El “googleo” del pez intelectual
El “googlear” es un pecado… tanto en el acto, como en su
misma existencia en el léxico coloquial. En el acto del “googleo” porque, como
ya se había mencionado al inicio de esta columna, el exceso de información
dentro de la red puede volvernos un tanto desenfocados. Millares de documentos
sobre el mismo tema pueden encontrarse en un segundo. Algunas de las grandes
preguntas es qué nos puede servir qué no, si es ilegal lo que tenemos a nuestro
alcance o si no es así; aunque también es probable que en la vida hayan surgido
dichas preguntas, mas es importante considerarlas. Se antoja importante porque
hay que aceptar el nivel de preferencia que guarda el internet sobre otros
medios, y lo significativo que es para el ser humano la obtención de
información.
Como se dice coloquialmente, la información
vuela. En este caso, dudo mucho que el volar mantenga el paso con que la
información viaja en la red. Tan eficiente resulta que la búsqueda en Google
evolucionó en un verbo vulgar un tanto molesto: “googlear”; debe quedar claro
que sólo el uso es lo que provoca la evolución en la lengua. Por ende, el hecho
de que esta palabra haya aparecido en nuestro léxico no indica otra cosa sino
un uso desmedido de dicha herramienta. Sin embargo, en cuanto al uso desmedido
de la red cabe una cuestión crucial: ¿en realidad es eficiente o solamente
eficaz?
Eficacia contra eficiencia, tema delicado. La
diferencia radica en la calidad final del producto, diferencia que cuesta mucho
comprender sobre el ruedo. Miles de resultados pueden obtenerse con una simple
palabra en el buscador, de esos miles de resultados seguramente el 99% serán
completamente inútiles. En esto consiste la eficacia y, como se nos otorga la
información con una facilidad impresionante, se cree que dicha información es
eficiente y no eficaz. Tendemos a olvidar que los filtros son importantes y que
servirían para encontrar fuentes de primera mano y no resúmenes de los
resúmenes de la cita de una tesis de hace 30 años que se realizó para la
obtención del título a una licenciatura cualquiera.
Las bibliotecas han evolucionado a tal grado de terminar,
ilegalmente, en internet. La mayoría de la información de calidad que es
encontrada, sin embargo, resulta ser ilegal puesto que no se ha encontrado la
manera de proteger, en este medio, los documentos del plagio. El plagio está a
la orden del día en cada una de las investigaciones virtuales que se realizan
en la red, a no ser que se trate de una verdadera biblioteca virtual y no del
buscador de google. Si bien es cierto que existen modos de evitar la
ilegalidad, también es cierto que se puede caer en alguna estafa de alguien que
se encuentre detrás de otro ordenador, o bien, que no se trate del material
deseado y algunos miles de pesos serán desperdiciados.
Dinero contra eficacia. Lo cierto es que la
perfección en cuanto a la información no existe aún; por eso aún existen
investigadores en muchas ramas de estudio. La certeza todavía no se obtiene del
todo, mas es importante tener los cimientos adecuados y no basarnos en suposiciones
malas. Las bibliotecas siguen existiendo por algo, aunque hayan sido
erradicadas muchas veces sin la posibilidad de comprender conocimientos que ya
se tenían. En internet, pese a su calidad de eficaz, es poco confiable en
ocasiones. Pero algo está del todo claro, por más frágiles que sean los
soportes técnicos, jamás serán consumidos por el fuego.
Adriana Gasca L.
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