El recuerdo de Firulais.
El primer día fue mágico. Una noche del 14 de Octubre mi hermano Vicky llegó con un perrito de más o menos un mes de nacido, pero nunca había visto una criatura tan carismática, llena de vida, y tan juguetona. En ese momento decidí llamarlo Max, siempre quise ponerle así a un perrito pero no tardo mucho en que Fermín, mi hermano, le cambiara el nombre, por lo que lo nombro Firulais; quizá porque era demasiado travieso para su edad y quiero contar la maravilla de amigo que tengo a mi lado.
Los padres no comprenden lo que es una mascota para su dueño. Mi papá no quería que Firulais durmiera dentro de la casa, por lo que mis hermanos y yo construimos una casa para él, la cual era de madera dentro de mi cuarto. Él dormía toda la noche y por la mañanas salía a pasear, siempre jugaba con él. Mi mamá también lo adoraba, ella mantenía el secreto de donde pasaba la noche y nos ayudaba a cubrir todas sus travesuras,un tiempo que adoraba estar con él era cuando lo bañaba porque siempre quedaba blanco, claro sólo en las partes blancas porque también tenía pedazos cafés y negros; siempre que lo bañaba se iba a revolcar a la tierra, quizá no le gustaba estar limpio.
Salir de la rutina para sobrevivir. Los miércoles y viernes lo llevaba conmigo al entrenamiento de fútbol, supongo que le gustaba porque estaba al aire libre y podía correr sin que hubiera nadie quien se lo impidiera. También iba a correr conmigo, aunque por su velocidad creo que él me llevaba a correr a mí; lo sé, es raro pero cada día a su lado tenía una parte buena, me hacia reír, le contaba las cosas raras que pasaban por mi mente y, sin importar nada, nuca dejo sola.
Siempre supe que era una gran amigo. Todos los días después del colegio, estaba Firulais afuera del Mini Super esperándome, parece que en verdad sabía a donde iba pero sabía a qué hora regresaba lo cual es curioso para un animal.
Me duele decir adiós. Ahora debía seguir mi camino, venir a la ciudad a estudiar y dejarlo atrás, aquí no es hogar para un perrito, el cual que toda su vida estuvo libre y no sabe de prisiones. Sólo queda tener el recuerdo de un amigo fiel y que sólo lo veré cada fin de semana a las 12:00 en el mismo lugar; esperando.
L.M.
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