domingo, 6 de marzo de 2016

Cajón de sentidos ochentanianos para viajeros

Hugh Harris fue jefe de Prensa del Centro Espacial John F. Kennedy de la NASA durante 35 años, el puerto de la flota de transbordadores espaciales. De hecho, era el jefe de prensa cuando el 28 de enero de 1986 uno de las naves explotó ante la atónita del mundo, apenas 1 minuto y 13 segundos después de despegar. Lo que sucedió y cómo lo vivió, lo cuenta en un reciente libro electrónico llamado ¨Challenger: Una tragedia americana. La historia desde adentro en el Cuarto de Control¨, Hugh Harris, quien como parte del personal de la NASA estuvo en el mismísimo centro de lanzamiento cuando todo ocurrió.

Toda la tripulación del transbordador Challenger murió de forma inmediata en la explosión que era transmitida en vivo, y que en especial estaban viendo miles de niños porque por primera vez iba en una nave, una maestra de escuela, Christa Mc. Tras la explosión y la incredulidad inicial, Harris cuenta cosas como, que el área de prensa a su cargo empezó frenéticamente a hacer copias del video que él sabía que en cuestión de minutos sería confiscado por el gobierno para la investigación. Recuerda también cómo el Centro Espacial y sus alrededores se llenaron de periodistas que corrían detrás de los barcos que estaban intentando recuperar los restos del transbordador, usando visores nocturnos o radios para oir las conversaciones con esas misiones de rescate. Cuenta también, como el presidente Ronald Reagan canceló su mensaje anual del Estado de la Unión programado para esa misma noche para dirigirse a su país acerca de lo sucedido con el Challenger. El vicepresidente George H.W. Bush voló hasta el Keneddy Space Center para estar con los familiares y asegurar recursos para la investigación y la vigencia del programa espacial.
La Comisión Presidencial hayó pronto la causa del accidente y dos años después el programa espacial de transbordadores se reinició. Y antes de que acabara su ciclo, hizo posible la construcción de la Estación Espacial Internacional, ese gran laboratorio espacial de investigación. Sin embargo, no fue el único traspies del programa Shuttle, en el 2003 el transbordador Columbia se despedazó con toda la tripulación al momento de reentrar a la atmósfera terrestre. Dos años después, en el 2005 volvió a activarse. No solo ha contribuído con conocimientos acerca del espacio, el Cosmos y nuestros orígenes, sino también en transporte, agricultura, salud, etc. Y seguirá aportando a otros campos de la vida humana, aunque haya gente que cree que la vida de la NASA terminó cuando se cerró su programa de transbordadores Shuttle, como apunta el astronauta Bob Crippen.
"Me alegra reportar que los rumores de que NASA cerró son falsos. La NASA ha estado enfocándose más bien en el largo plazo. Ha estado trabajando en las naves y misiones que permitan estudiar el espacio-profundo, y los resultados se verán este 2014. En este año veremos el primer vuelo de prueba de la nave de exploración tripulada, así como las pruebas de motor y cohete acelerador del nuevo Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS), el más potente jamás construido."
La tecnología desarrrollada por la NASA en el transcurso del tiempo, hoy es usada por compañías privadas como SpaceX u Orbital Sciences para llevar carga científica o logística a la Estación Espacial Internacional y desarrollar nuevas capacidades para lanzar tripulaciones a la órbita terrestra baja. Esto deja a la NASA libre para avanzar en las capacidades para la exploración humana más lejos que el ámbito de la Tierra

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