domingo, 14 de febrero de 2016

De lo Estético y lo Bello



Un breve acercamiento a lo bello



  Antes de abordar el tema de la próxima entrega donde trataremos brevemente al sujeto receptor de lo estético, consideramos oportuno hacer un breve acercamiento a lo bello.
En filosofía existen diferentes corrientes ideológicas con respecto de ese concepto, desde luego, no pretendemos agotarlo, pero un breve comentario complementará lo anunciado.

  Comenzaremos, como ya es costumbre, citando al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española para referir qué es lo bello:

Bello, lla
Del lat. bellus 'bonito2'.
1. adj. Que, por la perfección de sus formas,
complace a la vista o al oído y, por ext., al espíritu.
2. adj. Bueno, excelente.
bellas artes


   Cuando se habla de lo bello no se puede dejar de lado a Platón, para él lo bello debía ser también algo bueno y verdadero; uno no puede ser sin el otro, aquello que sea bueno necesariamente es verdadero. Lo bello nunca podía ser mentira, ni maldad. Aquello que es bello está cerca del mundo ideal, sabemos que para Platón el mundo de las ideas tenía todas las características de lo bello.

  El concepto de verdadero incluso en lo bello originó que  en su “República” Platón desterrara a los poetas,  ya que lo falso no puede ser bello y para él la poesía en cuanto a su veracidad la excluye de ser bella.

  Si entendemos a la poesía por algo feo debido a su valor de verdad debemos entonces acudir, lejos de la línea del tiempo, a este concepto del que hablamos la semana pasada: que el valor o los juicios de verdad respecto del lenguaje poético, son distintos del valor de verdad que tiene un enunciado comunicativo, no porque la poesía no comunique, sino, porque la comunicación de ésta es diferida, además crea en sí misma su propio contexto y sentido.

  Para continuar con la idea de los juicios de verdad consideramos necesario implicar a Kant. En su tratado “Lo bello y lo Sublime” describe  lo bello como aquello que provoca un sentimiento de placer y felicidad pero sin ningún estremecimiento, un sentir estable o lineal, propone que aquello que ha de ser bello para uno puede no serlo para el otro, a saber, lo bello, lo estético, dependen directamente del receptor.

  Entiéndase pues que los juicios para valorar el arte no son lógicos sino estéticos, en ese sentido no tendrá que ser por fuerza algo útil, o verdadero, si nos referimos a la verdad platónica, aquellos parámetros para juzgar el arte los ha de definir el sujeto. Sobre esta última idea hablaremos la próxima entrega.


Rocío Berenice Ortiz García. "Rose"



Bibliografía y referencias:

Lo bello y lo Sublime. Kant. Biblioteca Virtual Universal.











http://dle.rae.es/?id=5KBFtyf

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