"(...) se puede estar enamorado de varias personas a
la vez, sin traicionar a ninguna (...)"
Gabriel García Márquez
Hola, le he escrito esta carta a usted, que se llevó la
mejor parte de mi vida entre sus parpados. Usted, un joven con la sonrisa
inquebrantable, que me hizo soñar con los ojos abiertos, lo felicito porque sin
importar nada le doy las gracias por llenar mis días de felicidad, por llevarme
al cielo despierta, por ser fuerte por mí, por luchar por mí pero, principalmente,
le agradezco por estar conmigo, la chica que lo eligió sobre todas las cosas.
Antes que nada, le agradezco por ser la primera persona de la que me enamoré y
déjeme contarle en las próximas líneas la historia más bonita.
Todo
comenzó en otoño, cuando conocí a una persona excepcional en todos los
aspectos. Sin decirle nada, él sabía que alguien como yo había estado llorando
y cómo no saberlo, alguien en mi vida había desaparecido y no pude decir
adiós. Él se acercó a mí y sacó un
pañuelo de su saco, me lo ofreció para secar las lágrimas que inundaron mis
ojos y recorrían mis mejillas. Entonces levanté la mirada hacia él, y vi sus
ojos cafés mientras me sonreía delicadamente. Empecé por contarle la causa de
mi tristeza y me dijo -No estarás triste para siempre-. Esas se convirtieron en
las palabras correctas porque desde de ahí, conocí a una persona que siempre
supo hacerme sentir viva. Un día llegó y dijo -la lección de hoy es hacerte sonreír-,
la verdad es que no sabia qué íbamos a hacer, empezamos a recorrer el camino
hacia la montaña, y le dije -no vamos a subir hasta la cima, ¿o si?- con una sonrisa
él contestó -si y apresúrate que tenemos que llegar antes de que se haga de noche-.
Durante el recorrido me preguntaba sobre lo que quería de la vida, ese fue el
momento en el cual me cuestioné sobre lo
que realmente quería de la vida. La cuestión es que no sabía qué quería de la
vida. Cuando llegamos a la cima, el paisaje era otro, el sol estaba a punto de
desaparecer lo cual hacia que el oeste tomará un color rojizo, en ese instante
sentí una tranquilidad inmensurable, como si todo el mundo pudiera desaparecer
y yo no lo notara, así me sentía,
pérdida en aquel lugar, pero lo mejor es que estaba él a mi lado, por lo
realmente estaba, él tomó mi mano y fue ahí cuando el mundo si desapareció por completo,
lo mire y me prometí no sonreír pero falle, él me robó esa sonrisa y, al mismo
tiempo me robó un suspiro que se silenció en sus labios.
Los días iban pasando muy rápido que a veces no los sentía pasar, cada día era una aventura diferente,
cada día sentía que la tonalidad iba tornándose a un color más cálido pues
sabía que lo volvería a ver, sabía que él me volvería a ver… Era el último día
del mes y se pronosticaba una lluvia de estrellas fugaces, así que él me llevo
a verlas. Nunca había visto un paisaje tan indeleble, empezaron a caer aquellas
estrellas tan rápido que se escondían en el norte detrás de las montañas y el
me dijo al oído -Se dice que las estrellas sólo son pedazos de rocas que son
atraídos a la Tierra para conceder deseos, yo digo que cada persona en el
planeta tiene una estrella la cual está encargada de su destino y cuando cae,
significa el fin- pensé lo que me dijo y le conteste -las estrellas tienen que tener
una compañera a su lado para evitar que caigan-. Él se puso frente a mí y tomó
del cuello mientras me besaba, y después dijo -Yo seré la estrella que esté a
tu lado y no te dejaré caer- y me siguió besando. No supe si iba a durar para
siempre, solo sabia que había encontrado a alguien increíble, alguien que me
hizo recuperar mi vida, en ese momento supe que aquello que esperaba de la vida
se encontraba justo enfrente de mí.
Esa es la historia. Quiero decirle a usted, que una vez más
me he enamorado. Después de su partida, no sabia cómo empezar a vivir de nuevo
pero llego alguien a cambiarlo todo, quiero confesarle a usted todos esos
malditos miedos que tuve en el principio, porque tuve miedo a que una vez más me
enamorará y perderlo todo, tuve miedo de recordarlo a usted en cada beso, en cada
caricia, pero el peor de mis miedos fue olvidarte con el tiempo, no quiero que
usted piense eso de mi, porque no fue así, lo recordé cada día de mi vida. Había
un problema, cada día que empezaba a ser feliz, me sentía culpable, ¿cómo es
que yo podía ser feliz mientras usted estaba mal? Por eso estuve sola mucho
tiempo, mi peor miedo era, es y siempre será el estar sin usted, sin volverlo a
ver una vez mas, usted me enseñó a amar por primera vez y se lo agradezco,
agradezco que haya estado conmigo siempre y lamento no haber estado para usted
cuando más me necesitaba en ese último día.
Me ha gustado mucho poder sacar todo lo que me atormentaba
en esta carta, espero que el día que usted despierte de este maldito coma,
pueda leer esto sin que se le llenen los ojos con lágrimas como me paso a mi al
escribirlo. Quiero que sepa que hice todo lo que le prometí, he seguido
adelante y continúe con mi vida, realicé mis sueños y metas; si algún día
despierta espero tener el placer de volverlo a ver una vez más.
P.D: Siempre lo amaré, lo recordaré y, le pido que recuerde
lo mejor de mí.
L.M.
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