Internet es la capital de la intolerancia. Todos lo hemos
visto y hemos ayudado a que sea así. No hay lugar en donde una diferencia de opinión
no se vuelva un debate, en donde, cuando se acaban los argumentos, y movidos
por la desesperación, se lanzan insultos como si se tratara de golpes de
cantina. Esto pasa cuando una herramienta está disponible para el uso de
cualquiera. Las diferencias culturales son muy visibles, también las religiosas
y las académicas. Es muy divertido ver los errores ortográficos podemos
encontrar en las publicaciones de Facebook, y es más gracioso cuando éstos son
cometidos por nuestros propios condiscípulos.
¿ven? Yo me burlé un poco de algunas personas. Lo hice sin
ningún problema y, como rige la sociedad de internet, eso me hizo mejor persona.
Los videojuegos, de por sí están llenos de fanfarroneadas, en internet se
desbordan de condescendencia de niños malcriados. Pero hay un tema que, desde
que empecé a usar internet hace muchísimos años, he notado como una rivalidad
solamente comparable a la de la Unión Soviética contra los Estados Unidos:
jugar en consola y jugar en PC.
Al principio me pareció algo absurdo, porque lo es, pero con
el tiempo, al analizar ambos puntos de vista y ver los pros y contras de ambas
plataformas llegué a la conclusión de que no es algo absurdo…, es estúpido. Es
como presumir una ametralladora cuando otro tiene un rifle de precisión. Hacen
lo mismo, pero son para distintos casos. Yo tengo una motocicleta, él tiene una
camioneta, los dos podemos transportarnos, pero son experiencias diferentes. Al
jugar en una computadora, uno tiene situaciones distintas a las de una consola.
Hay una ventaja, por supuesto, pero esta ventaja es su principal calamidad: la
calidad de sonido y de video dependen de los componentes que haya en el equipo,
los cuales son muy caros y complicados de conseguir. Si alguien quiere ver los
poros de la piel y contar cada uno de los pelos de la barba de un personaje, lo
puede hacer un equipo computacional, después de haber gastado cerca de veinte
mil pesos, claro.
En una consola, la ventaja es la confiabilidad. Es un equipo
hecho específicamente para jugar. Tal vez Microsoft pensó en intentar meter
otras funciones como ver la televisión abierta a través del Xbox, pero retomó el
camino tiempo después con el Xbox ONE. Yo, después de trabajar o después de
estudiar, puedo sentarme en un sillón y jugar un rato cualquier cosa sin
preocuparme por cómo funcionen los ventiladores o si, porque alguien usa Netflix,
se pierda la capacidad de la conexión. La calidad gráfica podría ser un poco
inferior, pero puedo vivir sin saber cuántos pelos hay en la barba de Mario. Incluso
las formas de almacenamiento sin distintas, pues los juegos digitales son prácticamente
una posesión puramente teórica. En las consolas, también hay este tipo de contenido,
más no es el que sobresale. El contenido físico, los discos, hasta cierto
punto, pueden llegar a ser más confiables a la hora de guardar información.
El debate entre lo digital y lo físico es un dialogo muy
activo en estos días; hablaré al respecto en otra ocasión. Muchas veces la tolerancia es el camino más
adecuado, incluso si alguien es agresivo. La gente que odia lo hace por
inseguridad, y no lo hace porque cree que por haber gastado tres mil pesos en
una tarjeta gráfica es mejor, sino porque fue molestado por familiares, amigos
o vecinos. Hay gente extremista en todos lados y, al igual que Santa Claus, si
se les da atención, viven más. ¿por qué no mejor dejar de celebrar al cretino
de internet y dedicarse a hacer cualquier otra cosa que dé más placer a la
existencia?
Sir Erick Ayala
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