lunes, 18 de abril de 2016

EL RINCÓN DEL COSMOPOLITA

“Si la pintura no inquieta, ¿es pintura?”…

“Si la pintura no inquieta, ¿es pintura?”… George Braque
Si partimos de la premisa de que el propósito del arte es causar  el extrañamiento, despertar la experiencia estética  entonces una pieza, ya sea literaria, de música (de arte en cualquiera de sus modalidades) no despierta algo en nosotros ¿merece ser  llamada arte?  Cualquiera que se reconozca a sí mismo como cosmopolita puede decir que gusta del arte, y muy especialmente de la pintura. Para los que (como yo)  nunca han sido formados en las cuestiones de este bello arte, la columna de esta semana abordaré una corriente específica de la pintura, ejemplificaré con una conocida obra, para finalmente cerrar con una breve semblanza sobre el autor.
"Impresión del sol naciente" Monet, Claude
Después de la plena exaltación del realismo- donde la pintura buscaba retratar “literalmente la realidad- aparece un pintor con una inquietud nueva  de centrar la importancia de la obra en el uso de los efectos de la luz y no en la fidelidad del retrato con la realidad: Claude Monet quién más tarde sería el máximo representante del impresionismo. La técnica pictórica llamada impresionismo nace realmente de la casualidad, o mejor dicho, de la sensibilidad visual de Monet y su deseo de penetrar en los secretos de la luz para así  fijar  la fugacidad del instante. Surge a base de prueba y error cuando se encontraba vacacionando con amigos en una pequeña isla (verano de 1869)  y decide pintar por esparcimiento, buscando determinados efectos. Consiste en el empleo de pinceladas yuxtapuestas de tonos puros, que toman textura de toques de color.

Claude Monet (1840-1926), nació en París, pero fue criado en Le Havre, donde  había vivido  su infancia y adolescencia y dónde después de practicar el  dibujo caricaturesco, se había iniciado en la pintura plein air junto a un buen paisajista, Eugéne Boudin;  del que se dice heredó el vigor luminoso que vemos en algunas obras. Viajaba con frecuencia a diversas  partes del mundo, principalmente a París donde conoció a su destacado maestro Charles Gleyre quien era docente en la Escuela de Bellas Artes y le ayudó al perfeccionamiento de su técnica y del que más tarde huiría para buscar independencia intelectual  (lo que le permitió desarrollar su propio estilo).

Paisajista por excelencia, pintó grandes obras que actualmente se encuentran en los más prestigiados museos de Europa y el mundo. Por mencionar algunas: “Almuerzo al aire libre”  – fue una obra inspirada en el trabajo artístico de Manet  “Desayuno sobre la hierba”   que causó conmoción en el Salón de 1863, lo que infundió en Monet un deseo de retomar la temática del aire libre, pero exceptuando las figuras desnudas y retratando así un cuadro de la vida cotidiana de su época. “Mujeres en el jardín”  data del año 1867 y nos muestra un Monet academicista, en donde aún no hacía el descubrimiento que cambiaría por completo su estilo y en donde se puede ver la maestría para usar los tonos pero no la originalidad de su técnica. Y finalmente “impresión, sol naciente” es el cuadro que  le dará el nombre de impresionismo al movimiento y en el que casi se puede sentir la calidez de los tonos naranjas empleados.
"Desayuno sobre la hierba" Manet, Edouard


"Almuerzo al aire libre" Monet, Claude
Soy de la firme opinión de que aún sin formación académica dentro del arte, se puede disfrutar a nivel sensorial de cualquier pintura que simplemente nos atrape.  El mismo Monet decía que “ Todo el mundo discute mi arte y pretende comprender, como si fuera necesario, cuando simplemente es amor” así que no intento hacer lo contrario; sólo disfrutar de sus obras, ya que es uno de mis pintores preferidos  y no me queda más que recomendar se den la oportunidad de apreciar (por lo menos digitalmente )   los siguientes cuadros : “ Lilas de agua(1916) ” , “ Crepúsculo en Venecia (1912)”, y “Estanque de Ninfeas (1889)”.


Por: Mariana Núñez :)

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