en comunidades no religiosas es recordada por su
trabajo que cambio a todo un País, trabajo basado en el Amor.
Agnes Gonxha Bojaxhiu nació
en 1910 en el seno de una familia católica albanesa. Se dice que su vocación
fue inspirada por la profunda Fe de su madre, lo que la llevó a entrar a la
Congregación Mariana de las Hijas de María a la edad de doce años. Tiempo
después se desplazó a Dublín para profesar
en la Congregación de Nuestra Señora de Loreto y, motivada por su deseo
de ser misionera en la India, viajó a Bengala, donde recibió el nombre de
Teresa. Realizados sus votos religiosos se instaló en Calcuta, ciudad a la que
se dedicaría el resto de su vida, y ejerció como maestra en la St. Mary`s High School de Calcuta por
veinte años. Durante ese periodo de tiempo observó la miseria que azolaba las
calles de la ciudad y, conmovida e impresionada, decidió dedicarse a ayudar a
los pobres. Pidiendo permiso al padre Pío XII, abandonó la orden y se dedicó a
su labor vocacional con los menos afortunados.
Llevar el amor de Dios a
los pobres más; demostrarles que Él ama el mundo y que los ama fue la misión
que la Madre Teresa de Calcuta contempló para su vida. En 1950, ella tomó la
nacionalidad India y fundo la
Congregación de las Misioneras de la Caridad, que fue reconocida 15 años
después por el Papa Pablo VI. Se abrieron varios centros de acogida y atención
bajo el supervisión de las miembros de la Congregación, pero al mismo tiempo,
la Madre Teresa se dedicó atender a miles de desheredados y moribundos sin
importar la religión que profesasen, siendo su criterio de ayuda la necesidad,
buscando mejorar a las personas por ser humanos, no por ser católicos. Su labor
no sólo fue el atender directamente a los enfermos, sino que fue representante
de la Fe y de sus creencias en eventos políticos mundiales y mediadora en
conflictos bélicos.
La admiración y respeto que
le profesaban quienes escuchaban su historia y vocación, le llevo a ser
representante en la Conferencia Mundial de las Naciones Unidad en 1975 en
México, ganar el Nobel de la Paz en 1979,
y ser mediadora del conflicto armado en el Líbano en 1982. En 1983, participó en el Primer Encuentro
Internacional de Defensa de la vida, donde tomó una postura activa defendió la
doctrina de la Iglesia. En los últimos años de su vida su trabajo se vio
reducido por complicaciones médicas, recibiendo intervenciones quirúrgicas para
mantenerla estable, por lo que otorgó su lugar como Superiora de la
Congregación a Sor Nirmala y se retiró a descansar al asilo de Woodlands. Falleció a la edad de 87
años, a su funeral asistieron miles de personajes que deseaban despedirse de la
Santa de las Cloacas.
La influencia de la Madre
Teresa de Calcuta fue inmensa, ya que en las calles se le llamaba Santa, a
pesar de que la Beatificación de la religiosa no ocurriese hasta 2003 y su
santificación hasta 2016 por la mano del Papa Francisco. Su santidad reconocida
por parte del pueblo que ayudó durante
toda su vida no proviene de sólo lo que realizó junto a su congregación o de
los centros de apoyo que fundó por toda la región, si no del mensaje de amor y
aceptación que brindó en momentos de dificultad para la población. Su entrega
no tenía límites religiosos o condiciones, era amor por amor. Pareciese que en
la actualidad, la humanidad olvida que, a pesar de todas las diferencias y
barreras, siguen siendo todos una misma especie y solo juntos en amor se
sobrevivirá. Esa es la herencia de la madre Teresa de Calcuta, el amor.
Esperanza del
Refugio Aguilar Carrillo.
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