Kuroshitsuji
Los demonios son un concepto algo
ambiguo, toman distintas formas y nombres dependiendo del folklore, aunque hay
que admitir que hay cierto estereotipo marcado en nuestra mente: caras
perversas y feas, cuerpo algo deforme, poseen cuernos o garras, hacen ruidos
guturales… en fin, hay muchas cosas; en este anime, sin embargo, el concepto de
“demonio” ha sido llevado a otra escala completamente diferente y que ciertamente,
no desagradará a quienes decidan ver el siguiente anime expuesto.
Kuroshitsuji (por su
traducción al español El Mayordomo Negro), es un manga escrito e ilustrado por Yana Toboso. Iniciada
desde el 16 de septiembre de 2006, ha sido publicada bajo la editorial Square
Enix en su revista Gekkan GFantasy; en España se publicó bajo el nombre de
Black Butler. Posteriormente, en el año 2008, se inició su transmisión en las
televisoras japonesas hasta llegar a la cantidad de 24 capítulos, terminando así
la primera temporada del anime. La segunda temporada se estrenó tiempo después
en el año 2010, extendiéndose así con otros 12 capítulos. Recientemente la
tercera temporada, Book of Circus, culminó con otra decena de capítulos que
comprendieron la historia original del manga siguiendo desde el episodio 15 de
la primera temporada, el cual pareció ser el punto donde la adaptación animada,
dejó de ser fiel a la historia del mayordomo demonio y su joven amo marcado por
el deseo de venganza que le motiva a buscar al asesino de sus padres.
Ambientada en la época victoriana de
Londres, la historia nos centra en el conde Ciel Phantomhive, un niño de 12
años que es jefe de una familia noble
además de ser dueño de una enorme compañía de juguetes. A su lado, se encuentra
su siempre fiel mayordomo Sebastian Michaelis, quien con una eficacia sobrehumana,
realiza cada tarea que Ciel le ordena hacer. A primera instancia, todo parece
normal con excepción de que un niño sea un director ejecutivo y se comporte como
un adulto, pero la verdad es que todo tiene un trasfondo increíblemente oscuro:
Sebastian es un demonio que ha hecho un contrato con Ciel, el cual juró
entregarle su alma cuando pudiera encontrar al asesino que eliminó a sus padres
tiempo atrás. Además de ello, ambos tienen que lidiar con diversos problemas
del bajo mundo, pues la familia Phantomhive no sólo ha llevado con maestría una
fábrica de juguetes, sino que ha servido por generaciones a la familia real
como su guardia personal; Ciel y Sebastian, apoyados del Scotland Yard, se ven
forzados a cumplir tareas en el bajo mundo para cumplir con este prometido.
A medida que va avanzando la serie, se
van desarrollando nuevos aspectos de la historia, abarcando gran parte del
pasado tan trágico del protagonista: la muerte de sus padres, los abusos y las
dificultades que atravesó, el cómo configuró su contrato con Sebastian y la
configuración de su personalidad tan seria y poco común en un niño de
apariencia inocente. Todos aquellos detalles, van configurando el rompecabezas
que a primera instancia se presenta. Kuroshitsuji retrata el mundo humano y sobrenatural
en un ambiente único del siglo XIX, logrando entretejer misterios y leyendas
que en la actualidad existen y que en el anime han sido explicados desde el
modo de pensar que hay sucesos paranormales ocurriendo por toda Londres. También
cabe agregar que no sólo existen seres demoniacos en forma de mayordomos, sino
que siguiendo el hilo a los otros animes anteriormente expuestos, Kuroshitsuji
también tiene, cómo no, su propia
versión de los ya conocidos shinigamis.
La historia, a pesar de que pueda sonar
ya algo demasiado utilizado, es atrapante sin necesidad de meter giros
demasiado complejos para hacerla única, puesto que tiene: escenarios sumamente
bien diseñados, una banda sonora que sabe armonizar perfectamente cada escena y
un estilo de dibujo que presenta a personajes atractivos a la vista, dejando al
espectador en espera del siguiente giro argumental que el anime pueda presentar;
el carácter tan distinto y fuerte de los personajes tanto principales como
secundarios, es notorio, de modo que la historia jamás se hace plana y hay
mucha interacción entre ellos, creando momentos de clímax, comedia, drama y
otros. Si bien a primera instancia pareciera que representan cierto estereotipo
marcado típico en otras animaciones, en Kuroshitsuji es lo contrario, pues en
realidad es una fachada que esconde un marco amplio que da la oportunidad de
explorarlo.
10/10
Katia de Leija M.
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