lunes, 8 de febrero de 2016

El rincón del cosmopolita

Dime cómo besas y te diré de dónde vienes…
Para no desentonar con el espíritu romántico que se respira durante el mes de febrero, quise hacer una colaboración sobre el amor y más específicamente sobre los besos que son una de las maneras preferidas de demostrarlo.
Resumiendo la anatomía del acto, diríamos que un beso es la acción  de presionar los labios contra la superficie de un objeto pero eso sería reduccionista y poco sensible, optaré por la definición del poeta francés Paul Geráldy que versa así: “Es el  más bello instante del amor, el único que verdaderamente nos embriaga, es este preludio: el beso. Pero aunque nos sea difícil de creer, un simple  beso tiene detrás todo un conglomerado de usos y costumbres propias del lugar donde se practica.

En los países anglosajones lo más usual es sólo extender la mano para saludar por lo que los besos son muestras de cercanía e intimidad propias sólo de familiares y amigos cercanos.
En países occidentales el asunto es distinto, las personas se saludan sin problema  por medio de un ósculo. Siempre teniendo en cuenta  la relación que exista entre los participantes: hay países en que según la costumbre, los hombres pueden besarse en la mejilla, mientras que en otros esto se considera tendente a la homosexualidad.

Pero en donde técnicamente no existe el contacto físico al momento de socializar, es en países orientales  como China y Japón donde besarse es casi tan privado como el mismo acto sexual. Por lo que besarse en público resulta escandalizador y de mal gusto, incluso puede ser razón de encarcelamiento.

En todos los casos  el beso (o la abstinencia de él) es signo de amistad, cortesía y respeto, por lo que corresponde al extranjero adecuarse a los modos del lugar que visita para no ofender o agraviar a  las personas a su alrededor.


Por: Mariana Núñez :)

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