Por Wendy Ortiz
El transporte público, más que un medio para trasladarse de un lugar a otro, es un medio de recolección de historias: memorias que escapan de la mirada silenciosa de los pasajeros para quedar atrapados entre láminas viejas, asientos rotos y ventanillas selladas; nunca se sabe qué tipo de historia puede encontrarse en sus rincones, pero siempre hay alguna que está esperando ser recogida para tejerse en la trama de la vida urbana.
Cierta noche mientras volvía a casa, me encontré con los recuerdos de un sujeto que viajaba solitario, caminé por el pasillo hasta el fondo del autobús y me senté a su lado;
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