lunes, 11 de abril de 2016

EL RINCÓN DEL COSMOPOLITA

                                         DIARIO DE UN LOCO

Por: Mariana Núñez Blas

“Más vale solos que mal acompañados”  así dice el  breviario popular, pero es en el escenario de un sencillo teatro donde se demuestra lo contrario.  Nikolái Gógol  (escritor ruso) escribió ciento ochenta  y dos  años atrás una obra que habla de una  enfermedad mental actual que nos parece incomprensible aún y que es motivo de discriminación para los que la padecen.

El argumento es sencillo. Aksenti Ivánovich es un oficinista de San Petersburgo en la Rusia Zarista de mediados del siglo XIX,  de baja estatura y tímido al estar frente a personalidades importantes sufre humillaciones por parte de sus compañeros  por lo que decide aislarse. Su vida transcurre entre las largas horas frente al escritorio y la cama de su habitación, su única compañía. Hasta que se enamora perdidamente de una mujer prohibida, que despierta en él ensoñaciones que más tarde se convertirán en destellos de locura.


La representación teatral nos muestra paso a paso el proceso de la esquizofrenia paranoide: desde la pérdida de la noción del tiempo, pasando por la imaginación de ver y escuchar perros hablando cual personas, hasta la incertidumbre de saber quién es él. El recinto y la escenografía son realmente modestos pero la calidad actoral del monologuista es más que suficiente para conmoverse, reír y reflexionar al mismo tiempo.

Se estará presentando por una corta temporada en nuestra localidad (todos los viernes y sábados de marzo y abril en un único horario a las 20:00 hrs ) teniendo como sede la sala dos del museo de la ciudad, ubicado en la calle de Guerrero #27 en la colonia centro.  El precio de los boletos es bastante accesible a los bolsillos estudiantiles así que no hay pretexto para no disfrutar de la adaptación  de una obra excepcional de la literatura

El asistir al  teatro es un gusto que pocos se permiten, pero es un hábito que vale la pena recuperar. De vez en cuando se  anhela tomar distancia de los medio de comunicación y dejarse envolver por la expresividad de tan singular actor, y así por espacio de 90 minutos, al igual que Aksenti Ivánovich crear nuestra propia realidad privada.

3,2,1….. ¡¡ esta es tercera llamada !!

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