Llegado el siglo I d. C., la espléndida ciudad de Roma había
abandonado ya todo vestigio de la aldea pastoril que fue al fundarse; o, cómo
la definiría Adriano entonces, “la alocada capital de los primeros Césares”,
donde se veían cometidos los más atroces crímenes sin que nadie se preocupara
por las consecuencias. Es en este contexto en el que hace aparición “la malvada”
esclava Locusta, “condenada por inventora de venenos y famosa por sus maldades”
–de acuerdo con el historiador contemporáneo Tácito.
Locusta fue una famosa envenenadora de origen galo,
reconocida por su evidente influencia durante los reinados de los emperadores
Nerón y Claudio, que fue “guardada como uno de los instrumentos del Estado” –en
especial, al fiel servicio de la “siempre fiera, siempre amenazadora” Agripina,
esposa del emperador Claudio.
A pesar de ser una esclava, Locusta logró hacerse de una
fortuna gracias a sus estimados conocimientos; se especializaba en los llamados
‘polvos de sucesión’, que se fabricaban a base de arsénico fundamentalmente, o
bien con setas venenosas, cicuta, beleño y otras plantas. Cuando había que
deshacerse de algún rival político o cobrar una importante herencia, los
romanos no dudaban en consultar a Locusta –porque, además, su trabajo era tan
impecable que era capaz de hacerlas pasar por muertes naturales, sin levantar sospecha.
Cuentan los rumores que incluso la propia Mesalina acudió a
Locusta para librarse de Tito, el amante del que se había cansado ya. Del mismo
modo, Agripina, la última esposa de Claudio, decidió recurrir a sus servicios
para desembarazarse de su anciano marido. La emperatriz se entrevistó en
secreto con ella y le expuso su problema cual amigas; como Locusta había sido
sentenciada por envenenadora, Agripina le ofreció liberarla de su condena si
aceptaba el encargo. Y por supuesto que accedió, ¿qué más tenía que perder?
Tras Agripina, la lealtad de Locusta pasó al próximo
emperador, Nerón. Se le adjudican a esta ingeniosa mujer cerca de 400
asesinatos durante los años que sirvió al poder de Roma, entre los cuales se
nombra al mismo emperador Claudio y Británico, hijo de Claudio y Mesalina y
hermanastro de Nerón. Locusta es considerada una de las primeras asesinas en
serie de la historia, así como una brillante envenenadora.
Por: Marissa Sigala A.
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