Otro mes se consume
rápidamente, mientras en nuestro país el caso Ayotzinapa se enloda cada vez más
y miles salen a la calle exigiendo justicia. En nuestra universidad el semestre
está por terminarse, poniendo a los alumnos estresados y vulnerables. Tanto
estrés y decepción hacen sus estragos en los citadinos, quienes
desesperadamente buscan un lugar donde divertirse. En esta ocasión mi columna
se dedica a hablar de un lugar, donde entre bongoes y trompetas los problemas
desaparecen.
En Bulevar Bernardo Quintana,
a escasos metros de los imponentes Arcos
se encuentra Melao Dancing Club. Este es un club nocturno de baile;
donde se intercalan ritmos latinos de una banda en vivo, con música electrónica
de un dj set. El sitio se encuentra en el segundo piso así que para acceder hay
que subir por una escalera de caracol. Adentro el lugar tiene un considerable
número de mesas pequeñas con sillas muy altas que rodean un rectángulo que
sirve como pista de baile. La banda en vivo se encuentra frente a un mirador de
cristal, los músicos parecen tocar flotando sobre los Arcos.
La variedad de productos
consumibles no es demasiada, además de que no hay tiempo de elegir, algunas
reglas administrativas te orillan a elegir lo mismo. De este modo las bebidas
que ahí se pueden pedir, son las mismas que se encontrarían en cualquier bar,
aunque lo más común es pedir botellas. La razón de lo anterior es porque en la
pista no se puede beber, así que es más cómodo dejar tu pomo en la mesa y
regresar por un shot entre rolas.
Este lugar es excelente para
rumbear y bailar toda la noche, mientras convives con hermanos
latinoamericanos. Los mejores días para visitar este antro son los fines de
semana. Al ritmo de salsa, merengue o rumba decenas de almas sudan
apasionadamente, mientras botellas con bebidas alcohólicas calientan las
gargantas y las piernas de los bailadores.
Daniel G. Téllez
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