Angelología
"Todo el que sabe adivina que tras el silencio de un ángel siempre hay una historia. O muchas"
—Ángeles Mastretta
Trompetas suenan a lo lejos, un resplandeciente halo de luz surge en el cielo; y con magnificencia desciende hasta los mortales el ejercito de Dios. Finalmente ha llegado el turno del coro celestial de apropiarse de este espacio. Los ángeles despliegan sus alas y un veloz viaje a través de la angelología comienza. Con un juramento de verdad y toda la gloria posible, estos seres llenos de luz están dispuestos a responder la enorme cantidad de cuestionamientos que giran alrededor de que es lo que son, su historia y cualidades, pero sobretodo la división jerárquica que es una de las aportaciones más importantes de la llamada angeolología o el estudio de los ángeles.
Un ángel es un ser espiritual, un ser de luz destinado a ser el intermediario entre Dios y el hombre. La concepción del ángel es muy similar en el islam, el judaísmo y el cristianismo, pues en las tres el ángel cumple la función de mensajero, es un siervo de Dios que posee inteligencia superior a la humana, un gran poder y una pura santidad, y sin embargo no se les permite tomar decisiones o juzgar a la humanidad. En el isam y el cristianismo, los ángeles son seres sumamente bellos y poseen varios pares de alas, pueden adoptar apariencia humana y sin embargo, su origen divino les impide comer o reproducirse. Además a lo largo del tiempo y de diferentes culturas, al ser alado se le han otorgado diversos trabajos, para los sumerios era la representación del espíritu humano, para los egipcios, griegos y romanos eran divinidades, mientras que en diversas culturas fueron guías y guardianes espirituales, tanto de la iluminación como de la muerte. Debido a la gran cantidad de trabajos que se les eran atribuidos, y la gran cantidad de diferentes formas con las que se referían a ellos, se hizo necesaria una forma de clasificación.
En diferentes tradiciones religiosas se encuentran clasificaciones de ángeles, y las más famosas de ellas son la cristiana, la judía y la cabala. Estas clasificaciones son similares, algunas contienen los mismos nombres pero se localizan en diferente nivel, y otros simplemente cambian de nombre. En el medioevo, el teólogo y angelólogo Pseudo Dionisio Areopagita escribió su libro Las Jerarquías celestiales, en el que hace una detallada división de nueve coros, repartidos en tres Triadas: Primera Jerarquía, Segunda Jerarquía y Tercera Jerarquía. La primer Jerarquía (o Jerarquía Suprema) comprende a Serafines, Querubines y Tronos; son el nivel más cercano a Dios y tienen relación con el fuego y la luz. Los Serafines son los el nivel más alto, con su fuego destruyen las sombras y la oscuridad, elevan y purifican a aquéllos que están por debajo; son seres con una belleza suprema y tres pares de alas que sirven para protegerse del resplandor de Dios. Los Querubines son los guardianes de la Gloria y fuego de Dios, reciben la iluminación de la sabiduría de Dios y la transmiten a los demás; su imagen dista mucho de la de pequeños y rechonchos niños, el profeta Ezequiel les describe como seres que asemejan a bestias, poseen cuatro alas y cuatro caras, la de un hombre, un toro, un león y un águila. Los últimos en la jerarquía son los Tronos, cuyo nombre hace referencia a la pureza, son símbolo de la autoridad y justicia de Dios; en algunos textos son descritos como ruedas de fuego y con alas que reflejan los colores del arcoiris, su deber es sostener el trono de Dios o incluso ser el mismo. Estos coros además están creados para la adoración de Dios, las triadas inferiores tienen más relación con el hombre
En diferentes tradiciones religiosas se encuentran clasificaciones de ángeles, y las más famosas de ellas son la cristiana, la judía y la cabala. Estas clasificaciones son similares, algunas contienen los mismos nombres pero se localizan en diferente nivel, y otros simplemente cambian de nombre. En el medioevo, el teólogo y angelólogo Pseudo Dionisio Areopagita escribió su libro Las Jerarquías celestiales, en el que hace una detallada división de nueve coros, repartidos en tres Triadas: Primera Jerarquía, Segunda Jerarquía y Tercera Jerarquía. La primer Jerarquía (o Jerarquía Suprema) comprende a Serafines, Querubines y Tronos; son el nivel más cercano a Dios y tienen relación con el fuego y la luz. Los Serafines son los el nivel más alto, con su fuego destruyen las sombras y la oscuridad, elevan y purifican a aquéllos que están por debajo; son seres con una belleza suprema y tres pares de alas que sirven para protegerse del resplandor de Dios. Los Querubines son los guardianes de la Gloria y fuego de Dios, reciben la iluminación de la sabiduría de Dios y la transmiten a los demás; su imagen dista mucho de la de pequeños y rechonchos niños, el profeta Ezequiel les describe como seres que asemejan a bestias, poseen cuatro alas y cuatro caras, la de un hombre, un toro, un león y un águila. Los últimos en la jerarquía son los Tronos, cuyo nombre hace referencia a la pureza, son símbolo de la autoridad y justicia de Dios; en algunos textos son descritos como ruedas de fuego y con alas que reflejan los colores del arcoiris, su deber es sostener el trono de Dios o incluso ser el mismo. Estos coros además están creados para la adoración de Dios, las triadas inferiores tienen más relación con el hombre
La segunda Jerarquía (Media) sirve para los gobernadores del cielo, y se divide en Dominaciones, Virtudes y Potestades. Los Dominios bajo las ordenes de Dios o la Jerarquía Suprema, regulan los deberes de los demás seres angélicos y mantienen el orden en el universo. La Virtudes siguen las ordenes de los Dominios supervisan distintos grupos de personas, además se les relaciona con las bendiciones y la magia, ejecutan los milagros, también fortalecen y en forma de rayos de luz proveen de virtudes como el coraje, la gracia y el valor a los seres humanos. Las Potestades o Poderes, defienden contra ataques del mal, controlando la ira y tiranía de los demonios y hombres; son el ejercito de Dios, guerreros con armaduras que mantienen un equilibrio entre el bien y el mal. La tercera Jerarquía (También llamada Inferior) comprende a los Principados, a los Arcángeles y Ángeles. Los Principados son los encargados de supervisar distintos reinos, como el mineral el vegetal y el humano; trabajan en conjunto con los Dominios siendo los guardianes de las naciones y países, supervisando todo aquello que les afecta a estos grupos de personas como la política, lo militar y el comercio; poseen una naturaleza de servicio, serenidad y paz. Los Arcángeles son los enviados de Dios, mensajeros directos que se encargan de iluminar, guiar, proteger y dar los decretos divinos como el mensaje, la revelación y la anunciación; también son parte del ejercito de dios y ayudan en la pelea contra los demonios; hay 7 Arcángeles principales, pero solo el nombre de tres de ellos esta en la Biblia: Miguel, Gabriel y Rafael. Los últimos de la triada, que son el nivel más bajo en toda la organización son los Ángeles; mantienen una cercana relación con lo hombres pues son la guía de estos, ayudan para que el propósito Divino sea cumplido y los hombres vayan al cielo; en esta categoría entran los llamados Ángeles guardianes, en ocasiones estos adoptan forma humana y siempre están dispuestos a prestar ayuda.
Todo lo que fue mencionado con anterioridad es un pequeño resumen de la forma en la que se concibe a los seres de naturaleza angelina, pues la angelología abarca una gran y variada extensión de temas. Aunque por lo general, su estudio es dejado de lado y varios de sus atributos originales van perdiendo fuerza en contra de las creencias populares. En la actualidad no hay persona que no haya escuchado alguna vez la palabra ángel e inmediatamente se imaginara a un hombre con delicados rasgos, ataviado con una toga y un par de alas sobresaliendo de su espalda; tampoco a quien no le hayan dicho que después de la muerte las personas se convierten en ángeles. Así como estas afirmaciones actuales, hay miles que hemos escuchado e incluso dicho, y sin embargo no son correctas, los ángeles no son personas que fallecieron y en definitiva, como ya se ha visto, hay muchas formas para los seres angélicos. Tampoco se ha descubierto alguna prueba cien por cierto certera para afirmar la existencia de ellos, pero resulta confortante saber que siempre existe un ser cuidándote, o por el contrario puede ser aterrador saber que hay alguien que observa todos y cada uno de tus movimientos.
Darian Álvarez
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