viernes, 26 de febrero de 2016

Posdata: Recuerda lo mejor de mí.



"(...) se puede estar enamorado de varias personas a la vez, sin traicionar a ninguna (...)"

Gabriel García Márquez 


Hola, le he escrito esta carta a usted, que se llevó la mejor parte de mi vida entre sus parpados. Usted, un joven con la sonrisa inquebrantable, que me hizo soñar con los ojos abiertos, lo felicito porque sin importar nada le doy las gracias por llenar mis días de felicidad, por llevarme al cielo despierta, por ser fuerte por mí, por luchar por mí pero, principalmente, le agradezco por estar conmigo, la chica que lo eligió sobre todas las cosas. Antes que nada, le agradezco por ser la primera persona de la que me enamoré y déjeme contarle en las próximas líneas la historia más bonita.

Todo comenzó en otoño, cuando conocí a una persona excepcional en todos los aspectos. Sin decirle nada, él sabía que alguien como yo había estado llorando y cómo no saberlo, alguien en mi vida había desaparecido y no pude decir adiós.  Él se acercó a mí y sacó un pañuelo de su saco, me lo ofreció para secar las lágrimas que inundaron mis ojos y recorrían mis mejillas. Entonces levanté la mirada hacia él, y vi sus ojos cafés mientras me sonreía delicadamente. Empecé por contarle la causa de mi tristeza y me dijo -No estarás triste para siempre-. Esas se convirtieron en las palabras correctas porque desde de ahí, conocí a una persona que siempre supo hacerme sentir viva. Un día llegó y dijo -la lección de hoy es hacerte sonreír-, la verdad es que no sabia qué íbamos a hacer, empezamos a recorrer el camino hacia la montaña, y le dije -no vamos a subir hasta la cima, ¿o si?- con una sonrisa él contestó -si y apresúrate que tenemos que llegar antes de que se haga de noche-. Durante el recorrido me preguntaba sobre lo que quería de la vida, ese fue el momento en el cual me cuestioné  sobre lo que realmente quería de la vida. La cuestión es que no sabía qué quería de la vida. Cuando llegamos a la cima, el paisaje era otro, el sol estaba a punto de desaparecer lo cual hacia que el oeste tomará un color rojizo, en ese instante sentí una tranquilidad inmensurable, como si todo el mundo pudiera desaparecer y yo no lo notara, así me sentía,  pérdida en aquel lugar, pero lo mejor es que estaba él a mi lado, por lo realmente estaba, él tomó mi mano y fue ahí cuando el mundo si desapareció por completo, lo mire y me prometí no sonreír pero falle, él me robó esa sonrisa y, al mismo tiempo me robó un suspiro que se silenció en sus labios.

Los días iban pasando muy rápido que a veces no los  sentía pasar, cada día era una aventura diferente, cada día sentía que la tonalidad iba tornándose a un color más cálido pues sabía que lo volvería a ver, sabía que él me volvería a ver… Era el último día del mes y se pronosticaba una lluvia de estrellas fugaces, así que él me llevo a verlas. Nunca había visto un paisaje tan indeleble, empezaron a caer aquellas estrellas tan rápido que se escondían en el norte detrás de las montañas y el me dijo al oído -Se dice que las estrellas sólo son pedazos de rocas que son atraídos a la Tierra para conceder deseos, yo digo que cada persona en el planeta tiene una estrella la cual está encargada de su destino y cuando cae, significa el fin- pensé lo que me dijo y le conteste -las estrellas tienen que tener una compañera a su lado para evitar que caigan-. Él se puso frente a mí y tomó del cuello mientras me besaba, y después dijo -Yo seré la estrella que esté a tu lado y no te dejaré caer- y me siguió besando. No supe si iba a durar para siempre, solo sabia que había encontrado a alguien increíble, alguien que me hizo recuperar mi vida, en ese momento supe que aquello que esperaba de la vida se encontraba justo enfrente de mí.

Esa es la historia. Quiero decirle a usted, que una vez más me he enamorado. Después de su partida, no sabia cómo empezar a vivir de nuevo pero llego alguien a cambiarlo todo, quiero confesarle a usted todos esos malditos miedos que tuve en el principio, porque tuve miedo a que una vez más me enamorará y perderlo todo, tuve miedo de recordarlo a usted en cada beso, en cada caricia, pero el peor de mis miedos fue olvidarte con el tiempo, no quiero que usted piense eso de mi, porque no fue así, lo recordé cada día de mi vida. Había un problema, cada día que empezaba a ser feliz, me sentía culpable, ¿cómo es que yo podía ser feliz mientras usted estaba mal? Por eso estuve sola mucho tiempo, mi peor miedo era, es y siempre será el estar sin usted, sin volverlo a ver una vez mas, usted me enseñó a amar por primera vez y se lo agradezco, agradezco que haya estado conmigo siempre y lamento no haber estado para usted cuando más me necesitaba en ese último día. 

Me ha gustado mucho poder sacar todo lo que me atormentaba en esta carta, espero que el día que usted despierte de este maldito coma, pueda leer esto sin que se le llenen los ojos con lágrimas como me paso a mi al escribirlo. Quiero que sepa que hice todo lo que le prometí, he seguido adelante y continúe con mi vida, realicé mis sueños y metas; si algún día despierta espero tener el placer de volverlo a ver una vez más.

P.D: Siempre lo amaré, lo recordaré y, le pido que recuerde lo mejor de mí. 



L.M.

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