La Reina Virgen
¡Una bastarda en el trono de Inglaterra!
¡Viva Isabel I!
Al morir Enrique VIII, rey de Inglaterra, el trono de su país cayó en manos de sus hijos Eduardo VI y María Tudor. Los dos presentaban una salud delicada por lo que su estancia en el trono inglés fue corto. Quedando como única heredera la joven hija de Ana Bolena, Isabel I de Inglaterra. El reinado de la mencionada estuvo lleno de rumores y conspiraciones desde su ascenso al trono hasta su muerte. Pero fue la mujer que establecería las bases para el poderoso Reino Unido, nación que poseería la supremacía europea por siglos.
Antes del reinado de Isabel, Catherine Parr, la viuda
de Enrique VIII, se volvió a casar con el Lord Thomas Seymour, un antiguo
enamorado al que había renunciado al tener el amor del anterior rey. El
mencionado Lord ambicionaba quedarse con el Trono por lo que fijo su vista en
la joven y quinceañera Isabel, seduciéndola y traicionando a su esposa. Cuando
murió la madrastra de Isabel en sospechosa circunstancias se acusó a los dos
amantes de homicidio y conspiración, Lord Seymour soltó su último aliento poco
tiempo después de ser acusado. Por otro lado, la hija de Enrique solo observó a
su amante siendo decapitado con tranquilidad, saliendo airosa de esa
escandalosa situación, ya que había negado haberle apoyado en su ambición al trono.
El reinado de Eduardo VI, medio hermano de Isabel, tuvo poco tiempo de duración
por su estado de salud, muriendo al ceder a la enfermedad. Ante su ausencia en
el trono quedaron dos posibles pretendientes a la Corona inglesa: María Tudor y
Juana Grey, bisnieta de Enrique VIII. María representaba a los católicos en
Inglaterra y Juana a los protestantes. Isabel apoyó a la hija de su padre a
pesar de que ella misma fuera protestante. Cuando su hermana tomó el poder, Isabel
fue encerrada por su religión pues se le consideraba una amenaza por ella.
María Tudor tuvo un reinado inestable causado por su
estado de salud y las persecuciones a los protestantes que le ganaron el apodo
de “María Sangrienta”. Al morir, el trono perteneció a Isabel, aunque los partidarios
católicos querían a María Stuart de Escocia como reina. Isabel siendo hija y
hermana de reyes sabía manejarse en la Corte y ganarse a la gente. Su decisión
de mantenerse “neutra” en asuntos religiosas originó la paz entre protestante y
católicos, a pesar de que cuando fuese reina reinstauraría el Anglicanismo,
provocando el inicio de la Era Isabelina.
Ya fuese por sus experiencias pasados o por el bien de
su reino, Isabel decidió no casarse y reino en soledad con astucia e
inteligencia, llevando a Inglaterra a una época dorada; Debilitó a los reinos
adversarios apoyando el protestantismo, pero al mismo tiempo trato a sus súbditos
con justicia e igualdad sin importar religión. Aumento el comercio al refugiar a
los protestantes que huían de la represión de los otros países europeos y enviando
corsarios contra los barcos mercaderes españoles. Y fomentó el arte, siendo el magnífico
William Shakespeare un ejemplo de ello. Aún en su lecho de muerte, Isabel fue
la figura de justicia, prosperidad y esperanza para su pueblo con el cuál se
había comprometido, creando un lazo más fuerte que cualquier matrimonio.
Esperanza del
Refugio Aguilar Carrillo.
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