viernes, 11 de marzo de 2016

MITOS Y LEYENDAS

Kraken

"Que no se oiga voz alguna de jubilo, que nadie mire al cielo con esperanza, maldigamos este día a aquellos dispuestos a despertar al Kraken"
—Davy Jones, Pirates of the Caribbean



Retrocedamos en el tiempo y viajemos hasta los inhóspitos paisajes de la Europa septentrional. Una época en la que los antiguos escandinavos gobernaban los mares del norte, donde las más altas aspiraciones, y también los más terribles temores, se alojaban en el mar. Un tiempo en el que la vida de toda la tripulación de un navío dependía de un solo marino: el vigía; la persona que ocupaba este puesto tenía el deber de estar atento al horizonte, sus sentidos agudizados para interpretar los signos de tormentas o peligrosos icebergs, para detectar islas, navíos aliados o barcos piratas. Pero sin duda, debían prestar particular atención al agua, pues los daños que podían provocar la naturaleza o el hombre, eran pocos en comparación al lo que podía causar el Kraken. 


La palabra Kraken tiene procedencia escandinava, viene de Krake que significa animal retorcido. En alemán moderno, Krake significa pulpo. Esta bestia es descrita como una criatura de tamaño colosal, como un gigantesco pulpo o calamar de casi 2.4 de longitud. Uno de los mayores peligros eran sus tentáculos, que como concuerdan la mayoría de las historias, tenían el tamaño y la fuerza que "si agarrasen al más grande navío de guerra, lo arrastrarían al fondo de los abismos". Era una criatura solitaria que habitaba en las profundidades del océano, solo salia cuando llegaba el momento de comer por lo que era muy extraño que saliera al exterior en otro momento, sin embargo su aparición podía traer beneficios o desgracias para los marineros, y eso solo dependía de la suerte que les acompañaba. 

Cuando necesitaba comer, el monstruo marino dejaba su escondite, cerca de la superficie expelía sus excrementos o pólipos (tumores) fluorescentes que servían como carnada para atraer un cardumen. Una vez que una gran cantidad de peces se juntaba, era el momento en el que el Kraken emergía y los devoraba de un solo bocado. Cuando su apetito era saciado, regresaba a las profundidades para quedarse ahí durante meses, hasta que la necesidad de alimentarse se hiciera presente nuevamente. El mayor peligro para los navíos venía cuando la bestia se sumergía precipitadamente, pues creaba un remolino que podía hacer colapsar el más poderoso barco. Esta particular manera de comer, era la mejor forma en la que los marinos podían darse cuenta de que la bestia se encontraba cerca, pues una gran cantidad de peces reunidos solo indicaba que un Kraken estaba listo para comer. Los barcos pesqueros podían aprovechar la oportunidad para tener una buena pesca, echaban sus redes al agua y robaban la comida, eso si tenían buena suerte. Si el animal llegaba a darse cuenta del robo, lanzaba sus tentáculos a la superficie, atrapaba el navío y lo destruía sin piedad alguna. Por otro lado, si los marineros llegaban a pescar los pólipos fluorescentes, podían saber con todo seguridad que su fin estaba cerca, la voz de alarma sonaba, las velas se ajustaban para obtener buenos vientos, el lastre era arrojado por la borda y las espadas y hachas eran afiladas para tratar de mantenerse a salvo, aunque en realidad no tenían muchas esperanzas de salir con vida, pelear era inservible ante el ataque de la bestia marina.

A pesar de lo descabellado que suene la existencia de esta bestia, es muy probable que el origen del Kraken sea más real de lo que se piensa. En la actualidad, es de conocimiento general la existencia de calamares gigantes de hasta 20 metros y que habitan en el fondo del mar. Fue en 1802 cuando un naturalista francés llamado Pierre de Montfort, en su tratado de vida marina Histoire Naturelle Générale et Particulière des Mollusques, reconoce la existencia de dos especies de pulpos gigantes: el pulpo Kraken y el calamar colosal. A pesar de que el segundo era más grande, es muy probable que fuera el pulpo Kraken (llamado así en honor al Kraken mitológico) fuera al que los marineros vieran y temieran por tantos años. Para probar la existencia de estas bestias, Montfot propuso la teoría de que un pulpo Kraken había sido el responsable de hundir diez barcos de guerra en 1782, desde luego que sus palabras resultaron falsas ya que la flota en realidad fue hundida por un huracán. A partir de ese punto, Montfort fue tachado de charlatán y murió en la pobreza en 1820. A pesar de ello, años después se de daría la razón al ser descubiertos los primeros calamares gigantes.

La presencia de los pulpo gigantes siempre ha acompañado al ser humano, incluso el filosofo Aristóteles hablo de ellos. El mar es uno de los mayores temores del hombre así como una fuente de dudas sin resolver, por ello no es de extrañar que los hombres hablaran sobre criaturas marinas gigantes como el Typhon, el temible Leviatán o la serpiente Jörmungandr; su fama hizo que incluso autores como Julio Verne le incluyeran en sus obras literarias, o que su figura apareciera en películas en el papel de el monstruo a vencer. Pero de entre todas las criaturas marinas, el Kraken siempre sera la más famosa historia. Ya sea por que su leyenda se sustenta con la realidad, o porque por mucho tiempo fuera la encarnación del peor miedo, el Kraken es y seguirá siendo el más temible rey del océano.

Darian Álvarez

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