(La) Caballero de Dios.
En la iglesia católica se cuentan con diversas Santas,
mujeres que sirvieron a la causa del Señor y entregaron sus vidas a Ello, pero
ninguna como la famosa Juana de Arco. La imagen con la que se le representa es
una de las notorias diferencias que posee con las otras personificaciones
religiosas femeninas: Una mujer en armadura plata con un estandarte en mano en
una postura victoriosa, en su cabeza reposa una corona de olivo (no en todas
las representaciones) y un halo le rodea. No solo fue una emisaria de la
Iglesia, sino que fue un soldado de su pueblo.
La Doncella de Orleans, como es conocida la Santa, fue
la mujer que contribuyó a la estabilización del reino de Francia durante la Guerra
de los Cien Años. Lo anterior lo hizo ayudando a que se hiciera posible la coronación
de Carlos VI, regresando el dominio a los franceses, y levantando el sitio de
Orleans, comandando una armada dada por el Rey. Pero sus hazañas militares no
rebasaron el misterio celestial que le rodeaba, sino que lo exaltó.
A los doce años de edad, no se sabe con certeza eso,
fue la primera vez que Juana escuchó la voz del enviado de Dios, Éste le habló
sobre las hazañas que realizaría para Francia en nombre del Creador. Las profecías
que le fueron dadas se cumplieron a pie de la letra, siendo así como se le permitió acercarse al Rey de
Francia. Aunque durante toda su vida fue cuestionada sobre su contacto
celestial, incluso fue puesta a prueba por el Rey en su primer encuentro: El Delfín
se había disfrazado de siervo y escondido en la multitud, esperando que Juana
lo pasará por alto, pero la Santa le reconoció sin importar su apariencia. Las
palabras del enviado nunca le fallaron a la Doncella de Orleans, aunque éstas
sigue siendo misterio.
El final de su vida fue trágico como en la mayoría de
los Santos. Fue detenida por los ingleses y fuerzas opositoras del Rey Carlos
VI, donde fue juzgada como bruja. Las voces que la Santa escuchaba fueron atribuidas al Diablo y se le pidió retractarse
de ellas, lo cual hizo en primera estancia pero luego volvió afirmarlas. Eso provocó
que muriese quemada en la hoguera. Años después se obtuvieron declaraciones de
que su juicio inquisidor tuvo muchas irregularidades y su nombre fue limpiado.
Santa Juana de Arco, santificada en el año de 1920,
sigue siendo patrona de Francia y su influencia ha perdurado en el tiempo. Esta
joven menor de veinte años fue un símbolo para los soldados franceses durante
las guerras mundiales, quienes no solo usaban su imagen, sino su escudo de
armas. Su vida ha captado el interés del público e inspirado obras literarias y
trabajos cinematográficos; ya sea por sus logros en beneficio de Francia o por
ser elegida por el Creador, su epopeya se recuerda alrededor del mundo
occidental como la de una héroe que tomó una espada y luchó en el nombre de sus
convicciones.
Esperanza del Refugio Aguilar Carrillo.
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