Millennium Actress
"La parte que más me gustó, fue perseguirlo"
Una actriz aferrada a un recuerdo. Una llave que no tiene una puerta por
abrir. Un retrato en un viejo edificio medio deshecho por los bombardeos de la
Segunda Guerra Mundial. Un romance. Una historia fascinante
envuelta en el más puro y profundo estilo de uno de los más grandes directores
del cine animado japonés. En la columna del día de hoy, se le presenta al
lector una oportunidad de sumergirse por completo en una película capaz de
combinar perfectamente, los recuerdos de una actriz retirada y los
acontecimientos que, claro está, dejaron una huella permanente en la historia
mundial. Damas y caballeros, exploremos el universo creado por el icónico Satoshi
Kon, autor de esta animación.
En la historia de Millennium Actress,
se nos muestra que, debido a la demolición de los estudios Ginei, famosos por
ser los productores de cientos de películas filmadas en la época de oro del
cine japonés, el periodista Genya Tachibana recibe el gran encargo de filmar un
documental sobre la vida de Chiyoko Fujiwara, la artista más emblemática del
estudio que, por motivos desconocidos, un día cualquiera decidió retirarse y
desaparecer del ojo público por el resto de su vida. Genya, quien además es un ferviente admirador
suyo desde su juventud, decide ir conjuntamente con su camarógrafo, Ida Kyoji,
para entrevistar a Chiyoko; sin embargo, el documental no es el único motivo
que tiene Genya para verla: quiere devolverle una misteriosa llave que ella
perdió casi al mismo tiempo que decidió abandonar el cine definitivamente. Con
ello, la gran puerta de su memoria se abre, introduciéndonos en la emocionante
aventura que fue su vida como artista.
Vida que comenzó cuando tenía quince años y conoció a un misterioso hombre del
cual se enamoró perdidamente y que le dará esa misma llave que Genya había
encontrado, diciéndole “que abre lo más importante de este mundo” y que algún
día, se volverían a encontrar.
La película probablemente no presente una historia que la haga
trascendental. No obstante, lo que la hace tan especial es la manera en cómo está
narrada: Satoshi Kon, ha tenido una marca muy peculiar en su cine, basta con
explorar otras de sus películas para darse cuenta que su género por excelencia es
el thriller y que la difuminación escalonada de lo real – no real,
es decir, esta intercalación de universos, es una técnica que domina
perfectamente. En este caso, Satoshi mezcla varios niveles: la vida real de
Chiyoko (vivencias), las historias de
las películas que Chiyoko grabó (cine) y a la vez tejiéndose con la historia
del país; pero por muy enredoso que pueda parecer, la historia no se
sobresatura de datos, sino que continúa contándonos la vida de la actriz sin
perdernos. Y llegados a este punto, es necesario remarcar que las historias
hechas por Satoshi Kon, no sólo son historias al azar, sino que tienen un impacto
profundo y con un gran trasfondo detrás. Millennium
Actress, es un carrusel de emociones, de gran narrativa, que sumerge al
espectador en la maravillosa aventura que plantea.
Ahora bien, por el hecho de que la película gira en torno a una sola
persona, no significa que los otros personajes no tengan cierta relevancia
dentro de la historia. A la par que vamos descubriendo a la protagonista,
Chiyoko, los que la van acompañando por sus memorias también crecen junto con ella,
desarrollando lazos de amistad, o enemistad, que van esclareciendo el porqué de
las acciones que Chiyoko realiza: el director que la contrata desde joven, las
otras actrices que conviven con ella, el hombre misterioso de quien se enamora,
etcétera. Genya e Ida, los documentalistas que se van adaptando según la época
que estén repasando (pues hay que tener en cuenta que se va explorando desde la
adolescencia de Chiyoko), agregan un muy buen toque de comedia dentro de toda
la tensión que hay en la línea principal del argumento sin arruinarlo. Son la
representación exacta de los espectadores, una clase de “yo lírico” que va
reviviendo cada una de las memorias de la protagonista, por lo que tienen una
presencia bastante fuerte dentro de la película.
Otra característica firma de las obras de Satoshi Kon, es la animación
estupenda y la calidad visual que sus películas ofrecen. Generalmente de un
aspecto sobrio, busca retratar lo más realista posible el Japón en el que vive.
En Millennium Actress, lleva esa habilidad
a otras épocas: desde el shogunato Tokugawa,
pasando por los desastres de la Segunda Guerra Mundial, hasta eventos más fantásticos
como los viajes espaciales. Sin duda un aspecto que le agrega a la animación un
nuevo nivel en atracción. Narrada de una forma original y bella, con grandes
elementos simbólicos y excelente ejecución de progresión dramática; acompañado
por un apartado técnico de alto nivel, tanto artístico como sonoro, esta
película logra demostrar nuevamente cómo una obra animada puede dar mensaje con
un gran contenido y generar un producto que puede impactar gratamente a
personas de todas las edades. Millennium
Actress ha sido y seguirá siendo, una obra de maestra que arrebatará
lágrimas y risas, manteniendo al espectador con una agradable sensación de
curiosidad y con más ganas de adentrarse más en el mundo de la actriz
milenaria.
Katia de Leija M.
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