Reflexiones sobre Eichenbaum y la diferencia del lenguaje
Eichenbaum hace un breve comentario acerca de la diferencia entre el lenguaje de prosa y la poesía, en Sobre la Teoría de la Prosa. Dice: “ésta puede vivir fuera del texto, la prosa en cambio requiere de signos.” También refiere que la prosa requiere una aproximación al lenguaje cotidiano. (p. 148)
Estas breves afirmaciones son el motivo de las reflexiones de esta entrega.
Comenzaremos por hablar acerca de la razón por la cual la poesía vive fuera del texto y la prosa no.
Desde la antigua Grecia se sabe que los versos son la base de la mnemotecnia. Su facilidad para ser recordados privilegió el verso por sobre cualquier otra forma. Recordemos que los primeros escritos refieren a leyendas, anécdotas, historias y relatos de índole religiosa y costumbrista. Todo ello era transmitido oralmente posteriormente con la escritura se pudo plasmar. Ya no se requería recordar, incluso por estar menos expuesta a ser modificada por la memoria del receptor. Actualmente podemos recordar versos, quizá hasta algunos poemas completos pero no podemos recordar con exactitud dos cuartillas de algún tratado; las ideas expuestas en cada uno son distintas y representan retos distintos para la memoria. De allí la coherencia en la afirmación de Echenbaum. Sin embargo, la poesia tambien requiere de signos para mantenerse viva. La poesía se ubica en uno de los niveles más complejos del lenguaje, desde su verticalidad requiere del receptor un esfuerzo mayor para ser leída. La poesía por sí misma crea un ámbito, un contexto denotativo y un sentido polisémico que no poseen con tanta insistencia otros géneros literarios. Desde los signos la poesía puede transgredir el orden sintáctico y a veces gramatical, en el caso de ser recordada únicamente por el sonido aquella parte de la estética que es revelada por el signo y su relación con los demás signos se pierde.
Sí la prosa requiere de una aproximación al lenguaje cotidiano como refiere Eichenbaum,
¿Qué hace distinta de éste?
La prosa puede ser de muchos modos, es quizá una de las formas literarias más utilizadas por su flexibilidad para incorporar elementos de otros géneros, como la prosa poética. La diferencia entre el lenguaje prosaico o cotidiano y el lenguaje de prosa radica siempre en la intención de éste, si el autor personifica a un tipo de persona en un contexto social determinado, su lenguaje ha de ser coherente con las características del personaje; si el autor habla de un tema en especial deberá definir el tipo de texto por su público. Cuando hablamos de prosa poética es preferible no hacer convenciones al respecto, el poema obedece a cierta estructura y forma comenzando por su verticalidad hasta los recursos literarios; que son recogidos en la prosa pero ésta no se puede leer del mismo modo que un poema. El valor estético es distinto. La prosa poética es quizá uno de los géneros de los llamados Híbridos más complejos. Mientras que el poema requiere, por cuestiones de economía en el verso, prescindir de palabras, ciertos conectores, todo aquello que en su misma naturaleza breve haga del poema algo menos bello. La prosa por el contrario no puede prescindir de los conectores y de muchas palabras para tener sentido, existen elementos estéticos poblando el texto. El poema por otro lado en su brevedad crea su propio contexto, el poema denota y la prosa de acerca más a lo connotativo, la prosa poética ofrece el sentido estético de un modo un poco más inmediato.
El lenguaje cotidiano y lo poético
Echenbaum nos dice que la poesía puede vivir fuera del signo, que la prosa por el contrario no puede y a todo esto ¿en dónde ubica el pensador ruso el lenguaje prosaico? Aunque no es el tema de su obra creemos necesario darle una ubicación a este lenguaje a partir las reflexiones sobre Echenbaum. El lenguaje cotidiano también vive fuera del signo, su capacidad de abstracción del signo es quizá una característica inmanente. Hablamos de un modo inconsciente, se cobra conciencia de los defectos lingüísticos al escribir y reflexionar sobre lo escrito. Del lenguaje cotidiano es poco lo que se puede rescatar de reflexivo o estético, es una generalidad convencional utilizada para entendernos en el plano más simple del lenguaje. La pragmática estudia todas las relaciones del lenguaje y el uso sin llegar a fines estéticos sino comunicativos.
Rocío Berenice Ortiz García “Rose”
Referencias:
http://estafeta-gabrielpulecio.blogspot.mx/2010/07/boris-eichenbaum-sobre-la-teoria-de-la.html
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