Encanto que nunca termina.
Divagando entre caminos serpenteados, ya sea en claustros o entre cascadas, flora o fauna, o al andar en "El puente de Dios", o simple y sencillamente entre las casas con techumbres de dos aguas color naranja, no importa el sitio, en Pinal de Amoles te transportas a nuevos horizontes.
En este municipio, la belleza no sólo es de forma o materia, traspasa mucho más allá de lo que uno podría imaginar, transportándose a la amabilidad y calidez de la gente. Entre una calle u otra puedes ir del presente al pasado, o viceversa, viajando así en tiempos e historias exuberantes, mientras el clima; a veces caluroso o en otras frío, te abraza con gran fuerza.
"La puerta del cielo" mismo lugar que, como su nombre lo dice, te eleva al cielo dejándote una sensación inigualable en la que, al salir de ese túnel encantador pierdes la noción del tiempo, cuando te encuentras de vuelta a la tierra.
Llevando tus pies a pisar las veredas de sabios y santos, visitando los claustros dónde la historia se vuelve leyenda que va trascendiendo, logrando así la conservación de un patrimonio, que te envolverá en un rebozo tejido de historia, cultura y fe.
Pinal de amoles, el municipio dónde uno vuelve a ser niño ya que se deja guiar por las tradiciones y los lugares más hermosos y antiguos de la Sierra, para vivirlos o descubrirlos por primera vez. En Pinal existe magia, milagro y tradición.
Así que, ¿por qué no tomar la mochila y aventurarse un fin de semana a romper la capa de la cual somos presos?: el tiempo.
¡VAMOS!
Martínez Torres María Juana
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