miércoles, 3 de febrero de 2016

La ciudad oculta

El Barrio de la Cruz: capítulo 1. La raíz
¡Ha despertado! Vaya susto que nos ha metido ¿eh? Quedó inconsciente más de lo usual. Ahora que ha abierto esa puerta que no le permitía ver más allá que las mismas calles, iglesias y monumentos de siempre, podremos dar una vuelta por este mítico Barrio de la Cruz, corazón de Santiago de Querétaro, dicho viaje contará de varios días, ya que hay tanto que conocer por estos lares.

En medio de estas viejas construcciones encontraremos el origen, la magia que envuelve a esta metrópoli en construcción, si prestamos atención podremos entender de una buena vez por todas el porqué de llamar a todo este caos sin forma “La ciudad Oculta”; ¿de dónde proviene todo este misterio?, ¿por qué la ciudad se siente como embrujada? 

Vamos amigo, salgamos y veámoslo con nuestros propios ojos. Calles siempre adornadas  con papel picado, algunos resquicios de vecindades, a diferencia del resto del centro histórico esta zona mantiene un ambiente más colonial conservando calles sin el acondicionamiento para autos modernos y alguna que otra casa con pintura desgastada.

Imagine una época en la que el centro radicaba en esto: un templo, una plaza multiusos en ella un tianguis y un barrio aledaño; por esto es tan importante esta zona y merece que le dediquemos lo más que podamos, yo sé que pueda estar confundido y con un montón de preguntas que evidentemente no podremos responder ahora pero guárdelas porque en las próximas semana todas estas incógnitas se irán desentrañando. Sólo así conoceremos la raíz de nuestra tan interesante y enigmática ciudad.


Comencemos nuestra travesía con esta escena,  es 1531 y se enfrentan encarnizadamente dos ejércitos, sí justo aquí, en el cerro de Sangremal; españoles contra Chichimecas, conquistadores contra nativos, el primer bando está dirigido por un antiguo cacique otomí, el indígena antes llamado Conín y que por el nombre de la Santa Iglesia ha tomado el apelativo de Fernando de Tapia, como pasa comúnmente en las historias de fundación de ciudades, un acto divino toma partido: una impactante presencia numinosa se presenta, es Santiago Apóstol cabalgando en un corcel blanco y a su lado una cruz. Al ver esto, los nativos se rinden y piden que se construya una cruz, cruz que pasaría a ser una pequeña capilla y después lo que ahora conocemos como el templo y convento de la Santa Cruz. Ahora ¿gusta un chocolatito en el mismo lugar donde la sangre de indígenas y españoles fue derramada, un evento presuntamente místico tomo lugar y muy posiblemente era un sitio de adoración pagana? Yo se lo invito.
Anselmo Jiménez 

No hay comentarios:

Publicar un comentario