Por siempre a mi lado.
“Se supone que amar intensamente a una persona implica hacer
hasta lo imposible para conseguir su felicidad ¿cierto? Si aquel ser especial
se encuentra en peligro o está pasando por algún mal momento ¿no es normal
querer retenerlo en brazos para apaciguarlo y protegerlo? A lo largo del tiempo
es lo único que he procurado hacer por ese individuo tan importante para mí. Es
mi razón de vivir e incluso podría afirmar, sin exagerar, que me es mucho más
vital que el oxígeno mismo.
Yo acababa de mudarme, era una chica entrando a la
adolescencia que debía lidiar con la reciente muerte de su padre y acoplarse a
vivir con unos abuelos a los que apenas conocía. Había atravesado dos estados,
lo único que deseaba era tenderme a llorar, pero la psicóloga que se encargó de
mi caso opinaba que la mudanza era buena <<Los cambios siempre son
buenos, te permiten empezar de nuevo >> me había dicho en la última
sesión que tuve con ella. Dos meses después me encontraba en la puerta de la
secundaria, recordando aquellas palabras, tratando de controlar mis nervios y
orando internamente por que no fuera a sufrir una crisis.
A pesar de ser la chica nueva opte por pasar desapercibida,
tenía demasiado dolor interno como para preocuparme por algo tan trivial como
la amistad y popularidad. Todo a mí alrededor era gris, hasta ese proyecto de
biología. El profesor formo parejas y me toco con un chico que siempre sonreía,
perfectamente opuesto a mí. Los primero días, si llegábamos a hablar, solo comentábamos
aspectos del trabajo, de a poco él comenzó a tratar que la charla tuviera tópicos
más variados. Yo solo contestaba con monosílabos pero no se daba por vencido y
finalmente logro que le tuviera confianza. Se volvió en mi mejor y único amigo,
termine por confesarle el motivo de mi mudanza y él me prometió que ya no estaría
sola.
Pasaron la secundaria, la preparatoria y los primeros dos
años de la universidad. Siempre estábamos juntos, yo me aseguré de que fuera
así a pesar de las muchas ocasiones que amenazaron con separarnos. Al comenzar
el 5to semestre de nuestras respectivas carreras las cosas comenzaron a
cambiar, los horarios ya no coincidían y su personalidad tan alegre y fresca le
granjeó mucha popularidad, nos frecuentábamos cada vez menos. Me sentía
desplazada ¿Por qué él hacía eso si me había prometido estar siempre a mi lado?
Y entonces pensé que tal vez no fuera su culpa, eran las demás personas que se empañaban
en alejarme de él. Tenía que apartarlo de todos ellos.
Admito que tejí toda una red de mentiras a su alrededor para
quitarle de encima a aquellos sujetos que conspiraban para separarnos y
continúo haciéndolo siempre que me siento amenazada por alguien. Este feliz o
triste siempre estoy con él, apoyándolo, consolándolo o felicitándolo. Es mi
mejor amigo, el amor de mi vida y no permitiré que cualquiera me lo arrebate. Estamos
destinado a estar juntos, la fortuna se encargó de hacernos coincidir en el
momento que más necesitada de amor y consuelo estaba. Sé que él me ama de la misma
manera en que yo lo amo, quizá aún no lo dice porque se siente igual de amenazado
que yo por las demás personas, pero pronto, muy pronto, la tranquilidad volverá
a nuestras vidas, me estoy encargando de que sea así.”
Andrea Hernández Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario