sábado, 27 de febrero de 2016

Cine a cuadros

El Gran Hotel Budapest

El Gran Hotel Budapest narra la historia del legendario recepcionista, Gustave (Ralph Fiennes), de un famoso hotel europeo, durante el periodo de entreguerras. Gustave es especialmente famoso entre las damas adineradas, y cuando una de ellas muere, le deja en herencia una pintura de incalculable valor, lo que inicia una lucha entre Gustave y la familia de la dama por conservar  la obra.


Plagada de escenarios tan asombrosos que no parecen ser de este mundo, y personajes absurdos pero totalmente reconocibles en su condición humana, esta película, dirigida por el estadounidense Wes Anderson, permite al espectador entablar una relación directa con sus propias características humanas, sumergiéndose al mismo tiempo en un mundo distinto e increíble.

Fiel a su estilo, Wes Anderson logra una de sus más brillantes y divertidas películas. Potenciando ese humor absurdo característico de Anderson, homenajea al cine antiguo, logrando que hasta las escenas supuestamente dramáticas resulten desternillantes. Su extrema dedicación en la fotografía, también habitual en su filmografía, hace que cada plano de este film sea digno de exhibirse en una galería de arte.

Algo aún más meritorio para Wes Anderson es su capacidad para lidiar con un elenco lleno de actores sumamente talentosos y hacerlos destacar a todos. Por supuesto, los dos protagonistas, Ralph Fiennes y Tony Revolori, se hacen notar por encima del resto, pero incluso el actor que menos tiempo ocupa ante la cámara tiene un papel importante y lo lleva a cabo de manera memorable.


El Gran Hotel Budapest es una película cien por ciento disfrutable, cuyas nueve nominaciones al Oscar en 2015 están completamente justificadas. Visualmente deslumbrante, divertida, interpretada por fantásticos actores y acompañada por una gran banda sonora, está indudablemente recomendada para todo amante del cine.

María Teresa Vergara Téllez

No hay comentarios:

Publicar un comentario