viernes, 26 de febrero de 2016

MITOS Y LEYENDAS

Dragones

"I am fire, I am death"
—Smaug (The hobbit)


Cuando se habla de animales fantásticos, a muchos lo primero que se les viene a la mente es un dragón. Poderosas y feroces bestias, criaturas dignas de temer, símbolo de sabiduría y fortaleza, custodios de bosques, cavernas y princesas. Su nombre viene del latín draco, que a su vez es un termino derivado del griego drakón, que significa serpiente. Poseedores de una imagen digna de temer,  y esto, posiblemente se deba a que es la combinación de las figuras de las aves carroñeras, las serpientes y los grandes felinos; las cuales eran las criaturas más peligrosas para nuestros ancestros. Desde luego que la aterradora apariencia y la maldad del clásico dragón que escupe fuego solo es perteneciente a un selecto grupo de estas criaturas, porque al contrario de lo que muchos piensan, existen diferentes tipos de dragones. Muchos gustan de distinguirlos por su color y dividirlos en dragones buenos o dragones malos; incluso se puede hacer una separación por la afinidad al metal al cual se pueden asemejar, por el lugar donde viven o por el elemento de ataque que poseen. Sin embargo cabe recordar que la presencia de esta criatura en la cultura no es exclusiva de los europeos, por lo tanto otra buena y acertada clasificación seria la de dragones occidentales y dragones orientales. A decir verdad, para hablar a fondo de estas maravillosas criaturas se necesitan más de cinco párrafos, por lo que solo se abarcara una pequeña parte de la primera y la última clasificación anteriormente mencionadas.  


La primera clasificación nos arroja a los de naturaleza benéfica, maléfica o neutral. Los dragones neutrales llevan el nombre de diferentes piedras preciosas, Zafiro, Esmeralda, Topacio, Cristal y Amatista, todos ellos reservados y con actitud desinteresada, pero a pesar de que ninguno es especialmente malicioso tampoco son la mejor compañía, solo se muestran amistosos cuando se les trata con buenas intenciones. Los dragones buenos son nombrados por metales, como todo dragón occidental tienden a ser egoístas y orgullosos, pero a la vez son sabios y justos, les agrada pasar tiempo con los humanos y la gran mayoría puede tomar la apariencia humana; dentro de esta clasificación encontramos a los dragones dorados, de cobre, los de bronce, plateados, de oro y dragones de platino. Finalmente, los dragones malignos son los más conocidos ya que son similares a los de la clasificación por colores. Los dragones negros son viles y solo buscan la destrucción de todo aquello que consideran insignificante, es decir todo aquello que no sean ellos mismos. Los dragones verdes son embusteros, habitan en bosques y prometen gloria pero a la larga llenan de maldad a quienes ayudan. Los dragones blancos son los que habitan en el hielo, la principal diferencia entre la clasificación por naturaleza y por color, radica en que para la primera son seres malvados y codiciosos; la segunda clasificación afirma que son bondadosos y gustan de dar consejos. Los dragones rojos representan a la figura idealizada del dragón avaricioso que escupen fuego, son la maldad encarnada, disfrutan de saquear y destrozar pueblos para obtener tesoros y a ellos se les otorga la fama de raptar princesas. 

La otra importante clasificación es la que los separa en orientales y occidentales, aunque incluso dentro de esta división continental hay variaciones dependiendo de la zona y el tiempo en donde se desarrollara el mito de estas criaturas. Los occidentales, durante la edad media, representaban al dragón como una criatura bípeda o cuadrúpeda de gigantescas alas, con enormes fauces llenas de filosos dientes, aliento de fuego, poseedores de garras capaces de desgarrar a un hombre de un solo tajo, con escamas tan fuertes como una coraza y reforzadas con gemas y metales que quedaban pegados a ellos. Eran capaces de volar y hacer magia, aunque eran especialmente buenos en los maleficios. Habitaban en cuevas, bosques o pantanos, lugares donde eran guardianes de grandes tesoros sobre los cuales dormian, pero no siempre se quedaban en casa pues gozaban de salir a aterrorizar pueblos para robar riquezas y doncellas vírgenes, gracias a esta fama, los caballeros (guiados por el ideal caballeresco) tomaron como una de las más nobles empresas el enfrentarse a un temible dragón, rescatar a una hermosa doncella y liberar un pueblo del terror y el control que tenía sobre ellos. Aunque para los dragones europeos, la edad media fue su época de apogeo, los griegos y nórdicos ya les habían mencionado con anterioridad. Los griegos gustaban de darles más de una cabeza a los dragones, un ejemplo es Ladón, el dragón de cien cabezas que custodiaba las manzanas de oro de Hera y que posteriormente se convertiría en  la constelación de Draco. Los nórdicos por su parte tienen a los famosos Fafner, el dragón del cual el héroe Sigfrido toma la sangre para tratar de hacerse invulnerable; y Nidhoog el que habita en el Niflheim.

A diferencia de la cruel imagen que los europeos otorgaron al dragón, los orientales se encargaron de convertirlo en una figura sagrada. Representados como grandes serpientes cubiertas de grandes escamas, garras como las de un águila y largos bigotes. Para la mayoría de las culturas orientales eran personajes benévolos llenos de sabiduría, tranquilos y sin egoísmo, se les relacionaba con el agua y el control del clima, por tal razón se les considero una divinidad y eran venerados. Los japoneses, además de tener al dragón de agua tenían un dragón de fuego, este tipo de dragón tiene parecidos con los dragones medievales occidentales, pues escupía fuego, era ambicioso y de mal genio. La cultura china consideraba que había varios tipos de dragón, como los dragones de cuernos, el del arroyo, el amarillo, el celestial, el espiritual, el dragón de madera, de fuego, de agua y el de metal: todos con diferentes virtudes y caracteres, la mayoría de ellos benignos. Pero China también se distingue por tener nueve grandes dragones y un Rey Dragón. Los nueve se distinguen por el lugar en donde se tallan y el significado que contienen, significado siempre relacionado con los gustos y habilidades de los dragones; el Rey Dragón por su parte estaba formado por otros cuatro dragones que gobernaban los cuatro mares (norte, sur, este y oeste). Además, en Japon y China era asociado con el ave fénix, de quien era esposa, y su unión simboliza el Yin y el Yang. Era una de las cuatro bestias sagradas que controlaban el orden en el universo,  era Seiryu, el dragón azul protector del lado este, representante de la primavera y el agua.

Los datos sobre los dragones existen en gran cantidad y son muy diversos, desde la antigüedad estas criaturas han llenado paginas y paginas de libros, canciones y leyendas que pasaron de voz en voz a través de muchas generaciones. Su importancia no solo radica en el valor simbólico de fortaleza, sino en la brutal influencia que tiene en la construcción cultural, a tal grado que varias ciudades han sido fundadas sobre la leyenda de la derrota de un dragón; con tal magnitud que en algunas culturas los dragones siguen estando presentes en su vida diaria. Su figura se encuentra en una gran variedad de escudos, tanto de familias, como de escuelas e incluso ciudades. A pesar de que se se ha dicho que su existencia alguna vez fue completamente nula, desde la fantasía, los dragones siguen mostrando su poderío, invadiendo la literatura, el cine, la televisión y nuestras mentes.

Darian Álvarez

1 comentario:

  1. ¡Genial entrada! Muy interesante.
    Y me encantó la cita y la primera imagen <3

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