Lost Acapulco.
El tiempo
parece quedar estático imposible no recordar; las luchas, el mar, los bikinis,
la cerveza fría, el surf y todo esto en pleno bajío. Pensar que México dio
cabida a un género que le iba sentar muy bien y este sería el culpable del nacimiento de grandes
agrupaciones. Una onda musical que no le bastaría con dominar, las playas de México sino también
iba a conquistar el gusto musical y las sensaciones de los habitantes en
estados del centro del país.
Hoy les
vengo a hablar de una agrupación que lleva por nombre Lost Acapulco. Una de las
cosas que mayor impacto causan al hablar de dicha agrupación es que 3 de los
más grandes exponentes del género, fueron bandas que ellos formaron. La banda
nace en 1994 formada por Nacho Desorden (Nieto del poeta Ramón López Velarde) y Güilli
Damage, quienes trabajaban en un tienda de discos. La tienda donde trabajaban
patrocinaba una estación de radio llamada La bestia, los dos mencionado y un
tercero llamado Juan Reverendo Moragues, la estación se dedicaba a rescatar la
olvidada música surf. En 1994 fundan a Los Esquizitos. Güilli (Guitarra), Nacho
(bajo), Brisa (batería) y Alex
(guitarra).
Algo que ya se veía venir era la salida de
Güilli en Lost Acapulco, pues como el mismo lo dice “veía más posibilidades
creativas con Los Esquizitos y además el surf ya me había hartado".
Por lo tanto se decide dedicarse de tiempo completo a su primera banda. Lo que
se vino después fuero salidas y mal entendido, tanto Los Esquizitos como en
Lost Acapulco, algunos miembros decidieron salirse por las buenas y evitar
futuras peleas. Dejando como formación a Roberto Warpig Muñoz, Esteban
Crunchy López, Sr. Ramírez y Reverendo.
Lost
Acapulco al igual que muchas bandas en la escena mexicana, no fueron tan
reconocidos como se lo merecían, hoy cuentan con cinco EP y cuatro LP, además de
su aparición en la banda sonora de películas como: “Sexo, pudor y lágrimas”, “Perfume
de violetas”, “Matando a Cabos” o “Atlético San Pancho”. Claro está que no nos
encontramos con una banda muy experimental, ni mucho menos perfeccionistas,
pues no podemos esperar más que un buen surf rock y en algunos momentos punk
rock, ver a cuatro tipos usando mascaras de luchadores, haciéndonos sentir el
mar en un auditorio, foro o incluso la calle, todo esto al ritmo de las olas
del mar urbano.
Daniel Ortega Soto.
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