domingo, 15 de mayo de 2016

De lo Estético y lo Bello



Simbolo, lugar común, ideología en torno a la intención estética del lenguaje


En esta breve entrega haremos una aproximación a algunos elementos que influyen en la intención estética del lenguaje. Sabemos que ésta puede o no ser lograda, e independientemente de ello; no está al margen de ser alienada con conceptos ajenos a su intención.




Los símbolos

Una de las razones por las cuales los formalistas rusos se opusieron al simbolismo es el agotamiento del mismo. El símbolo como tal es una imagen de la cual se sabe por conveniencia su significado porque sólo es uno y el mismo en cada enunciación. De modo tal que aquello que se predica sobre el símbolo  es siempre lo mismo, es decir, es un recurso agotado. Así, si mencionamos la palabra cruz, esta viene con esa carga simbólica que no le permite representar otr cosa más que eso.



Diferencias de símbolo y lugar común


Decíamos más arriba que el símbolo es una imagen o un concepto agotado. Así cuando se enuncia en el texto literario aquello sólo puede tener una única significación. El lugar común a diferencia del símbolo, carece de una importancia tan profunda, ideológica, antropológica. El lugar común es una expresión que hace referencia a un asunto con un modo de decir prosaico, común y agotado. Así en el texto literario con intención estética los lugares comunes ayudan a no lograr  dicha intención. Un lugar común es entendido por cualquiera en un sólo sentido, de allí su falta de valor estético.


La ideología


Como lo propuso V. Voloshinov en su libro El marxismo y la filosofía del lenguaje, no existe un lenguaje sin una ideología, ésta es dada antes de la palabra misma, a su vez esta ideología puede ser expresada no sólo con signos sino con imágenes. Estas pueden ser símbolos o imágenes, el mismo lugar común puede estar cargado con una ideología. Así es fácil identificar un objeto ideológico. A su vez el texto literario con intención estética puede no enunciar ninguna ideología per estar basado en ésta de tal modo que este diferida.



Cómo permean estos elementos en el lenguaje con intención estética


Comencemos aclarando por qué hablamos de lenguaje con intención estética y no de lenguaje estético. Si bien es un término que hemos venido manejando, debido a que hablamos de V. Voloshinov consideramos pertinente engarzar un término más acercado a su pensamiento. Para el pensador ruso el signo como tal carece de significado, esto es desde Ferdinand Saussure,  quien propone que, no sólamente el signo no tiene significado como tal sino que adquiere significado en contraposición con otro signo. Así pues, no se puede hablar de lenguaje estético, En primera instancia el lenguaje, de suyo no es estético sino, comunicativo, pragmático funcional. Por lo contrario existen en el lenguaje ideologías, simbolismos y lugares comunes que se determinan por la intención de los mismos; así no es lo mismo un enunciado común “te quiero mucho”, uno ideológico,  “américa para los americanos” o un enunciado con carga simbólica, aquí cabrían los enunciados o citas bíblicas, por ejemplo. Dichos elementos tienen diferentes funciones de acuerdo a la intención de lo dicho. El precepto formalista apela a una novedad de significación, un extrañamiento de lo ya conocido (V. Shklovsky) y no favorece el simbolismo porque este no ofrece novedad, está agotado. Sin esta novedad no hay la polisemia del texto y mientras el texto tenga un sólo sentido no se puede hablar de intención estética, sino, de intención comunicativa.

 



Rocío Berenice Ortiz García. "Rose"



Bibliografía y Referencias:


Todorov, T. (1976). Teoría de la litératura de los formalistas rusos. Buenos Aires: Siglo XXI.
Voloshinov, V. N., & RUSSOVICH, R. M. (1976). El signo ideológico y la filosofia del lenguaje. Buenos Aires, Argentina: Nueva Visión.

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