jueves, 4 de febrero de 2016

Cuéntame un cuento, cuéntame qué hay

El cuento del jueves: Lo que tú necesitas es leer a Kant (México)        
 De filósofos alemanes y amores posmodernos.
No importa que tan intelectual, diferente, posmoderno, único, frío o ridículo se pretenda ser; todos tenemos una historia que toca “fibras sensibles”; un suspiro, una sonrisa, un movimiento de cabeza e incluso una maldición delatan la pérdida del pudor objetivo por parte del lector. Con cierto interés morboso, y porque francamente es encantador fastidiar a los enamorados,  nos apartaremos del tema político-social para vaciar una bandeja llena de corazones a la emotividad humana, girar el rostro sonrojado con ojos de perro triste hacía lo sensible.

Los posmodernos sentimos cierta alegría estúpida al complicar las cosas, principalmente cuando se apela a los filósofos alemanes, Lo que tú necesitas es leer a Kant es una prueba fidedigna de ello. Elemento singular de la denominada “anti antología” de Lauro Zavala, Relatos mexicanos posmodernos (2001), demuestra que para algunas personas, como por ejemplo su autor el escritor mexicano Francisco Hinojosa, hablar de amor es proporcional a hablar de filosofía, y hablar de amor y filosofía es equivalente a hacer literatura.

“Pero no, quieres seguirle. Dime, ¿has
leído a Platón? Un diálogo es un diálogo. Habla
primero uno y luego el otro. Uno dice algo y el
otro se inconforma con él o se une a su afirmación
o, en todo caso, le pregunta. Lo que sí no es posible
es que cada quien vaya por su lado creyendo que
dialoga. No hay conversación entre nosotros, al
menos ahora” (Hinojosa, 1996)
“¿Ves? Platón te enseñaría tantas cosas
que ni te imaginas. Te enseñaría a llevarte con los
demás, por ejemplo. Si hay diálogo, puede haber
entendimiento. Pero así. .. Así es imposible cualquier
relación. / Que yo beba nada tiene que ver ni con
tu crisis ni con lo que imaginas que yo ando
haciendo. Bebo por gusto, lo he hecho siempre y
lo voy a seguir haciendo mientras pueda. Aunque
No quieras.”(Hinojosa, 1996)

La trama del cuento* se desarrolla a partir de una discusión de pareja, la estructura narrativa puede ser catalogada como un monólogo, el hombre será nuestro narrador y única voz. El interesante uso del elemento visual por parte de Hinojosa a partir de 5 fotografías, representadas en el texto por rectángulos blancos, invita a la intimidad cotidiana de pareja     sin disfraces ni adornos, presenta los escenarios “comunes” a los cuales se enfrentan aquellos que deciden optar por la vida en conjunto. Desde problemas con la bebida hasta recriminaciones por acontecimientos pasados, vivir en pareja requiere conocimientos en doctrinas filosóficas.

“¿Crees que rompiendo vasos vas a ganar algo? Si
quieres hazlo, yo no te vaya detener. Y tan fácil
que sería entendernos. Como lo hace todo el
mundo. Como lo hacía Sócrates con Fedro. Creo
que con Fedro. Sé sincera: ¿no te gustaría que en
vez de andar peleándonos nos entendiéramos como
griegos, como Sócrates con Fedro…?”
“Mira, ve la foto de cuando nos casamos. ¿No te
dice nada?


 Voltea a verla. No te va a hacer ningún daño mirar
la foto del día de nuestra boda. La has visto miles
de veces. Lo único que te pido es que la veas ahora
mismo para que te olvides del divorcio y nos
vayamos a dormir. No te cuesta nada. Dame la mano.
Vas a ver que así todo se compone. Anda, dame la
mano.” (Hinojosa, 1996)

Nos encontramos frente a un irónico y experimental cuento posmoderno de amor. Podemos olvidarnos del final bien definido y los personajes románticos, la tragedia no es un problema, aquí nadie se muere de amor. Hinojosa ha dado en el clavo, apela a los sentidos de sus personajes, vista, oído, tacto, este último como el remedio perfecto para los males de pareja, el más viejo y efectivo para no irse a la cama enojados: el sexo.

La vida matrimonial en el siglo XXI es un tema digno de análisis, un paso arriesgado y tentador al mismo tiempo, las peleas filosóficas están a la orden del día. Para aquellos dudosos posmodernos únicos y fríos la pregunta ¿para qué casarse?, es respondida cómicamente por la voz de nuestro amigo: No, amor, la verdad yo creo que lo que tú necesitas es leer a Kant.


*El término posmoderno aceptado será RELATO.                                                                       Isadora Cabrera

2 comentarios:

  1. Por Dios, ¡amo tu humor negro!... Te diré cómo dicen los niños :"de grande quiero ser como tú ".

    Muy buena colaboración :)

    ResponderEliminar
  2. Por Dios, ¡amo tu humor negro!... Te diré cómo dicen los niños :"de grande quiero ser como tú ".

    Muy buena colaboración :)

    ResponderEliminar