sábado, 13 de febrero de 2016

Cine a cuadros

Los reyes del verano


Un joven de quince años llamado Joe (Nick Robinson), que mantiene una complicada relación con su padre viudo; su mejor amigo, Patrick (Gabriel Basso), quien sufre la extrema sobreprotección de sus padres; y Biaggio (Moises Arias), un chico bastante extraño, son los protagonistas de esta historia. Juntos, emprenden la descabellada idea de abandonar sus respectivos hogares para construir una casa en medio del bosque, y así librarse del control paterno.

El retrato de la adolescencia no es ajeno al cine, son muchas las películas que, con mayor o menor acierto, han intentado devolver a los espectadores a ese periodo convulso de sus vidas. Los reyes del verano,  dirigida por Jordan Vogt-Roberts, es una de las películas más recientes que tratan el tema de la adolescencia, precisamente.

Las películas de adolescentes suelen ser decepcionantes porque son dirigidas por directores que no tienen ningún interés en retratar la adolescencia, lo que provoca que personajes de quince años sean interpretados por actores de treinta años y la adolescencia sea presentada como algo melodramático, muy alejado de la realidad. Pero esto no sucede con Los reyes del verano.

El joven director Jordan Vogt-Roberts, que debuta en el largometraje con esta película, y su también debutante guionista, Chris Galletta, han sabido captar casi a la perfección los altibajos de un momento de la vida tan complejo, con el apoyo, además, de las grandes actuaciones de sus tres protagonistas, a través de los cuales el espectador puede contemplar las diferentes emociones que se viven durante esta etapa, de modo que la aparentemente típica historia de tres adolescentes incomprendidos que buscan liberarse de sus opresoras familias, se convierte en una experiencia única.


Estamos, pues, ante una película bien lograda, con diálogos ocurrentes, realización muy correcta, buenas interpretaciones y un envoltorio muy bello, proporcionado gracias a la excelente fotografía de Ross Riege, quien retrata tanto la luminosidad veraniega del bosque, como la gris cotidianeidad de la que los tres jóvenes pretenden escapar, lo que hace a esta película mucho más disfrutable. Sin duda fue una de las mejores películas del 2013 y no merece pasar desapercibida.

Ma. Teresa Vergara Téllez

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