domingo, 15 de mayo de 2016

Retazos de existencia.

Por siempre a mi lado.

“Se supone que amar intensamente a una persona implica hacer hasta lo imposible para conseguir su felicidad ¿cierto? Si aquel ser especial se encuentra en peligro o está pasando por algún mal momento ¿no es normal querer retenerlo en brazos para apaciguarlo y protegerlo? A lo largo del tiempo es lo único que he procurado hacer por ese individuo tan importante para mí. Es mi razón de vivir e incluso podría afirmar, sin exagerar, que me es mucho más vital que el oxígeno mismo.

Yo acababa de mudarme, era una chica entrando a la adolescencia que debía lidiar con la reciente muerte de su padre y acoplarse a vivir con unos abuelos a los que apenas conocía. Había atravesado dos estados, lo único que deseaba era tenderme a llorar, pero la psicóloga que se encargó de mi caso opinaba que la mudanza era buena <<Los cambios siempre son buenos, te permiten empezar de nuevo >> me había dicho en la última sesión que tuve con ella. Dos meses después me encontraba en la puerta de la secundaria, recordando aquellas palabras, tratando de controlar mis nervios y orando internamente por que no fuera a sufrir una crisis.

A pesar de ser la chica nueva opte por pasar desapercibida, tenía demasiado dolor interno como para preocuparme por algo tan trivial como la amistad y popularidad. Todo a mí alrededor era gris, hasta ese proyecto de biología. El profesor formo parejas y me toco con un chico que siempre sonreía, perfectamente opuesto a mí. Los primero días, si llegábamos a hablar, solo comentábamos aspectos del trabajo, de a poco él comenzó a tratar que la charla tuviera tópicos más variados. Yo solo contestaba con monosílabos pero no se daba por vencido y finalmente logro que le tuviera confianza. Se volvió en mi mejor y único amigo, termine por confesarle el motivo de mi mudanza y él me prometió que ya no estaría sola.

Pasaron la secundaria, la preparatoria y los primeros dos años de la universidad. Siempre estábamos juntos, yo me aseguré de que fuera así a pesar de las muchas ocasiones que amenazaron con separarnos. Al comenzar el 5to semestre de nuestras respectivas carreras las cosas comenzaron a cambiar, los horarios ya no coincidían y su personalidad tan alegre y fresca le granjeó mucha popularidad, nos frecuentábamos cada vez menos. Me sentía desplazada ¿Por qué él hacía eso si me había prometido estar siempre a mi lado? Y entonces pensé que tal vez no fuera su culpa, eran las demás personas que se empañaban en alejarme de él. Tenía que apartarlo de todos ellos.

Admito que tejí toda una red de mentiras a su alrededor para quitarle de encima a aquellos sujetos que conspiraban para separarnos y continúo haciéndolo siempre que me siento amenazada por alguien. Este feliz o triste siempre estoy con él, apoyándolo, consolándolo o felicitándolo. Es mi mejor amigo, el amor de mi vida y no permitiré que cualquiera me lo arrebate. Estamos destinado a estar juntos, la fortuna se encargó de hacernos coincidir en el momento que más necesitada de amor y consuelo estaba. Sé que él me ama de la misma manera en que yo lo amo, quizá aún no lo dice porque se siente igual de amenazado que yo por las demás personas, pero pronto, muy pronto, la tranquilidad volverá a nuestras vidas, me estoy encargando de que sea así.”

Andrea Hernández Álvarez

No hay comentarios:

Publicar un comentario