El cuento del jueves: En la madrugada (México)
ESPECIAL “EL LLANO EN LLAMAS”
De inocentes
tras barrotes y madrugadas delatoras.
“Y
ahora ya ve usted, me tienen detenido en la cárcel y que me van a juzgar la
semana que entra porque criminé a don Justo. Yo no me acuerdo; pero bien pudo
ser. Quizá los dos estábamos ciegos y no nos dimos cuenta de que nos matábamos
uno al otro. Bien pudo ser. La memoria, a esta edad es engañosa; por eso yo le
doy gracias a Dios, porque si acaba con todas mis facultades, ya no pierdo
mucho, ya que casi no me queda ninguna. Y en cuanto a mi alma, pues ahí también
a Él se la encomiendo.”- Juan Rulfo (En la madrugada)
¿Cómo se termina tras los barrotes? Muy fácil, por las
malas compañías o por los rastros de sangre. Por eso estamos aquí, nosotros y
el viejo Esteban. A él lo agarraron en San Gabriel, a nosotros nos cayeron por
Tonaya*, nos metieron en la misma celda En
la madrugada disque porque somos de la misma calaña. Esteban es buena gente,
nos invitó una fruta roja que es muy dulce aunque por fuera tiene espinas.
Nosotros, como agradecimiento, le contamos uno de Altamirano, parece que le
gustó. Nos pusimos a platicar sobre estos rumbos, sobre el llano. Esteban dice
que la madrugada siempre es tranquila por aquí.
La diégesis expuesta en En la madrugada es uno de los elementos más interesantes para
analizar durante una primera lectura. La voz autoral expone el entorno en sus
primeras líneas, sin embargo, en esta ocasión no nos encontramos con una
naturaleza-personaje ahora la naturaleza será la encargada de preparar al
lector para la intervención de los personajes. El mismo procedimiento se
repetirá en la conclusión del cuento.
“San Gabriel sale de la
niebla húmedo de rocío. Las nubes de la noche durmieron sobre el pueblo
buscando el calor de la gente. Ahora está por salir el sol y la niebla se
levanta despacio, enrollando su sábana, dejando hebras blancas encima de los
tejados. Un vapor gris, apenas visible, sube de los árboles y de la tierra
mojada atraído por las nubes; pero se desvanece en seguida. Y detrás de él
aparece el humo negro de las cocinas, oloroso a encino quemado, cubriendo el
cielo de cenizas.” (Rulfo, 1953:48)
La historia** que se desarrolla dentro del cuento nos
presenta al viejo Esteban un hombre que cuida las vacas de su patrón, Justo
Brambila. Esteban no sólo será nuestro personaje principal sino también nuestro
narrador en diversas ocasiones. La sencillez de la narración y lo sorpresiva
que es la historia atrapa al lector incauto justo a la mitad, el atractivo de
la historia recaerá en este elemento.
En la madrugada cuenta con un
narrador en primera persona y uno omnisciente los cuales serán intercalados
dentro de la trama. Dos puntos son contrapuestos, por un lado tenemos la visión
de Esteban por el otro la visión del narrador; de igual forma encontramos la
intervención de Justo Brambila, durante un monologo sobre su sobrina Margarita.
Con respecto a la temática del incesto en la literatura, hemos decidido
aguardar unas entregas más antes de profundizar en ello.
“[…] Y ya estaba yo quitando la
tranca del zaguán cuando vi al patrón don Justo que salía de donde estaba el
tapanco, con la niña Margarita dormida en sus brazos y que atravesaba el corral
sin verme. Yo me escondí hasta hacerme perdedizo arrejolándome contra la pared,
y de seguro no me vio. Al menos eso creí.” (Rulfo, 1953: 50)
…
“Justo Brambila dejó a su sobrina
Margarita sobre la cama, cuidando de no hacer ruido. En la pieza contigua
dormía su hermana, tullida desde hacía dos años, inmóvil, con su cuerpo hecho
de trapo; pero siempre despierta. […]
Eran las seis de la mañana.
Se dirigió al corral para abrirle el
zaguán al viejo Esteban. Pensó también en subir al tapanco, para deshacer la
cama donde él y Margarita habían pasado la noche. “Si el señor cura autorizara
esto, yo me casaría con ella pero estoy seguro de que armará un escándalo si se
lo pido. Dirá que es un incesto y nos excomulgará a los dos. Más vale dejar las
cosas en secreto.” En eso iba pensando cuando se encontró al viejo Esteban
peleándose con el becerro, metiendo sus manos como de alambre en el hocico del
animal y dándole de patadas en la cabeza.” (Rulfo, 1953:52,53)
Cuando se aborda un texto como En la madrugada, es posible notar una transición literaria. Por un
lado, los diferentes cambios de voz en el narrador apuntan hacía una narrativa
moderna, por otra parte la fuerte presencia del escenario rural señala el interés
encaminado hacía una identidad nacional. Un profesor de la facultad suele decir
que la literatura mexicana nació moderna, nosotros nos atrevemos a agregar: la
literatura mexicana nació moderna y vieja. Nos dieron noticias de la ciudad al
amanecer, la huelga ha terminado. Ya le pusieron precio a nuestras cabezas. ¿Sentencia?,
afuera alguien está gritando: ¡Diles que
no me maten!...
Isadora Cabrera.
*Hablamos, por supuesto del Tonaya de No oyes ladrar los perros. Cuento de El llano en llamas que, por cuestiones
de tiempo, no pudimos analizar.
**Si después de conocerla nuestro lector
desea continuar con una lectura similar, recomendamos abiertamente la novela de
Gabriel García Márquez Crónica de una
muerte anunciada.
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