—Friedrich Nietzsche
Ten cuidado al caminar. La muerte puede venir hacia ti, con un bello rostro y terribles garras, dispuesta a desafiarte con un acertijo. ¿Qué premio se te otorgara si ganas esta contienda? Es simple, conservar tu vida. En esta ocasión, lo único que podrá salvarte de tu desdichado final es tu astucia. Estamos a punto de enfrentarnos a una de las criaturas más sabias de todos los tiempos, sus misterios serán revelados: vida, historia e incluso sus diferentes caras en el mundo; todo con la esperanza de alargar solo un poco más nuestra efímera existencia. No sabemos si lograremos evadir el frío beso de la muerte, aún así, ¿Te atreves a internarte en el desolado sendero custodiado por la Esfinge?
Cuando se transitaba por un camino aislado, la Esfinge se presentaba ante sus desafortunadas victimas, y lo primero que saltaba a la vista es un par de grandes y hermosos ojos, mejillas rosadas, sonrisa maligna, y una abundante melena ensortijada. Mas el encanto pronto pasaba, pues la cabeza y busto eran sostenidos por un cuerpo de león. Por si esto fuera poco, de su lomo emergían unas alas siempre manchadas de sangre, indicando con bastante claridad que, no importaba que tan rápido pudiera correr, rápidamente sería alcanzado por una muerte sin misericordia. Con una mirada fija se acercaba amenazadoramente a su presa, y preguntaba con falsa dulzura: "¿Cuál es el animal que al principio de su vida camina en cuatro patas, a la mitad en dos, y al final en tres?". En ese momento, los helenos no podían hacer más que temblar, contra ella y su acertijo nadie salia victorioso, o al menos eso creían. La horrible, sabia y cruel Esfinge vio su fin en el inicio.
Su nacimiento en sí es incierto, una de las versiones menos conocida asegura que sus padres eran Equidnia y Ortro, quienes por cierto eran madre e hijo. Curiosamente, el mito más relacionado a la Esfinge es el de Edipo. Cuando Layo, el padre de Edipo, raptó y violó al joven Crisipo, los tebanos dejaron impune el crimen, por lo cual la Diosa Hera, decidió enviar como castigo la Esfinge a Tebas, para que matará a todo aquel que fuera incapaz de resolver su acertijo. La desesperación se apodero del rey Creonte, que prometió dar el reino y a su hermana Yocasta en matrimonio, a aquel que resolviera el enigma. De entre todos los que llegaron a probar suerte, fue Edipo quien logro darle solución, y no solo a uno, sino a dos acertijos. El monstruo descubría que su presa tenía ingenio, pero no dispuesta a soportar la vergüenza de la derrota, decidió arrojarse en picada contra las rocas del acantilado que era su hogar. La Esfinge moría, pero su figura prevalecería al igual que lo había hecho durante tanto años.
La magnifica bestia fue una motivo icónico presente desde la antigüedad, incluso en lugares como Babilonia. En diferentes culturas, se tallaban leones con rostro humano como adornos en los templos; y para los sumerios y acadios simbolizaba, por un lado, la sabiduría oculta, y por el otro la multiplicidad y la fragmentación del cosmos. Tres milenios antes de que el mito de Edipo surgiera, en Egipto la Esfinge era un león recostado con cabeza de hombre. Emblema de la realeza pues representaba el poder del faraón; también vigilaba el paso del día a la noche, y la vida después de la muerte. Una curiosidad más de esta figura, es el hecho de que el segundo acertijo planteado al príncipe tebano por la Esfinge dice: "¿Cuáles son las dos hermanas, una de las cuales produce a la otra y la segunda de las cuales, a su vez, reproduce la primera?", la respuesta correcta fue el día y la noche, respuesta que remite inmediatamente al atributo y función que los egipcios le habían atribuido 3, 000 años atrás. Una vez que los romanos dominaron el mediterráneo, el faraón paso a ser un lacayo ante el poderío del César, y la importancia connotativa de la Esfinge se fue perdiendo paulatinamente.
La magnificencia de esta bestia, apenas y logro recuperar presencia cuando Hegel comenzó a usarla como representación del simbolismo, y posteriormente fue considerada como un mito fundacional del psicoanálisis, y se le atribuyó el significado de la madre destructora y devoradora que impide a sus hijos evolucionar. Aún cuando la referencia de destrucción y mala suerte siempre le rodeo, también es conocida como uno de los mayores emblemas de la sabiduría. Actualmente, ha perdido campo contra otras criaturas mitológicas, más aun sigue imponiendo respeto entre sus victimas. Además, nunca sabemos si al cruzar una calle desierta nos podemos topar con sus llameantes ojos.
Cuando se transitaba por un camino aislado, la Esfinge se presentaba ante sus desafortunadas victimas, y lo primero que saltaba a la vista es un par de grandes y hermosos ojos, mejillas rosadas, sonrisa maligna, y una abundante melena ensortijada. Mas el encanto pronto pasaba, pues la cabeza y busto eran sostenidos por un cuerpo de león. Por si esto fuera poco, de su lomo emergían unas alas siempre manchadas de sangre, indicando con bastante claridad que, no importaba que tan rápido pudiera correr, rápidamente sería alcanzado por una muerte sin misericordia. Con una mirada fija se acercaba amenazadoramente a su presa, y preguntaba con falsa dulzura: "¿Cuál es el animal que al principio de su vida camina en cuatro patas, a la mitad en dos, y al final en tres?". En ese momento, los helenos no podían hacer más que temblar, contra ella y su acertijo nadie salia victorioso, o al menos eso creían. La horrible, sabia y cruel Esfinge vio su fin en el inicio.
Su nacimiento en sí es incierto, una de las versiones menos conocida asegura que sus padres eran Equidnia y Ortro, quienes por cierto eran madre e hijo. Curiosamente, el mito más relacionado a la Esfinge es el de Edipo. Cuando Layo, el padre de Edipo, raptó y violó al joven Crisipo, los tebanos dejaron impune el crimen, por lo cual la Diosa Hera, decidió enviar como castigo la Esfinge a Tebas, para que matará a todo aquel que fuera incapaz de resolver su acertijo. La desesperación se apodero del rey Creonte, que prometió dar el reino y a su hermana Yocasta en matrimonio, a aquel que resolviera el enigma. De entre todos los que llegaron a probar suerte, fue Edipo quien logro darle solución, y no solo a uno, sino a dos acertijos. El monstruo descubría que su presa tenía ingenio, pero no dispuesta a soportar la vergüenza de la derrota, decidió arrojarse en picada contra las rocas del acantilado que era su hogar. La Esfinge moría, pero su figura prevalecería al igual que lo había hecho durante tanto años.
La magnifica bestia fue una motivo icónico presente desde la antigüedad, incluso en lugares como Babilonia. En diferentes culturas, se tallaban leones con rostro humano como adornos en los templos; y para los sumerios y acadios simbolizaba, por un lado, la sabiduría oculta, y por el otro la multiplicidad y la fragmentación del cosmos. Tres milenios antes de que el mito de Edipo surgiera, en Egipto la Esfinge era un león recostado con cabeza de hombre. Emblema de la realeza pues representaba el poder del faraón; también vigilaba el paso del día a la noche, y la vida después de la muerte. Una curiosidad más de esta figura, es el hecho de que el segundo acertijo planteado al príncipe tebano por la Esfinge dice: "¿Cuáles son las dos hermanas, una de las cuales produce a la otra y la segunda de las cuales, a su vez, reproduce la primera?", la respuesta correcta fue el día y la noche, respuesta que remite inmediatamente al atributo y función que los egipcios le habían atribuido 3, 000 años atrás. Una vez que los romanos dominaron el mediterráneo, el faraón paso a ser un lacayo ante el poderío del César, y la importancia connotativa de la Esfinge se fue perdiendo paulatinamente.
La magnificencia de esta bestia, apenas y logro recuperar presencia cuando Hegel comenzó a usarla como representación del simbolismo, y posteriormente fue considerada como un mito fundacional del psicoanálisis, y se le atribuyó el significado de la madre destructora y devoradora que impide a sus hijos evolucionar. Aún cuando la referencia de destrucción y mala suerte siempre le rodeo, también es conocida como uno de los mayores emblemas de la sabiduría. Actualmente, ha perdido campo contra otras criaturas mitológicas, más aun sigue imponiendo respeto entre sus victimas. Además, nunca sabemos si al cruzar una calle desierta nos podemos topar con sus llameantes ojos.
Darian Álvarez
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