jueves, 5 de mayo de 2016

Anagnórisis

Beat



La difusión de la literatura es también un negocio, a estas alturas no queda ninguna duda. Quienes determinan qué es tendencia o no en las letras pueden dar en el blanco, creando hitos, fenómenos que a la larga se vuelven clásicos o quizás terminan cayendo de nuestra gracia por la forzada sobre-exposición. El revival de viejas corrientes ha servido también como un gancho publicitario efectivo, en los últimos años hemos visto revivir todo tipo de fenómenos y modas, mismos que se consideraban extintos, viejos o que en su tiempo nunca tuvieron ocasión. La industria comercial de la literatura puede parecer algo diabólica, a veces los motivos por los cuales ciertos libros obtienen éxito no son claramente visibles; obedeciendo de este modo intereses misteriosos o de control mental y de opinión, según pueden suponer los vapuleados conspiranoicos. Dentro del revival antes mencionado se podría hablar de la reciente popularización de la generación Beat, tendencia que al menos he visto reflejada entre los lectores jóvenes que conozco, y por supuesto que me incluyo. Es por eso que digo que, a veces, estas tendencias no resultan tan molestas, siendo que los Beat ofrecen una amplia gama de poesía y narrativa que ameritan más que una lectura de repaso.






¿Qué podría decir yo que no se haya dicho antes de los Beats? Un movimiento surgido del desencanto de la posguerra, una negación rotunda a las pretensiones positivas del mentado sueño américano, el grito (O aullido) de una juventud pisoteada por la realidad; por la cruda realidad cuyo rancio hedor es casi olfateable en la resquebrajadas callejuelas de algún barrio cualquiera y claramente audible en las frenéticas notas de jazz, producidas por un saxofón, en algún club o bar. Tampoco sé qué tanto podría agregar acerca de los exponentes del género Beat, sólo me queda claro que más que un movimiento conformaron un grupo de amigos, amigos verdaderos y sinceros, que celebraban entre sí sus poesía, sus letras y su aparente libertad. También cabe mencionar que hubo mujeres, poetizas Beat que si bien no tuvieron la popularidad y prestigio que gozaron Kerouac y Burroughs, estuvieron ahí, escribiendo; muchas de ellas terminaron confinadas en manicomios e internados por designio de sus padres. Si lo hombres Beat eran incomprendidos y rechazados para la época, ¿Qué se podría esperar de las mujeres afines al movimiento?. Lo anterior dicho es información extraída de una conferencia en la que Gregory Corso (Escritor Beat) habló acerca del tema, a raíz de una pregunta. Quizás sólo pueda atinar a hablar del alcance de la generación Beat, de su influencia no sólo en el ámbito literario, sino también en la música y el cine. Así pues, en esta columna me centraré más específicamente en hablar de "Beat", un disco de la agrupación de rock progresivo King Crimson, cuya referencia y homenaje a la generación Beat están implícitos desde el nombre mismo del álbum.







Beat es el noveno álbum de la banda, pero el segundo después de una larga ausencia; también se trata de la segunda producción en la que el fantástico músico Adrian Belew hace aparición, imprimiendo su sello en la música del rey carmesí de forma notoria. El disco anterior "Discipline", fue aclamado y bien recibido como el regreso de la banda, pero "Beat" tuvo un poco menos de suerte, aunque no por ello hubo en él un decaimiento en cuanto a calidad o concepto. Desde Discipline se podía ver cierto coqueteo con los modos literarios en temas como "Thela hun ginjeet" y el homónimo del disco "Discipline"; el título del primer tema es en realidad es un anagrama para "Heat in the jungle", mientras que en "Discipline" es posible apreciar el motivo epistolar, donde Belew canta de forma un tanto esquizoide una carta que recibió de su mujer, en la que habla de una escultura que recién había hecho. Ahora bien, en "Beat" el coqueteo se vuelve descarado y se aprecia una inspiración total en los motivos literarios y estilos de vida de los escritores del movimiento. El primer tema "Neal, Jack and me" es obvia referencia; se trata de Kerouac y Cassady. En el tema se pueden encontrar también referencias en francés a los libros de Kerouac, tales como "Los vagabundos del dharma" o "Satori en Paris". El segundo tema "Heartbeat" pareciera sólo jugar con las palabras en el título, pero se puede apreciar también una alusión directa a un libro titulado del mismo modo, escrito por la esposa de Cassady, en el que narra sus vivencias junto a los Beats.


El álbum continúa y las referencias también, "Satori in Tangier" es el tercer tema, haciendo alusión al libro "Satori en Paris", ya antes mencionado. Tangier es una región de Morocco, misma donde se sabe residieron varios escritores Beat. El cuarto tema llega y se trata de "Waiting man" una emotiva pieza que no hace alusión visible a la literatura Beat, pero que aun así imprime en sí cierto aire de nostalgia; personalmente pienso que el tema puede hacer referencia a los constantes intentos de auto-stop que terminaban en viajes y conversaciones extensas a la lus de los faros en medio de la carretera, cosa que se puede encontrar en "On the road" de Kerouac, por ejemplo. Y es así como el disco termina su primera mitad, la carra B comienza a escucharse y es el veloz tema "Neurotica" el encargado de dar por iniciado este segundo aire. La canción comienza con un vertiginoso Spoken word recitado por Belew, casi un rap debido a su velocidad; estos métodos de recitación pudieran recordar a los modos empleados por los Beats a la hora de recitar su poesía, inspirados en la improvisación del jazz. Cabe mencionar que "Neurotica" fue también el nombre de una revista de la época Beat en la que publicaron gran parte de los escritores del movimiento. Después de esto parece otro tema que pareciera no hacer gran alusión, se trata de "Two hands" cuya letra corre a cargo de Margater Belew, esposa del guitarrista. El penúltimo tema lleva por nombre "The howler" y está de más decir el por qué, pues ese aullador del que habla la canción es ni más ni menos que Allen Ginsberg, cuyo poemarío "How and other poems" marcó al movimiento y a las generaciones posteriores. Finalmente el disco finaliza con una pieza instrumental, la cual lleva por título "Requiem". Y es así como finaliza el salvaje sueño de la juventud américana de la posguerra, con un prolongado y onírico réquiem.





Este disco no es el único homenaje musical a los Beat, hay muchos de ellos abordados cada uno de manera muy peculiar. Burroughs colaboró con una buena cantidad de músicos de distintos géneros. Desde Laurie Anderson hasta Sonic Youth. Los beat también han aparecido en el cine repetidas veces, es memorable aquella película de Cronenberg, la cual nos da un enloquecido vistazo a la intensa vida de William S. Burroughs. También podemos encontrar la adaptación de "Howl", la cual muestra el proceso legal que sufrió el poemario debido a la censura sin sentido que se vivía en la época, intercalando estas escenas con otras que muestras una animación cuya acción se desenvuelve mientras el poema es recitado. Más recientemente se puede encontrar la adaptación de "On the road", la cual he de admitir no me atrevo a ver por temor a llevarme una terrible decepción. En fin, la tendencia Beat está reflejada no sólo en el ámbito literario, como podemos observar. Un panorama "Post-beatnik" es más que tangible y la obra de estos autores no para de trascender. Como dije anteriormente, es recomendable su revisión. Posteriormente hablaré de otros aspectos de la generación Beat, así como referentes que ayuden a dilucidar un mejor paisaje de estas épocas tan frenéticas.

ANJ-

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