El negocio del pez dorado
El dinero todo lo puede. Por lo menos ésta resulta ser una
creencia válida en nuestros días. Una creencia sumamente capitalista, la cual
nos dice que el trabajo arduo habrá de llevarnos a la obtención de grandes
sumas de dinero, que a su vez nos brindarán el poder deseado; es decir, “entre
más produzca para el jefe, llegaré a convertirme yo en jefe… algún día”. Sin
embargo, existe una gran fisura dentro de esta creencia, pues el mismo
capitalismo abre las puertas a trabajos en los que la producción pasa a segundo
plano desde un inicio. Trabajos que en gran medida se antojan creativos como
los artistas, escritores… Pero, ¿qué hay de los trabajos que surgen en la red?
Lo que
importa es lo que se lleva dentro. Y es que, el contenido es lo que ha
provocado que el internet se posicione por sobre otros medios de
entretenimiento más convencionales, como la televisión, las revistas… Aquello
que catapulta al internet es que agrupa, en cierta medida, a estos medios por
sí mismo, con contenidos más variados que pueden atraer a público diverso. Por
ende, para la creación de los contenidos se necesita, utilizando un término
sutilmente capitalista, personal que lo realice. Dicho personal, por obvias razones,
tendrá que ser recompensado por su trabajo como cualquier en cualquier otro
empleo.
Después de todo, las redes sociales no sólo
sirven para entretener. Ya se ha hablado de cómo las marcas, han encontrado un
nuevo modo de hacer negocio: aquellas personas que tienen demasiados seguidores
en ciertas redes sociales como Instagram, o que poseen un blog, así como los “youtubers”,
obtienen sumas de dinero por dejar aparecer anuncios publicitarios en sus
perfiles o plataformas. Así los publicistas encuentran una cifra aproximada del
tipo y cantidad poblacional a la que llegará su comercial. Mientras tanto,
personas comunes y corrientes, se ven en la posibilidad de vivir a partir de un
medio virtual.
Efectivamente,
los publicistas y las marcas son la clave para la posibilidad de vivir a partir
de internet. Más allá de patrocinar ciertos vídeos o páginas en particular; los
publicistas dan ingresos en plataformas mediante las que no pareciera poder
obtener dinero alguno; páginas como Youtube, Blogger… El dinero que se obtiene
en estas páginas es una especie de sociedad, en donde se otorga un porcentaje
del pago de los publicistas a los creadores de contenido dentro de la página.
No todo se
trata de la producción. Por lo menos no de bienes; así como el internet ha
otorgado la posibilidad de emplearse en trabajos que realmente no lo parecen.
Los negocios han llegado a evolucionar en este sentido: se pueden llevar a cabo
de un modo indirecto. En el caso de los contenidos de entretenimiento, han
tenido gran relevancia por su gran consumo; algo así como si se tratase de
cierto producto que oferta indirectamente más productos. Finalmente, el dinero
se trata de un recurso capitalista.
Adriana Gasca L.
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