La amante del
extranjero.
Confraternizar con el enemigo es el único pecado que
cometió la mujer de la que se hablara en esta columna. Y aún en nuestros días
sus acciones se recuerdan con amargura y vergüenza, su pecado sigue sin
redención. Un ejemplo de lo anterior el hecho de que se use una variación de su
nombre como un insulto para aquel que prefiere a lo extranjero a lo nacional.
Por sí aún no saben de qué se está hablando y de quién, entonces mencionare el
nombre del personaje de hoy: Doña Marina, nombre cristianizado de la indígena
Malinali.
Malinali nació en una familia noble, siendo hija de un
Cacique, en la zona que actualmente es Coatzacoalcos, Veracruz. Siendo aún
joven fue vendida a un Cacique maya en la zona que hoy es Tabasco. Bajo el
mando de este Cacique, la infanta aprendió la lengua maya con rapidez y dos
valiosas lecciones: El valor de saber más de una lengua y el servir fielmente a
sus amos.
Con la llegada de Cortés a la zona en 1518 y la
victoria española sobre el Cacique de Tabasco, un nuevo amo llegó para
Malinali. Alonso Hernández de Puertocarrero fue su nuevo señor, esto después de
ser bautizada en la fe católica y ser
nombrada Marina. Poco tiempo estuvo bajo el poder de Hernández, ya que éste
regresó a España. Pasó a manos de Cortés, y fue entonces cuando mostró su
valor. Ella era hablante de las lenguas Náhuatl y Maya, mientras que Jerónimo
de Aguilar, primer interprete de Cortés, solo hablaba el Maya. Por lo que,
Marina sirvió como interprete para los españoles en sus negociaciones con el
pueblo Mexica; primero traduciendo todo al Maya para que Aguilar lo tradujera
al Español, pero después aprendió el castellano.
Fue considerada
la compañera y amante del Conquistador español, sirviéndole como interprete, explicándole
la cultura, siendo la voz de los españoles para los indígenas y viceversa. Fue,
también, la madre del hijo ilegitimo de Cortés, Martin Cortés, y tuvo una hija,
Doña María, con el esposo que Cortés le otorgó, Don Juan Jaramillo. Lo último
la convierte en la madre de los primeros mestizos.
La influencia de Marina fue relevante durante el
proceso de Conquista. No sólo permitió la paz entre los pueblos sometidos por
los aztecas y los conquistadores, sino que los unificó contra los opresores
aztecas. Puede ser considerada una traidora de su sangre y cultura pero sin
ella tal vez la historia hubiese sido muy diferente, tal vez para mejor o para
peor. No busco simpatizantes para ella, se puede seguir usando el término
malinchista como peyorativo sí se cree necesario. Pero se debe reconocer que
supo manejarse según sus circunstancias y se ganó el nombre de Doña Marina.
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