“Ciudades sin respuesta, ríos sin habla, cumbres sin ecos, mares mudos.”
—Rafael Alberti
La historia es un tesoro enterrado por las civilizaciones antiguas para marcar la evolución de los humanos. Durante años, los expertos se han encargado de dar a conocer información de la vida que se desarrollo en algún punto especifico de tiempo; se han encargado de buscar y desenterrar ruinas que ostentan glorias pasadas que demuestren que alguna vez existieron ciertos grupos y culturas, pero a pesar de la ardua labor, hay ciudades que no han sido encontradas y son tomadas como un elemento mítico más. ciudades míticas que a pesar de la intensa búsqueda nunca se han encontrado, ciudades que quizás aguardan por ser descubiertas en el fondo del mar o escondidas entre montañas. Muchas son las historias que contienen estos lugares de leyenda, pero hay tierras primordiales que con son consideradas de tal modo por el hecho de que han sido las favoritas durante mucho tiempo.
Los continentes perdidos de Mu y Lemuria pertenecen al selecto grupo de mitos que han hecho a los expertos dudar de su existencia. Mu es un supuesto continente que habría estado en el Océano Pacífico y tenía una extensión que iba de las Marinas a la Isla de Pascua (de este a oeste), y de Hawai a Mangaia (de norte a sur). La idea de este continente perdido viene de Augustus Le Plongeon, quien después de sus investigaciones de ruinas mayas en Yucatán, tradujo varios escritos mayas antiguos y dio a conocer que esa civilización probablemente hubiera tenido su origen en un continente más antiguo. A partir de ahí se empezó a creer en el continente de Mu, que al final de las suposiciones no solo fue el origen de la civilización maya, sino también de la humanidad entera. Sin embargo sería imposible de afirmar tales hipótesis y comprobarlas pues el continente de Mu terminó hundiéndose y despareciendo en el océano. Lemuria, por su parte, se cree que fue una tierra ubicada en el océano Índico y habitada por los denominados lemurianos, una raza de aspecto simiesco. De los habitantes de este continente perdido, se cree que derivaron los atlantes, y más tarde la humanidad como se conoce. Esta raza fue poseedora de grandes conocimientos, tan grandes que con facilidad podrían superar a los que se tienen en la actualidad. Curiosamente, el origen de este supuesto continente no proviene de una leyenda contada en antaño, sino que tiene un origen mucho más reciente que se remota al siglo XIX aproximadamente. La literatura tuvo un papel fundamental en la expansión de la creencia sobre Lemuria, las teorías van desde un continente que sirvió a criaturas como los lemures de puente terrestre entre Asia y África, hasta las que fusionan Lemuria con el continente perdido de Mu, tal como lo hizo H. P. Lovecraft. Esta civilización encontró su fin, al igual que el continente de Mu, en el agua, pues se cree que fue azotada por una erupción volcánica que hizo que se destruyera completamente y sus restos se perdieron en el mar borrando así cualquier pista que pudiera ser de ayuda para encontrarla.
La siguiente parada nos lleva a la famosa Atlántida, una de las ciudades perdidas más buscadas en todos los tiempos. Su ubicación ha sido propuesta por varios científicos y exploradores aunque los principales lugares para su ubicación suelen encontrarse en el océano Atlántico o en el mar Mediterraneo, incluso con el descubrimiento de América se llegó a pensar que el continente fue parte de La Atlántida. La leyenda sobre esta tierra se le atribuye a Platón, el cual en los diálogos de Timeo y Critias, menciona que existía una poderosa civilización que habitaba una isla "más allá de las columnas de Hércules" y que tenía por lo menos 9,000 años de anterioridad a Solón. La Atlántida estaba consagrada a Poseidón, el Dios termino enamorándose de Clito (hija de Evenor, nacido de la tierra y uno de los primeros habitantes de la isla) y con el fin de protegerla creó tres círculos de agua alrededor de la isla. Los amantes tuvieron diez hijos, el mayor era Atlas (Atlante) y en su honor la isla fue llamada Atlántida y el mar que le rodeaba Atlántico. Gracias a la protección del señor de los mares, esta tierra fue muy fructífera, sus habitantes poseían tecnología y conocimiento superior al de sus contemporáneos. Usando su aparente superioridad, los atlantes invadían y conquistaban otras culturas, gracias a esta soberbia los dioses decidieron castigaros. Fue . cuestión de horas en las que la isla se vio azotada por un terrible terremoto y un tsunami, las torres cayeron, las calles se llenaron de agua, la gente desespero y el precio de la soberbia fue pagado. "En tan solo un día y una noche" la Atlántida desapareció. A pesar de que fácilmente se podría tomar como una típica historia moralista griega, La Atlántida cobra importancia dada la cantidad de historias con similitud, incluso entre los griegos hubo varios que afirmaron que lo dicho por Platón no era simple ficción, e independientemente de la cultura griega, hay muchas más que relatan como una isla desapareció tragada por las aguas. La veracidad de su existencia es sostenida gracias a las similitudes entre las culturas egipcias y americanas, tales como la escritura y la pronunciación, los cultos a deidades así como el inmenso parecido en sus construcciones arquitectónicas; pues las leyendas sobre la isla afirman que su poderío fue tal que esos conocimientos y tradiciones, llegaron a todo el mundo gracias a los atlantes. Sin duda la Atlántida es una de las ciudades perdidas más importantes para el mundo, numerosas expediciones, así como material literario, cineasta y televisivo han florecido gracias al misterio que envuelve la misteriosa desaparición de la isla.
Ahora viajamos hasta el medievo para unirnos a la corte del magnifico Rey Arturo en Camelot y la tierra perdida de Lyonesse. Camelot es el nombre de la capital del reino del Rey Arturo, así como el nombre de su castillo y fue nombrado por primera vez por Chrétien de Troyes en el poema de Lancelot. La ubicación de Camelot es desconocida, pero las historias mediavales concuerdan en que se encontraba en una tierra inmemorial, rodeada de bosques encantados, castillos, criaturas salvajes y criaturas llenas de magia como las hadas y los magos; el centro de todo el reino del Rey era su castillo, el cual se encontraba junto a un río y tenía poderío sobre una ciudad, la cual era fructifera y alegre. El Rey Arturo, junto a su esposa Gineba, reinaban con justicia desde Camelot, fue en ese castillo donde se fundó la Orden de los Caballeros de la Mesa Redonda. Durante la búsqueda del Grial, Camelot jugo un papel importante, pues mientras los caballeros salían en pos del místico objeto, tenían que enfrentarse a diversos monstruos como dragones, rescatan a hermosas damas, se ven envueltos en las manos de malvados hechiceros y hadas; así cuando retornaban a Camelot tenían que contar a su Rey y compañeros, a que peligros físicos y sobrenaturales se habían enfrentado. Como bien se dijo, la ubicación de esta mágica ciudad es desconocida, sin embargo muchos afirman que el mítico castillo es en realidad el castillo de Cadbury, además de cumplir con muchas de las características, se ha afirmado que en río Cam se encontraron esqueletos que harían de Cadbury y de Camelot el lugar de la última batalla del Rey Arturo, además según algunas leyendas, Arturo no murió sino que subsisti ahí para cuando su pueblo lo necesitara, y según la tradición local ese lugar donde se puede ver al Rey una noche al año, es una cueva cerrada, bajo el castillo de Cadbury. Por su parte, la tierra perdida de Lyonesse, segín las historias arturicas, fue la ciudad de origen de Tristan, aunque el poeta Alfred Tennyson creo confusión al ubicar a Camelot en esa ciudad. Cuentas las leyendas que Lyonesse, con sus pueblos, gente y animales; termino siendo devorada por el agua poco después de la muerte de Arturo, y que de tan trágico destino solo se salvó un hombre que salió en su caballo blanco antes de que las olas sumergieran a la ciudad. Pero más allá de la novela caballeresca, se cree que esas tierras en realidad existieron, y que se encuentran ligadas a las islas Scilly en Cornualles.
Las ciudades perdidas han sido recurrentes en todas las culturas, y a pesar de que solo se cuenta con la literatura como mapa, muchos creen que existieron y desean buscarlas. Aunque después de todo no se puede decir que buscar una mítica ciudad sea una locura, pues debemos recordar a Heinrich Schliemann, un millonario arqueólogo alemán (prusiano), que desde que era un niño pobre y soñador, sentía gran curiosidad por descubrir la verdad de las historias, fue así como después de hacerse de una fortuna, y guiándose con la Íliada, busco la ciudad de Príamo, sus sueños culminaron con el descubrimiento de Troya en 1970, una ciudad que hasta ese momento se creía solo había sido obra de la imaginación de Homero. Así como Troya, otras ciudades escondidas han sido descubiertas, en México esta Teotihuacan, y en Japón la ciudad sumergida de Yonaguni. Sin duda alguna esas tierras míticas siempre serán objeto de curiosidad, hacen nacer el deseo por conocer esas avanzadas civilizaciones y por descubrir inmensos tesoros. Las ciudades perdidas hacen sacar un cartógrafo de nuestro interior, un espíritu de explorador y sobretodo el soñador que sigue creyendo en cuentos de hadas.
Los continentes perdidos de Mu y Lemuria pertenecen al selecto grupo de mitos que han hecho a los expertos dudar de su existencia. Mu es un supuesto continente que habría estado en el Océano Pacífico y tenía una extensión que iba de las Marinas a la Isla de Pascua (de este a oeste), y de Hawai a Mangaia (de norte a sur). La idea de este continente perdido viene de Augustus Le Plongeon, quien después de sus investigaciones de ruinas mayas en Yucatán, tradujo varios escritos mayas antiguos y dio a conocer que esa civilización probablemente hubiera tenido su origen en un continente más antiguo. A partir de ahí se empezó a creer en el continente de Mu, que al final de las suposiciones no solo fue el origen de la civilización maya, sino también de la humanidad entera. Sin embargo sería imposible de afirmar tales hipótesis y comprobarlas pues el continente de Mu terminó hundiéndose y despareciendo en el océano. Lemuria, por su parte, se cree que fue una tierra ubicada en el océano Índico y habitada por los denominados lemurianos, una raza de aspecto simiesco. De los habitantes de este continente perdido, se cree que derivaron los atlantes, y más tarde la humanidad como se conoce. Esta raza fue poseedora de grandes conocimientos, tan grandes que con facilidad podrían superar a los que se tienen en la actualidad. Curiosamente, el origen de este supuesto continente no proviene de una leyenda contada en antaño, sino que tiene un origen mucho más reciente que se remota al siglo XIX aproximadamente. La literatura tuvo un papel fundamental en la expansión de la creencia sobre Lemuria, las teorías van desde un continente que sirvió a criaturas como los lemures de puente terrestre entre Asia y África, hasta las que fusionan Lemuria con el continente perdido de Mu, tal como lo hizo H. P. Lovecraft. Esta civilización encontró su fin, al igual que el continente de Mu, en el agua, pues se cree que fue azotada por una erupción volcánica que hizo que se destruyera completamente y sus restos se perdieron en el mar borrando así cualquier pista que pudiera ser de ayuda para encontrarla.
La siguiente parada nos lleva a la famosa Atlántida, una de las ciudades perdidas más buscadas en todos los tiempos. Su ubicación ha sido propuesta por varios científicos y exploradores aunque los principales lugares para su ubicación suelen encontrarse en el océano Atlántico o en el mar Mediterraneo, incluso con el descubrimiento de América se llegó a pensar que el continente fue parte de La Atlántida. La leyenda sobre esta tierra se le atribuye a Platón, el cual en los diálogos de Timeo y Critias, menciona que existía una poderosa civilización que habitaba una isla "más allá de las columnas de Hércules" y que tenía por lo menos 9,000 años de anterioridad a Solón. La Atlántida estaba consagrada a Poseidón, el Dios termino enamorándose de Clito (hija de Evenor, nacido de la tierra y uno de los primeros habitantes de la isla) y con el fin de protegerla creó tres círculos de agua alrededor de la isla. Los amantes tuvieron diez hijos, el mayor era Atlas (Atlante) y en su honor la isla fue llamada Atlántida y el mar que le rodeaba Atlántico. Gracias a la protección del señor de los mares, esta tierra fue muy fructífera, sus habitantes poseían tecnología y conocimiento superior al de sus contemporáneos. Usando su aparente superioridad, los atlantes invadían y conquistaban otras culturas, gracias a esta soberbia los dioses decidieron castigaros. Fue . cuestión de horas en las que la isla se vio azotada por un terrible terremoto y un tsunami, las torres cayeron, las calles se llenaron de agua, la gente desespero y el precio de la soberbia fue pagado. "En tan solo un día y una noche" la Atlántida desapareció. A pesar de que fácilmente se podría tomar como una típica historia moralista griega, La Atlántida cobra importancia dada la cantidad de historias con similitud, incluso entre los griegos hubo varios que afirmaron que lo dicho por Platón no era simple ficción, e independientemente de la cultura griega, hay muchas más que relatan como una isla desapareció tragada por las aguas. La veracidad de su existencia es sostenida gracias a las similitudes entre las culturas egipcias y americanas, tales como la escritura y la pronunciación, los cultos a deidades así como el inmenso parecido en sus construcciones arquitectónicas; pues las leyendas sobre la isla afirman que su poderío fue tal que esos conocimientos y tradiciones, llegaron a todo el mundo gracias a los atlantes. Sin duda la Atlántida es una de las ciudades perdidas más importantes para el mundo, numerosas expediciones, así como material literario, cineasta y televisivo han florecido gracias al misterio que envuelve la misteriosa desaparición de la isla.
Ahora viajamos hasta el medievo para unirnos a la corte del magnifico Rey Arturo en Camelot y la tierra perdida de Lyonesse. Camelot es el nombre de la capital del reino del Rey Arturo, así como el nombre de su castillo y fue nombrado por primera vez por Chrétien de Troyes en el poema de Lancelot. La ubicación de Camelot es desconocida, pero las historias mediavales concuerdan en que se encontraba en una tierra inmemorial, rodeada de bosques encantados, castillos, criaturas salvajes y criaturas llenas de magia como las hadas y los magos; el centro de todo el reino del Rey era su castillo, el cual se encontraba junto a un río y tenía poderío sobre una ciudad, la cual era fructifera y alegre. El Rey Arturo, junto a su esposa Gineba, reinaban con justicia desde Camelot, fue en ese castillo donde se fundó la Orden de los Caballeros de la Mesa Redonda. Durante la búsqueda del Grial, Camelot jugo un papel importante, pues mientras los caballeros salían en pos del místico objeto, tenían que enfrentarse a diversos monstruos como dragones, rescatan a hermosas damas, se ven envueltos en las manos de malvados hechiceros y hadas; así cuando retornaban a Camelot tenían que contar a su Rey y compañeros, a que peligros físicos y sobrenaturales se habían enfrentado. Como bien se dijo, la ubicación de esta mágica ciudad es desconocida, sin embargo muchos afirman que el mítico castillo es en realidad el castillo de Cadbury, además de cumplir con muchas de las características, se ha afirmado que en río Cam se encontraron esqueletos que harían de Cadbury y de Camelot el lugar de la última batalla del Rey Arturo, además según algunas leyendas, Arturo no murió sino que subsisti ahí para cuando su pueblo lo necesitara, y según la tradición local ese lugar donde se puede ver al Rey una noche al año, es una cueva cerrada, bajo el castillo de Cadbury. Por su parte, la tierra perdida de Lyonesse, segín las historias arturicas, fue la ciudad de origen de Tristan, aunque el poeta Alfred Tennyson creo confusión al ubicar a Camelot en esa ciudad. Cuentas las leyendas que Lyonesse, con sus pueblos, gente y animales; termino siendo devorada por el agua poco después de la muerte de Arturo, y que de tan trágico destino solo se salvó un hombre que salió en su caballo blanco antes de que las olas sumergieran a la ciudad. Pero más allá de la novela caballeresca, se cree que esas tierras en realidad existieron, y que se encuentran ligadas a las islas Scilly en Cornualles.
Las ciudades perdidas han sido recurrentes en todas las culturas, y a pesar de que solo se cuenta con la literatura como mapa, muchos creen que existieron y desean buscarlas. Aunque después de todo no se puede decir que buscar una mítica ciudad sea una locura, pues debemos recordar a Heinrich Schliemann, un millonario arqueólogo alemán (prusiano), que desde que era un niño pobre y soñador, sentía gran curiosidad por descubrir la verdad de las historias, fue así como después de hacerse de una fortuna, y guiándose con la Íliada, busco la ciudad de Príamo, sus sueños culminaron con el descubrimiento de Troya en 1970, una ciudad que hasta ese momento se creía solo había sido obra de la imaginación de Homero. Así como Troya, otras ciudades escondidas han sido descubiertas, en México esta Teotihuacan, y en Japón la ciudad sumergida de Yonaguni. Sin duda alguna esas tierras míticas siempre serán objeto de curiosidad, hacen nacer el deseo por conocer esas avanzadas civilizaciones y por descubrir inmensos tesoros. Las ciudades perdidas hacen sacar un cartógrafo de nuestro interior, un espíritu de explorador y sobretodo el soñador que sigue creyendo en cuentos de hadas.
Darian Álvarez
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