jueves, 11 de febrero de 2016

Anagnórisis

Somos Mari Pepa

El punk ha muerto

Todos hemos oído hablar de la época de oro del cine mexicano, ese momento álgido en que la pantalla de plata nacional fue incluso ejemplo en tierras foráneas. Sin duda hay películas para recordar, así como también hubo actores y actrices que lograron trascender. Vamos, todos sabemos quiénes son, se ha hablado hasta el hartazgo de ellos; en nuestras mentes hay al menos una idea vaga. El cine mexicano, como ya se dijo, tuvo su época dorada y también tuvo su terrible decadencia. Aunado a los malos manejos políticos y económicos, muchas casa productoras fueron cerrando sus puertas una a una; además de llevar a cabo producciones realmente lamentables. Esto sucedía a la par que producciones de valor seguían apareciendo, pero recibiendo cada vez menos apoyo y atención. El cine independiente y honesto ha existido siempre en el país y a veces su reconocimiento trasciende fronteras sin necesidad del apoyo de instituciones que en lugar de ayudar, muchas veces terminan perjudicando.


En los años recientes, el cine mexicano ha dado sorpresas que son dignas de mención. Al tratarse de cine independiente, su circulación por el país a veces es lenta; algunas de estas producciones ni siquiera alcanzan a estar en las salas comerciales debido a la falta de apoyo y publicidad. Otras tantas tienen la fortuna de ocupar dichas salas, pero por periodos de tiempo realmente cortos y que suelen pasar desapercibidos entre la gama fílmica que por lo general corre por cuenta de Hollywood. Y ni hablar del quorum en las funciones. Pese a todo lo anterior, muchas de estas películas logran hacerse un nicho entre el saturado gusto de la gente. Puedo recordar gratamente la película "Güeros", o las devastadoras producciones "Heli" y "La jaula de oro"; filmes que dan un nuevo enfoque sobre la vida en el país, tratando cada una distintos temas y abordándolos de una muy peculiar manera, no pidiéndole nada a producciones extranjeras en cuanto a calidad actoral, de fotografía o de guión respecta. También es digno de mención el hecho de que actualmente se encuentran en procesos producciones fílmicas incluso en el estado de Querétaro y muchos otros. Y precisamente enfocaré mi atención en una película Tapatía que tuve oportunidad de ver hace un par de días en el Cine-teatro Rosalío Solano. Demostrando que provincia no se queda fuera de la efervescencia del cine independiente, llega "Somos Mari Pepa".


La película se estrenó en Julio de 2013, pero al parecer es la primera vez que llega tierras queretanas, se trata de la ópera prima del director y egresado de la Universidad de Guadalajara Samuel Kishi Leopo. Desde su estreno la película ha sido nóminada a varios galardones y logrado captar la atención del público. Su circulación continúa en el país y cuenta con un elenco joven compuesto por: Arnold Ramírez, Moisés Galindo, Alejandro Gallardo, Petra Iñiguez Robles y Rafael Andrade. Cabe mencionar también que la banda sonora es en su totalidad original del director y otros colaboradores y familiares (Kenji Kishi), dando como resultado un filme más que auténtico, cuya historia se mueve en un universo propio, pero siempre dentro de la urbe tapatía.

La historia trata acerca de Alex y sus amigos (Todos muy distintos entre sí, ninguno un punk en realidad), que tocan en una poca talentosa banda de punk cuyo objetivo es tener más de una canción y así participar en una guerra de bandas, ¿Suena familiar? Quizás para muchos no, pero en esta película se hace sátira de situaciones típicas de bandas primerizas y poco experimentadas/talentosas. Los integrantes de la banda tratan de seguir el ideal de la banda de rock/punk, pero al mismo tiempo están sucediendo sus vidas, vidas rotas dentro de la aplastante presión de la ciudad; cada uno viviendo en mayor o menor medida la angustia de crecer. Es el verano un momento brusco de transición y cambio más que de relajación y recreación. Se puede decir que la película es acerca de crecer, pero sería poco. El filme resulta algo más que un homenaje autobiográfico a la vida joven de la clase media baja en provincia, con todo y sus sueños rotos. Alex se encuentra en tiempos de transición, vive con su abuela, cada vez más senil, en un conjunto de departamentos, él ama la música de rock y punk, mientras ella disfruta de poner boleros en su tornamesas a la par que teje, cosa que provoca conflictos. Tristemente Alex no imagina dónde será la última vez que escuche el tornamesa con los boleros que tanto aborrece.  No por nada la adolescencia se llama de ese modo. Crecer es una experiencia dolorosa, decepcionante y a veces vomitiva,  Imposible no identificarse con el personaje de Alex o con alguno de los otros jóvenes personajes que aparecen en la película, misma que se entremezcla con el falso documental gracias a las grabaciones personales de Alex y su cámara, quien capta aleatoriamente cosas que mira en su día a día, como el encuentro con un viejo vagabundo el cual él y todos sus amigos estiman y escuchan hablar de sus glorias pasadas como futbolista. Parafraseando al indigente "A veces eres fulano y después nadie", y es de este modo que se puede encontrar otro de los puntos de la película: La identidad, la eterna búsqueda de uno mismo hasta llegar al punto en que se entiende que a veces se es y otras simplemente no, sin que podamos controlarlo del todo.

El primer empleo, los primeros acercamientos con el sexo opuesto. Creer saberlo todo, caminar erguido, con la frente en alto y después encontrarse una pendiente. Al final lo único que queda para Alex son recuerdos en una cámara digital barata. El punk en México, al igual que muchas otras corrientes, siempre ha sido rezagado; minimizado por su naturaleza despreocupada y de protesta, por eso siempre resulta del agrado de la juventud, misma que se acerca a él desde perspectivas distintas. La filmación de la película es fiel a la ideología punk y DIY por su naturalidad y soltura al ser filmada, dejando a los jóvenes actores ser libres en cuanto a la dialogación, lo mismo sucede con el trazo de las escenas y el uso de la cámara. Se trata de un filme de bajo presupuesto, cosa que no se ve necesariamente reflejada en su calidad. Finalmente insto a ver la película, se estará exhibiendo un par de días más y la cooperación es realmente económica (Sólo 25 pesos), se exhibirá los días 12, 13, 14, 17 y 18 de febrero en el Rosalío solano. Es importante apoyar tanto a las producciones mexicanas como a los directores, guionistas y actores emergentes, más allá de las vacas sagradas que supieron hacerla en Hollywood y cuyas producciones no son en realidad mexicanas, esa gente ya goza de gran prestigio y atención. En fin, Somos Mari Pepa es clara muestra de que no se requieren presupuestos descomunales para hacer algo de calidad. Muy recomendable.


-ANJ-

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