"Ten cuidado con tus sueños; son la sirena de las almas. Ella canta. Nos llama. La seguimos y jamás retornamos"
—Gustave Flaubert
Imagina que eres el capitán de un antiguo y poderoso navío. Surcas el océano de manera desafiante, dominas de igual forma a huracanes y enemigos, ni hombre o naturaleza pueden escapar de tu dominio porque eres el rey de los siete mares, o al menos eso creías. La suerte acaba cuando a tu alrededor resuena un misterioso y hermoso canto, tus ojos se llenan de terror debido a que sabes que significa; la muerte esta sobre tu espalda acariciándote suavemente porque han llegado las verdaderas reinas del mar: las sirenas. Es momento de sumergirnos en el abismo azul tras aquellas que han gobernado los mares desde tiempos de la antigua Grecia; su canto promete revelarnos todos sus secretos: qué son y cuál es la historia, y también como han ido evolucionando con el paso de los años adaptándose a las diferentes creencias que ser humano ha adoptado con el tiempo.
Comúnmente, las sirenas son representadas con la mitad superior del cuerpo como el de una hermosa mujer, mientras que su parte inferior en lugar de piernas hay una cola de pez. Se dice que poseen una gran belleza y una cautivadora voz; que son sumamente coquetas, y disfrutan peinando su largo cabello para adornarlo con corales y conchas. Las historias afirman que muchas veces suben a la superficie, escogen una cómoda roca en la cual tumbarse a entonar su dulce y melodioso canto. Sin embargo, esconden un oscuro propósito, pues una vez que un marinero ha sido embelesado por su melodía y esplendor, el desdichado hombre es arrastrado por la sirena a las profundidades del para ahogarlo, o en el peor de los casos devorarlo. A pesar de que está es su forma más conocida, no siempre fueron concebidas de esta manera.
Fueron los griegos quienes utilizando la figura de Ba, el alma humana para los egipcios, moldearon a las míticas sirenas. Seres con el cuerpo de un ave y la cabeza (en ocasiones también el torso) de una mujer; al igual que la sirena actual, tenían una preciosa voz capaz de atraer al más valiente de los hombres. La mención más antigua de estas criaturas se le debe al celebre poeta Homero en su Odisea. Aparecen cuando Ulises se debe enfrentar a ellas en el mar, advertido de que tratarían de atraerlo para poder devorarlo, utiliza su famosa astucia y así impedir que él y sus tripulación sucumbieran. La siguiente gran aparición literaria fue en los Argonautas, donde el valeroso Orfeo se encarga de opacar el fatídico canto gracias a las notas de su lira. Aquí comienza la larga evolución de las sirenas, pronto los griegos darían más aportes a la construcción del mito, aportes que serían acompañados por ideas de otras culturas acerca de estas mortales criaturas.
Los clásicos no se limitaron a darles un papel secundario dentro de sus historias, también se preocuparon por darles un origen. Hay varias versiones de como surgieron, pero el más famoso de ellos es el que da el romano Ovidio; para el poeta las sirenas, antes de tener su forma híbrida, fueron hermosas mujeres compañeras de la diosa Perséfone, cuando ésta fue raptada por Hades sus amigas pidieron a los dioses que les otorgaran alas para así buscar a la querida divinidad. Otra versión da un final diferente, y dice que la diosa Démeter, madre de Perséfone, les dio esa forma como castigo por no impedir que raptaran a su hija. La importancia de estos seres no se vío resumida a lo literario, las sirenas posteriormente fueron consideradas como divinidades o guías del inframundo, se encargaban de guiar a las almas a su lugar de descanto y cantar para los habitantes de las Islas de los Bienaventurados. Después de muchos años, el cuerpo de la sirena finalmente muto, y según una leyenda sucedió cuando éstas se enfrentaron a las musas, la batalla concluyo con su derrota, el desprendimiento de sus plumas y su exilio en el mar. Fue así que para Irlanda, Escocia y China las sirenas conservaron la idea de mujer pez. Finalmente, fue durante la Edad Media que la sirena comenzó a constituirse como el ser mítico que todos conocemos. Fue utilizada por el cristianismo como encarnación de la vanidad, la tentación y el deseo carnal. Fue hasta la aparición del cuento The Little Mermaid, que la figura de un ser siniestro y carente de alma tuvo una nueva cara.
Con el paso del tiempo, las sirenas se han convertido en uno de los más famosos mitos de toda la historia, su fama no sólo se debe a su presencia dentro de la literatura o su papel religioso, también los múltiples "avistamientos", una gran cantidad de marinos y personajes como Cristóbal Colón o John Smith afirmaron haberse encontrado con ellas. Los testimonios han hecho que durante años, más y más personas afirmen su existencia, a tal grado que se ha llegado a encontrar supuestos esqueletos y especímenes vivos de sirenas, y con el avance de la tecnología nunca falta la foto o vídeo que "prueba" finalmente su existencia. A pesar del deseo del ser humano por descubrir si estas místicas criaturas de verdad existen o existieron alguna vez, aún no se ha confirmado nada pues todos los avistamientos y pruebas resultar ser farsas. La incertidumbre aún existe en la supersticiosa y creyente sociedad, pero nunca esta de más recordar, que en las profundidades del gran abismo azul existe un mundo que no vemos, un mundo, que no conocemos y quizás nunca conoceremos del todo.
Comúnmente, las sirenas son representadas con la mitad superior del cuerpo como el de una hermosa mujer, mientras que su parte inferior en lugar de piernas hay una cola de pez. Se dice que poseen una gran belleza y una cautivadora voz; que son sumamente coquetas, y disfrutan peinando su largo cabello para adornarlo con corales y conchas. Las historias afirman que muchas veces suben a la superficie, escogen una cómoda roca en la cual tumbarse a entonar su dulce y melodioso canto. Sin embargo, esconden un oscuro propósito, pues una vez que un marinero ha sido embelesado por su melodía y esplendor, el desdichado hombre es arrastrado por la sirena a las profundidades del para ahogarlo, o en el peor de los casos devorarlo. A pesar de que está es su forma más conocida, no siempre fueron concebidas de esta manera.
Fueron los griegos quienes utilizando la figura de Ba, el alma humana para los egipcios, moldearon a las míticas sirenas. Seres con el cuerpo de un ave y la cabeza (en ocasiones también el torso) de una mujer; al igual que la sirena actual, tenían una preciosa voz capaz de atraer al más valiente de los hombres. La mención más antigua de estas criaturas se le debe al celebre poeta Homero en su Odisea. Aparecen cuando Ulises se debe enfrentar a ellas en el mar, advertido de que tratarían de atraerlo para poder devorarlo, utiliza su famosa astucia y así impedir que él y sus tripulación sucumbieran. La siguiente gran aparición literaria fue en los Argonautas, donde el valeroso Orfeo se encarga de opacar el fatídico canto gracias a las notas de su lira. Aquí comienza la larga evolución de las sirenas, pronto los griegos darían más aportes a la construcción del mito, aportes que serían acompañados por ideas de otras culturas acerca de estas mortales criaturas.
Los clásicos no se limitaron a darles un papel secundario dentro de sus historias, también se preocuparon por darles un origen. Hay varias versiones de como surgieron, pero el más famoso de ellos es el que da el romano Ovidio; para el poeta las sirenas, antes de tener su forma híbrida, fueron hermosas mujeres compañeras de la diosa Perséfone, cuando ésta fue raptada por Hades sus amigas pidieron a los dioses que les otorgaran alas para así buscar a la querida divinidad. Otra versión da un final diferente, y dice que la diosa Démeter, madre de Perséfone, les dio esa forma como castigo por no impedir que raptaran a su hija. La importancia de estos seres no se vío resumida a lo literario, las sirenas posteriormente fueron consideradas como divinidades o guías del inframundo, se encargaban de guiar a las almas a su lugar de descanto y cantar para los habitantes de las Islas de los Bienaventurados. Después de muchos años, el cuerpo de la sirena finalmente muto, y según una leyenda sucedió cuando éstas se enfrentaron a las musas, la batalla concluyo con su derrota, el desprendimiento de sus plumas y su exilio en el mar. Fue así que para Irlanda, Escocia y China las sirenas conservaron la idea de mujer pez. Finalmente, fue durante la Edad Media que la sirena comenzó a constituirse como el ser mítico que todos conocemos. Fue utilizada por el cristianismo como encarnación de la vanidad, la tentación y el deseo carnal. Fue hasta la aparición del cuento The Little Mermaid, que la figura de un ser siniestro y carente de alma tuvo una nueva cara.
Con el paso del tiempo, las sirenas se han convertido en uno de los más famosos mitos de toda la historia, su fama no sólo se debe a su presencia dentro de la literatura o su papel religioso, también los múltiples "avistamientos", una gran cantidad de marinos y personajes como Cristóbal Colón o John Smith afirmaron haberse encontrado con ellas. Los testimonios han hecho que durante años, más y más personas afirmen su existencia, a tal grado que se ha llegado a encontrar supuestos esqueletos y especímenes vivos de sirenas, y con el avance de la tecnología nunca falta la foto o vídeo que "prueba" finalmente su existencia. A pesar del deseo del ser humano por descubrir si estas místicas criaturas de verdad existen o existieron alguna vez, aún no se ha confirmado nada pues todos los avistamientos y pruebas resultar ser farsas. La incertidumbre aún existe en la supersticiosa y creyente sociedad, pero nunca esta de más recordar, que en las profundidades del gran abismo azul existe un mundo que no vemos, un mundo, que no conocemos y quizás nunca conoceremos del todo.
Darian Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario