“La vida no
es la que uno vivió,
sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”
Gabriel
García Márquez
.
Han pasado
cuarenta años, en cuales no he tomado el lápiz para escribir pero hoy creo que
es necesario hacerlo, necesito escribir todo lo que me atormenta, escribir eso
que cada vez que lo pienso se me hace un nudo en la garganta; la cuestión es
que no sé por dónde empezar.
Recibí cientos de cartas de parte tuya, mi
amor, lo lamento. No tuve el valor de contestarte aunque sea una sola, no fue
tu culpa; fue mi culpa, siempre fue mía
y ahora es muy tarde. Nunca comprendí que todo lo que hiciste, lo hiciste por
mí. Sé que pararme en frente de un pedazo de cemento, el cual podría tener un
nombre falso y con una fecha que quizás está equivocada, no sirve de nada y lo
entiendo. Tú decidiste ir a luchar y yo no lo supe apreciar, ni siquiera te
apoye en la decisión. Pero también entiende, yo era tu familia y, yo no tenía a
nadie más.
Para no
hacerlo más difícil quiero que sepas que fuiste el amor de mi vida, pero no ese
amor que dura para siempre, no. Ese amor que llega para cambiarte la vida y
después se va para dejarte que continúes sola sin mirar atrás y eso es lo que
quiero escribir en esta hoja, quiero escribir: sin importar que sólo haya sido
unos cuantos días, fue de esas cosas que merecen ser recordadas.
Y es que algún
día sólo seremos simplemente como las hojas que caen en otoño, seremos las
últimas palabras que alguien pronuncie, seremos una historia escrita en hojas
blancas, quizás algún día sólo seremos recuerdos.
L.M.
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