domingo, 10 de abril de 2016

El rincón del cinéfilo

RALPH EL DEMOLEDOR


Afirmación del malo:
Yo soy malo y eso es bueno.
Nunca seré bueno y eso no es malo.
No quisiera ser nadie más que yo.
MALVANÓNIMOS

Ralph proviene del videojuego “Repara, Félix Jr.”, él es un tipo malo, mide 2.74 metros y pesa 292 kilos. A veces puede mostrarse un tanto temperamental. Es un demoledor; destruye cosas profesionalmente, es el mejor en ello. En cambio, Félix Jr., es un reparador, él reconstruye todo el desastre que Ralph hace pues ese es el objetivo del juego. Félix siempre obtiene una medalla dorada cuando repara el edificio del juego en “tiempo récord”, resulta que no existe ningún premio por demoler. Ralph no puede disfrutar de su trabajo porque nadie lo considera importante, nadie valora su oficio. 

En esta película, se muestra la vida “oculta” de los videojuegos, lo que ocurre en sus mundos cuando las luces del salón de juegos se apagan y para ellos inicia su otra vida. En el caso de “Repara, Félix Jr.”, los habitantes del edificio que destruye Ralph y, posteriormente, repara Félix, se adentran en el edificio para ir a dormir y, claro, llevan al reparador con ellos. El caso de Ralph es muy distinto, él no cuenta con ningún amigo, todos los habitantes de su pequeño mundo le temen, y se ve obligado a dormir en el basurero porque no es recibido en el edificio. Desde su montón de ladrillos bajo la luz de una ficticia Luna, Ralph observa lo agradable que es la vida de Félix; todos los días recibe una medalla, le dan una tarta caliente acompañada de palmadas en la espalda y el agradecimiento de todos; es así como nuestro protagonista desea ser el bueno, al menos una vez en el juego.

En el universo de los videojuegos existe un grupo de apoyo llamado “Malvanónimos” del tipo Alcohólicos Anónimos, con el lema “un juego a la vez”, ahí asisten todos los villanos para hablar de sus problemas y brindarse apoyo. Ralph decide asistir por primera vez al grupo pues es el 30º aniversario de su juego y siente nostalgia porque ya no quiere ser el tipo malo de la historia. La noticia toma por sorpresa a todos los miembros del clan maligno. Sus compañeros le aconsejan que acepte quién es porque es algo que no puede cambiar y mientras más pronto lo acepte, mejor será el juego de su vida.

“Sólo los buenos ganan medallas y, usted, señor, no es bueno”, le dice uno de los habitantes del edificio a Ralph, después de que éste se colara a la fiesta del 30º aniversario del juego a la que, obviamente, no fue invitado. Ralph se encoleriza al saber que ninguno lo toma en cuenta y, además, no lo creen capaz de ganar medalla alguna en su vida. Entonces, nuestro protagonista decide huir de su mundo y demostrar que puede ser bueno y, por ende, puede ganar una brillante insignia que iguale a todas las de Félix. Ralph se va a probar suerte en los demás juegos y sólo podrá volver a su mundo cuando tenga el tan ansiado premio en sus manos, cuando esto suceda se ganará el respeto de todos en el edifico y el pent-house será suyo.

La vida de Ralph se ve en peligro pues si muere en cualquier juego que no sea el suyo, morirá para siempre. Eso no es lo peor, al desaparecer Ralph de su juego, de su hogar; su mundo pierde el sentido; ya no existe un demoledor y no importa que haya un reparador porque no hay algo para reconstruir, entonces, el dueño de la sala de videojuegos pone un letrero de “fuera de servicio” en la pantalla. Si al día siguiente, un técnico no logra repararlo, dormirán el juego para siempre. ¿Logrará Ralph obtener su medalla?, ¿conseguirá Félix encontrar a Ralph y así salvar su mundo?
Oseguera. 

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